27/4/07

Estados Unidos: Luis Posada Carriles, el terrorista de la Casa Blanca

Opinión
Salim Lamrani

El 19 de abril de 2007, la jueza de la Corte Federal de El Paso (Texas). Kathleen Cardone, aceptó la libertad condicional de Luis Posada Carriles, el peor terrorista del continente americano, a cambio de una fianza de 350.000 dólares. El 12 de abril de 2007 la Corte de Apelación del Quinto Circuito de Nueva Orleans, en un recurso de último minuto, intentó impedir la libertad del criminal de origen cubano, encarcelado desde mayo de 2005 (1). Posada Carriles, responsable de cerca de un centenar de asesinatos, regresó tranquilamente su casa de Miami, a esperar su juicio que debe comenzar el 11 de mayo de 2007 (2).

El caso Posada Carriles mina singularmente la credibilidad de Estados Unidos en su “lucha contra el terrorismo”. El presidente Bush, que ha afirmado varias veces que cualquier nación que proteja a terroristas será considerada como cómplice, se encuentra ahora frente a sus propias contradicciones. En efecto, Posada Carriles está enjuiciado por estancia ilegal en territorio estadounidense. Entró allí en marzo de 2005 a bordo del barco “Santrina” a la vista de las autoridades y sólo fue arrestado después de que hiciera una conferencia de prensa, jactándose de que no temía nada por parte del gobierno estadounidense al que había servido lealmente durante varias décadas. Pero los siete cargos que pesan en su contra en ningún caso hacen referencia a sus actividades criminales, sino que conciernen únicamente cuestiones de fraude migratorio y falso testimonio (3).

¿Qué ha sido de la Sección 412 del Patriot Act que estipula que está prohibido soltar a un sospechoso si “su liberación amenaza la seguridad nacional de Estados Unidos, de la comunidad o de cualquier otra persona”? (4). ¿Que ha sido de la resolución 1373 de las Naciones Unidas, votada después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, que precisa que todos los terroristas deben ser presentados ante la justicia?

En un artículo publicado el 10 de abril de 2007, el presidente Fidel Castro afirmó que “sólo de la Casa Blanca podían proceder las instrucciones para el fallo dictado por Kathleen Cardone. Fue el propio presidente Bush quien eludió en todo momento el carácter criminal y terrorista del acusado. Se le protegió imputándole una simple violación de trámites migratorios”. En efecto, Washington, puesta en un aprieto por las posibles declaraciones de Posada Carriles, se niega a evocar el pasado criminal de uno de sus antiguos agentes pues, como subraya el líder cubano, “acusar a Posada Carriles equivalía a acusarse a sí mismo” (5). Uno de los más despiadados agentes de la historia de la CIA está implicado en demasiados asuntos secretos, incluso el asesinato del presidente John F. Kennedy. Posada Carriles sabe demasiado y su liberación era el precio a pagar para comprar su silencio.

Una sangrienta trayectoria terrorista

Confidente de la policía durante la dictadura de Fulgencio Batista, Luis Posada Carriles entró en las filas de la CIA en febrero de 1961, al integrar la brigada 2506. Formado en la Escuela de las Américas de Fort Benning en Georgia, se volvió un experto en explosivos y participó en la agresión militar estadounidense de Playa Girón en abril de 1961 (6). Agente oficial de la CIA entre abril de 1965 y 1974, la Agencia mantuvo no obstante “un contacto ocasional con él” hasta 1976 (7). Conviene recordar que en 1976 George H. W. Bush, padre del actual presidente, era el director de la CIA. Posada Carriles representó “un interés operacional para la Agencia” (8), que le pagaba un salario de al menos 300 dólares por mes (9).

El 23 de junio de 1964 Posada Carriles firmó una declaración al FBI en Polk City, en Florida, en la que confesaba su intención de perpetrar atentados terroristas contra Cuba. “Posada declaró que no se les había dicho que tenían el apoyo del gobierno de Estados Unidos, pero que creían tener efectivamente la tolerancia del gobierno de Estados Unidos por el simple hecho de que no habían sido molestados por nadie cuando realizaban sus actividades de entrenamiento militar” (10).

El 17 de mayo de 1965 el FBI desbarataba un complot organizado por Roberto Alejos Arzu, un potentado guatemalteco, destinado a derrocar al gobierno de su país de origen. Posada Carriles formaba parte de las personas implicadas en la conspiración junto con el exiliado cubano Luis Sierra López. Durante la operación, los servicios aduaneros estadounidenses confiscaron una impresionante cantidad de armas y municiones (11).

