22/4/07

El levantamiento del Ghetto de Varsovia - Sesenta y cuatro años de una gesta inolvidable

Luis Zamora(especial para ARGENPRESS.info)

(Reproducción del proyecto de declaración que presentáramos ante la Cámara de Diputados el 10 de junio de 2003,.cuando se cumplieron sesenta años)

Se cumplen sesenta años de una de las gestas más gloriosas de la humanidad: el histórico levantamiento de la comunidad judía de Varsovia contra la ocupación nazi.

En 1939 tropas alemanas habían invadido Polonia. En la primera mitad de noviembre se conocen en Varsovia los primeros “campos educativos” para toda la población judía. Los nazis dan las primeras órdenes de aniquilamiento y se requisan bienes de esa comunidad. Se limita el derecho al trabajo, la actividad comercial, la vinculación con los “arios”, el de circular. Luego se les prohibe a los judíos abandonar la ciudad y se los obliga a identificarse con un brazalete. La sanción por los incumplimientos a esas disposiciones aberrantes son los golpes, luego las vejaciones de todo tipo, finalmente la tortura y el asesinato. Es la época en que empieza a regir la ley no escrita de la “responsabilidad colectiva”: en los primeros días de noviembre son fusilados cincuenta y tres hombres de un barrio en represalia porque un habitante del mismo había golpeado a un policía polaco. Es el terror nazi. En enero de 1940 en una sola noche los alemanes arrestan y asesinan a más de trescientas personas. Intentan parar los focos de resistencia que comienzan entre los obreros, intelectuales y activistas sociales especialmente de izquierda. Los que pertenecen al Bund. (ver “El Gueto lucha” de Mark Edelman - Editorial Milá, 1994).

La respuesta fue el ghetto. Los alemanes disponen que toda la población judía debe trasladarse al Zoichenschperguebit. Desde el 15 de noviembre ningún judío puede alejarse de la “zona judía”. Como lo señala Edelman -protagonista de la gesta- comienzan a crecer las paredes y las alambradas. A partir de la fecha señalada “los judíos son aislados absolutamente del mundo y de la gente de afuera”.

Hay quienes desde estratos sociales más ricos intentan salvarse por las suyas, incluso con la delación o la complicidad.

La hambruna se extiende a su interior entre obreros y desocupados, los niños mendigan, los que intentan buscar comida afuera muchas veces son eliminados por los disparos alemanes. Todos los días decenas de muertos son recogidos en las calles del ghetto. Los mató el hambre. Todos los días también llegan más judíos trasladados de otras ciudades y pueblos. Se agravan entonces las condiciones de vida. No hay comida ni trabajo pero tampoco viviendas. Hay hacinamiento. Se extienden las enfermedades y las epidemias. El tifus. La mortalidad llega a seis mil personas por mes. (Edelman). Unas quinientas mil personas llegaron a ser encerradas en esos barrios de horror. Luego comenzaron las deportaciones masivas a las cámaras de gas de Treblinka. (Clarín, “El Ghetto de Varsovia” - Hinde Pomeraniec, edición del 19 de abril de 2003)

En enero de 1942 finalmente todos los partidos llegan a una conclusión: “la única respuesta efectiva es un levantamiento armado”. Los nazis acentúan la represión y empieza una verdadera cacería. El Bund es especialmente perseguido. Sus filas ralean. La mayoría todavía no reacciona.

Como dice Edelman “es difícil relatar hoy qué es lo que sucedía en el gueto en ese tiempo”. Edelman lo intenta con “unos pocos ejemplos”. “Tres niños están sentados, uno junto al otro, en el hospital a nombre de los Bersons y Baumans. Un gendarme que pasaba por la calle , de un solo disparo, mata a los tres. Una mujer embarazada resbala y cae al cruzar la calle; un alemán, que casualmente estaba en el lugar, no la deja levantar y la mata directamente allí, donde estaba postrada”. Aquéllos que se escabullen a través de los muros del gueto, mueren de a docenas”. Gendarmes alemanes, vestidos de civil, con identificación judía, los esperan y los fusilan uno tras otro. Pasa un coche, tira un hombre atado a la calle y lo asesinan desde el auto. Sacan arrestados de la cárcel y los ejecutan. Son ciento diez detenidos fusilados.

Poco a poco se fue formando un ejército irregular de resistencia a la opresión y al invasor racista. La mayoría de la población comenzó a adherir a los primeros y primeras valientes. Cuando en enero de 1943 los nazis intentaron un nuevo traslado masivo encontraron una sorpresiva -para ellos- resistencia. La que habían comenzado los activistas de izquierda del Bund y que se había extendido.