Posada Carriles tiene en su haber la organización y realización de numerosos atentados terroristas. Según el FBI, en junio de 1965, el entonces agente de la CIA, recibió 5.000 dólares de Jorge Mas Canosa, dirigente del grupúsculo terrorista RECE (Representación Cubana en el Exilio) y futuro líder de la poderosa Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), para hacer explotar un barco cubano o soviético en Veracruz, México. Posada Carriles le comunicó su intención de procurarse papeles puertorriqueños para entrar en México. Tenía a su disposición “100 rollos de explosivo C-4” (12).

En los años 70 Posada Carriles trabajó como responsable de la división de contraespionaje de los servicios de inteligencia venezolanos, la DISIP, y participó en la tortura y ejecución de numerosos opositores políticos, sindicalistas y militantes sociales, hasta 1974 (13).

Posada Carriles es, entre otros, el autor intelectual con Orlando Bosch del sangriento atentado cometido el 6 de octubre de 1976 contra el avión comercial cubano 445 que costó la vida a 73 personas en Barbados, incluyendo a todo el equipo juvenil de esgrima cubano que acababa de ganar los juegos panamericanos. Según un informe secreto de la CIA redactado el 22 de julio de 1976 y que tiene como título “Posibles planes de extremistas cubanos para hacer explotar un avión de Cubana”, un grupo terrorista “dirigido por Orlando Bosch” tenía la intención de colocar una bomba en un avión civil cubano. Un hombre de negocios muy cercano a la comunidad cubana en el exilio, calificado de “informador fiable”, había proporcionado la información a la CIA. En ningún momento George H. W. Bush o las autoridades estadounidenses alertaron a La Habana de la inminencia del acto terrorista.

El agregado del FBI en Caracas estaba en contacto con el venezolano Hernan Ricardo Lozano, uno de los terroristas que, con Freddy Lugo, puso la bomba en el avión el 6 de octubre de 1976, como confirma un informe confidencial de la agencia estadounidense del 9 de octubre de 1976, o sea, tres días después del espantoso crimen. El documento afirma que Lozano era un periodista independiente empleado “por una empresa de seguridad industrial dirigida por Luis Posada”. El informe enfatiza sin embargo que Lozano “en realidad estaba al servicio personal de Luis Posada”. Lozano había hecho partícipe al FBI de su intención de realizar atentados contra la embajada cubana en Caracas. El 30 de septiembre de 1978 solicitó una visa para ir a Puerto Rico con vistas a hacer un reportaje. El FBI señalaba una extraña coincidencia en su informe:

“Al revisar el pasaporte y la solicitud de visa, Legat (el FBI) notó que Ricardo (Lozano) había viajado de Caracas a Port-of-Spain, Trinidad, el 29 de agosto de 1976 y había vuelto a Caracas el 1 de septiembre de 1976. Legat recordaba que el atentado con bomba contra el consulado de Guyana había tenido lugar aproximadamente a las 10,15 h. del 1 de septiembre de 1976 y se preguntó si vista la asociación de Ricardo con Posada su presencia allí, durante ese periodo, era una coincidencia” (15).

El FBI tenía fuertes sospechas sobre las actividades terroristas de Ricardo Lozano y Posada Carriles pero aceptó no obstante otorgar una visa al primero. Lozano incluso indicó al FBI que tenía previsto visitar Barbados. El 8 de octubre de 1976 el FBI se enteró mediante una fuente confidencial de que Ricardo Lozano había sido arrestado en Trinidad por el asesinato de 73 personas (16).

Un informe que la Oficina de Inteligencia y de Investigación del Departamento de Estado entregó al secretario de Estado Henry Kissinger sobre el atentado del 6 de octubre de 1976, confirma la culpabilidad de Ricardo Lozano e indica que había sido entrenado en el manejo de explosivos por Posada Carriles. El que puso la bomba también era miembro de DISIP y fue reclutado por Posada Carriles cuando éste ocupaba el puesto de responsable. “El gobierno venezolano está preocupado y enfrentaría serios problemas si estas conexiones se hicieran públicas”, apuntaba el informe (17).

Freddy Lugo era un fotógrafo empleado por la empresa de Posada Carriles. También había trabajado para la DISIP en las mismas condiciones que su cómplice. “El nombre y el número de teléfono del agregado del Legat estadounidense fueron descubiertos en la agenda de direcciones de Lugo durante su arresto en Trinidad. (El agente de FBI Joseph) Leo afirma que no ha tenido contactos con Lugo y especula que Posada le entregó a Lugo su nombre y número de teléfono”, subrayaba el documento entregado a Kissinger (18).