Con pistolas, viejos rifles, bombas molotov caseras empiezan a enfrentarse al sofisticado ejército invasor y genocida. Era como señala Pomeraniec “una marea de hombres, mujeres y chicos transformados en rabiosos guerreros empeñados en matar o morir en combate, antes que terminar en un campo de concentración. Unos mil judíos murieron ese día en las calles del ghetto”. La organización de combate judía logra efectivizar varias sentencias de muerte contra agentes de la GESTAPO. Atacan lugares de reclusión y liberan detenidos. Se organizan y se arman.

El 19 de abril pega un salto la resistencia. Los nazis invaden el gueto para terminar con la oposición. Pero las cosas han cambiado.

Empieza a haber muertos en las filas nazis. Comienza a pelearse casa por casa. Circulan diarios clandestinos. Imprentas que se trasladan de aquí para allá. Los luchadores se organizan pero ahora comienza a masificarse el enfrentamiento a la opresión. Los alemanes incendian edificios, bombardean, gasean refugios subterráneos. Pero ya es un pueblo el que se puso de pie. “La gente se arrojaba desde los balcones de los edificios incendiados y seguía peleando...chicos de diez años manejando armas de fuego y mujeres disparaban con dos pistolas a la vez” (Pomeraniec).

“Los alemanes intentan escapar -relata Edelman- pero el camino está cerrado. La calle está llena de cadáveres alemanes”.Huyen como ratas. Se les capturan morteros y otros armamentos. Le incendian un tanque. “A las dos de la tarde -del segundo día- ya no hay ningún alemán en la zona del gueto”. Es un triunfo. Los SS intentan volver una y otra vez pero los esperan fuerzas organizadas y decididas a todo. Muchos invasores vuelan por los aires al estallar minas colocadas por la población. Cada casa es una fortificación. Desde cada techo vuela una granada. La población

judía combate con una firmeza que sólo los padecimientos y humillaciones sufridas pueden explicar.

Pero lo que no habían logrado los alemanes lo puede el fuego. Los nazis prenden fuego a todo. Ya no hay viviendas para guarecerse. Lo que es peor no hay agua. “Las luchas y enfrentamientos tienen ahora lugar principalmente en las noches”. Durante el día el gueto está como muerto. Los combates se reanudan por las noches. Así pasa el primero de mayo, el día de lucha internacional de los trabajadores del mundo. Hasta realizan una convocatoria. Y se canta “La Internacional”. (Edelman).

Se van acabando las municiones. Los alemanes van exterminando la resistencia. Descubren el escondite de los grupos de combate. Allí se pelea hasta la muerte. Dos días de resistencia más allá de todo lo imaginable. Los combatientes deciden que los nazis no tendrán a ninguno de ellos vivo. Absolutamente rodeados, diezmados, muertos por las granadas alemanas, los sobrevivientes deciden suicidarse. Allí estaba el principal dirigente Mordejai Anielewicz y allí queda como símbolo de la dignidad de tantos hombres y mujeres. Unos pocos logran escapar por los canales cloacales. Entre ellos Edelman, otro de los dirigentes, y quien luego reconstruyó como pudo tanta proeza. Hoy -con ochenta años- es el único, al parecer, de esos heroicos combatientes de la libertad que vive. Reside en Lodz, Polonia.

El 16 de mayo con la demolición de la sinagoga todo acabó. Murieron durante la rebelión cincuenta y seis mil judíos. Siete mil más fueron deportados a los campos de Treblinka.

Poco después en Stalingrado comenzaría el final del régimen nazi. Veinte millones de soviéticos darían la vida para ello. Los ingleses seguirían resistiendo los bombardeos a Londres. Los partisanos en Italia, los maquis en Francia, las milicias de Tito en Yugoeslavia, en Holanda y en Bélgica, en Grecia, acciones de coraje cada vez más extendidas prepararían el desembarco norteamericano en Normandía. La Humanidad terminó derrotando a la bestia fascista.

Pero allí en Varsovia quizás se hayan escrito las mejores páginas de esa pelea por la dignidad humana. Dignidad. Hubo miserias pero en el momento cúlmine afloró en la mayoría lo mejor de la condición humana. Ese es el ejemplo inolvidable que podemos recoger de esa gesta heroica que duró unos meses pero que vive por siempre en cada combate por la libertad de los pueblos y contra la opresión.

Luis F.Zamora
Autodeterminación y Libertad

Presentado el 10 de junio de 2003 (expte. 2783 -D- 03)

ARGENPRESS.info/20/04/2007

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