El presidente venezolano de la época, Carlos Andrés Pérez, era un simpatizante de Orlando Bosch y le permitía que circulara libremente en su territorio, según la CIA. Andrés Pérez había aceptado cerrar los ojos sobre las actividades terroristas de Bosch y ése se había comprometido a no utilizar el suelo venezolano como base de operaciones. De esa manera, un presidente de la República se hizo cómplice de la desaparición violenta de 73 inocentes (19).

El informe que se entregó a Kissinger levantaba acta de las declaraciones de Posada Carriles durante una cena de colecta de fondos en septiembre de 1976: “Ahora que nuestra organización acabó el trabajo de Letelier satisfactoriamente, vamos a intentar otra cosa (...). Vamos a atacar un avión cubano”. “El trabajo de Letelier” hacía referencia al asesinato de Marcos Orlando Letelier del Solar, antiguo ministro de Defensa del gobierno chileno de Salvador Allende. CORU, una “organización terrorista anticastrista”, según el FBI, dirigida por Orlando Bosh a la que pertenecía Posada Carriles, colocó una bomba en su coche el 21 de septiembre de 1976. La secretaria personal de Letelier, de nacionalidad estadounidense, Ronnie Moffit, también perdió la vida en el atentado (20).

Otro informe del FBI fechado en noviembre de 1976 confirma también la implicación de Luis Posada Carriles en el atentado contra el avión de Cubana de Aviación. “Algunos planes relativos al atentado con bomba contra un avión de Cubana se discutieron en un bar del hotel Anuco Hilton de Caracas, Venezuela. Frank Castro, Gustavo Castillo, Luis Posada Carriles y Morales Navarrete estaban presentes en la reunión”. Otro encuentro para planificar el crimen tuvo lugar en el apartamento de Ricardo Morales Navarrete, un agente de la DISIP, en el hotel Anuco Hilton con la presencia de este último, de Posada Carriles y de Frank Castro. El Frente Nacional de Liberación de Cuba (FNLC), otra “organización terrorista anticastrista”, según el FBI, debía reivindicar el atentado. Antes Posada Carriles y su grupo también habían intentado hacer explotar varios aviones civiles cubanos en Panamá y Jamaica (21).

Según el FBI, varios miembros del gobierno venezolano estaban implicados en el atentado. Morales Navarrete declaró que si Posada Carriles y sus cómplices se ponían a hablar, “tendremos nuestro propio Watergate”. Orlando García Vásquez, ministro asesor para los Asuntos de seguridad del presidente Carlos Andrés Pérez, confesó al FBI que estaba convencido de que Carlos Fabbri, el experto en explosivos de la DISIP, o había fabricado la bomba o estaba al tanto de los preparativos de crimen. Según el FBI, Fabbri era “un buen amigo de Posada” y los dos habían sido arrestados en el pasado por las autoridades venezolanas por haber proporcionado falsos papeles y explosivos a Orlando Bosch. El 27 de octubre de 1976, el gobierno venezolano publicaba una declaración afirmando que ningún Morales Navarrete trabajaba en la DISIP, para acallar el asunto. Morales Navarrete, por su parte dio instrucciones a su novia de Florida para que no lo llamara más al hotel pues ya no existía oficialmente (22).

Uno de los primeros informes del FBI sobre el crimen de Barbados, publicado el 7 de octubre de 1976, era categórico en cuanto a la responsabilidad de Posada Carriles y Orlando Bosch: “Posada y Bosch orquestaron el atentado con bomba contra el avión”. Una fuente había informado al FBI de la implicación de los dos terroristas cubanos (23). Después del atentado Hernan Ricardo Lozano llamó a Orlando Bosch y le dijo que “un bus con 73 perros había caído por un acantilado y estaban todos muertos” (24).

Posada Carriles fue arrestado y juzgado en Venezuela. Pero mientras su juicio estaba en fase de apelación logró escapar de la cárcel el 18 de agosto de 1985 gracias a la complicidad de la extrema derecha cubana de Florida. Después se reunió con el teniente coronel Oliver North en El Salvador y se instaló en la base aérea de Ilopango, donde participó en la organización de la guerra terrorista contra el gobierno sandinista de Nicaragua, proporcionando armas a los “contras” (25).

Entre abril y septiembre de 1997, una ola de atentados terroristas golpeó la industria turística cubana, ola que le costó la vida al joven italiano Fabio di Celmo e hirió a numerosas personas. El 12 de julio de 1998, Luis Posada Carriles concedió una entrevista al New York Times en la que se vanagloriaba de ser la persona que había cometido el mayor número de actos terroristas contra Cuba y reivindicaba la paternidad intelectual de los atentados de 1997. Según él, el turista italiano “se encontraba en el lugar equivocado en el momento equivocado”. Cuando la periodista Ann Louise Bardach le preguntó si lamentaba su gesto, su respuesta, impregnada de cinismo, fue inequívoca: “Duermo como un bebé”. Posada Carriles confesó que Jorge Mas Canosa lo financiaba para sus actividades criminales: “Jorge lo controlaba todo. Cada vez que necesitaba dinero, pedía que me mandaban 5.000 dólares, 10.000 dólares, 15.000 dólares”. En total Posada Carriles recibió mas de 200.000 dólares de Mas Canosa y de la FNCA (26).

El 17 de noviembre de 2000, Posada Carriles fue arrestado en Panamá por actividades terroristas. En efecto, había colocado 45 kilos de explosivos C-4 en el anfiteatro de la Universidad de Panamá donde se habían reunido 2.000 estudiantes para escuchar el discurso del presidente Fidel Castro. Condenado a 8 años de reclusión criminal, la presidenta de Panamá Mireya Moscoso, cuyo mandato presidencial terminaba el 31 de agosto de 2004, indultó a Posada Carriles el 25 de agosto de 2004. Por otra parte, Moscoso violó la ley panameña que estipula que es posible ejercer el indulto sobre un prisionero sólo si el proceso judicial llegó a su término. Ahora bien, el juicio de Posada Carriles se encontraba en fase de apelación. Es ahora de notoriedad pública que Moscoso actuó así para satisfacer los deseos de la extrema derecha cubana de Miami, ciudad donde reside actualmente, y después de que Washington ejerciera presiones (27).

Todo esto no es más que una ínfima parte del relato de las actividades terroristas de Posada Carriles. Estuvo implicado en otros muchos actos criminales, incluidos varios intentos de asesinato contra el presidente Fidel Castro: durante su visita a Salvador Allende en 1971, en su viaje a Venezuela en 1988 y durante la segunda Cumbre Iberoamericana de Madrid en 1992. También es responsable del asesinato de varios funcionarios cubanos en Argentina en agosto de 1976 y colaboró con los servicios secretos de Augusto Pinochet en Chile, en la desaparición de numerosos opositores políticos (28).

Orlando Bosch

¿Qué ha sido de Orlando Bosch, responsable con Posada Carriles de la tragedia criminal de octubre de 1976? Se pasea tranquilamente por las calles de Miami. En 1989, Bosch se encontraba en una cárcel de Florida. Después de cumplir su condena en Venezuela regresó a Estados Unidos donde fue detenido por violar la libertad condicional por un atentado que cometió en territorio estadounidense en 1972. El 23 de junio de 1989 el Departamento de Justicia de Estados Unidos publicó un informe al respecto estipulando que Bosch debía ser deportado debido a sus actividades terroristas internacionales. Orlando Bosch “ha expresado y ha demostrado varias veces una voluntad de infligir heridas y causar la muerte de manera indiscriminada”. El viceministro de Justicia de la época, Joe Whitley, había remarcado en el informe las razones por las que Bosch debía ser deportado: “La explosión del avión civil cubano el 6 de octubre de 1976 fue una operación de la CORU bajo la dirección de Bosch”. Pero Bosch no fue deportado a Cuba como deseaba Whitley. El 20 de julio de 1990 se beneficiaba de un perdón presidencial de George H. W. Bush (29).

Orlando Bosch jamás ha negado su pasado terrorista. Al contrario, hace apariciones regulares en los medios de Florida. El 5 de abril de 2006, Bosch fue invitado por el periodista Juan Manuel Cao del Canal 41 de Miami:

Juan Manuel Cao: ¿Usted derribó ese avión en 1976?
Orlando Bosch: Si le digo que estaba implicado me estarían inculpando y si le digo que no participé en esa acción, me diría que soy un mentiroso. Entonces no voy a confirmar mi participación y tampoco voy a negarla.
Juan Manuel Cao: En esa acción, 76 (en realidad 73) personas fueron asesinadas.
Orlando Bosch: No, chico, en la guerra que nosotros los cubanos que amamos la libertad llevamos contra el tirano, tienes que derribar aviones, tienes que hundir barcos, tienes que estar listo para atacar todo lo que está a tu alcance.
Juan Manuel Cao: ¿No tiene usted ningún remordimiento por los que murieron en ese atentado, por sus familias?
Orlando Bosch: ¿Quién estaba a bordo de ese avión? Cuatro miembros del Partido Comunista, cinco norcoreanos, cinco (en realidad once) guyaneses. ¡Coño chico! ¡Cuatro miembros del Partido! ¿Quiénes estaban presentes? ¡Nuestros enemigos!
Juan Manuel Cao: ¿Y los esgrimistas? ¿Los niños a bordo?
Orlando Bosch: Estaba en Caracas. Vi a las niñas en la televisión. Eran seis. Después de la competición, la capitana de las seis dedicó su triunfo al tirano, etc. Hizo un discurso muy elogioso hacia el tirano. Ya nos habíamos puesto de acuerdo en Santo Domingo, cualquier persona que viene de Cuba y que glorifique al tirano debía correr los mismos riesgos que esos hombres y mujeres que luchan con esa tiranía.
Juan Manuel Cao: Si tuviera que encontrarse con los familiares de las víctimas, ¿no le parecería difícil...
Orlando Bosch: No, porque en fin de cuentas los que estaban presentes tenían que saber que cooperaban con la tiranía en Cuba. (30).

Estas son las palabras que pronunció Orlando Bosch en un canal de televisión de Miami con toda impunidad.

El doble rasero en la lucha contra el terrorismo

Ante los ojos del mundo, la administración Bush ya no tiene ninguna credibilidad cuando se trata de evocar la “lucha contra el terrorismo”. Mientras se niegue a juzgar a Luis Posada Carriles por sus crímenes, permitiéndole beneficiarse de una impunidad que constituye una ofensa indescriptible para la memoria de las víctimas y sus familiares, la comunidad internacional no la tomará en serio. No puede haber excepción en la lucha contra el terrorismo.

Estados Unidos se sigue negando a extraditar a Posada Carriles a Venezuela, donde está considerado como prófugo de la justicia, pretextando que podría sufrir tortura. Más allá de la acusación grotesca y sin fundamento, resulta irónico que el país responsable de los actos de barbarie de Abu Ghraib y Guantánamo esté de repente preocupado por el riesgo de malos tratos. Hugo Chávez reiteró de nuevo su petición: “Exigimos que este terrorista y asesino sea extraditado a Venezuela y no protegido”. El presidente de la República Bolivariana denunció el doble rasero en la lucha contra el terrorismo. “Se les cae la máscara otra vez”, apuntó, señalando con el dedo las contradicciones de la administración Bush (31). Pero, ¿acaso se puede esperar otra cosa del actual inquilino de la Casa Blanca?

Nicaragua condenó la decisión de Washington, decisión que “promueve el terrorismo”, según Managua. El presidente Daniel Ortega dio parte de sus intenciones: “Estoy dando instrucciones para que Nicaragua, además de condenar (la liberación), ofrezca su territorio para que Posada Carriles sea juzgado en nuestro país, teniendo en cuenta que también cometió actos terroristas aquí” (32).

El senador demócrata de Ohio, Dennis Kucinich, también lamentó la liberación de Posada Carriles en una carta dirigida al ministro de Justicia, Alberto González. “Si es liberado de prisión, nuestra credibilidad ante el mundo estará comprometida, pues sería actuar contra nuestra guerra al terrorismo”, subrayó (33).

Los 118 países miembros del Movimiento de No Alineados (MNA) adoptaron unánimemente una resolución que condena la puesta en libertad del terrorista de origen cubano. El MNA hizo partícipe de su “gran preocupación” respecto a la “liberación bajo fianza” del “notorio terrorista internacional Luis Posada Carriles”. “Como es bien sabido, el Sr. Posada Carriles es responsable de numerosos actos terroristas contra Cuba y otros países, incluido el ataque terrorista contra una aeronave de Cubana de Aviación en octubre de 1976, que causó la muerte de 73 civiles inocentes (...). A pesar de ello, ha estado en prisión en el territorio de Estados Unidos por un simple delito migratorio, mientras se ha hecho caso omiso de la solicitud venezolana (de extradición). El MNA pidió a Washington que respetara “las obligaciones contraídas en la lucha contra el terrorismo, en virtud del derecho internacional, enjuiciando o, cuando proceda, extraditando a los autores de actos terroristas”. Se rogó también a La Casa Blanca que no brindara ningún “apoyo político, diplomático, moral o material al terrorismo” y que entregara a Posada Carriles a la justicia venezolana (34).

Mientras tanto, cinco cubanos sufren en cárceles estadounidenses desde 1998 por haberse infiltrado en los grupúsculos terroristas de Florida para impedir la realización de atentados contra su país, como los de 1976 o 1997. Después de una parodia de proceso, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino, Fernando González y René González fueron condenados a cuatro cadenas perpetuas más 77 años en total por “conspiración” y “tentativa de espionaje”, mientras que no se ha presentado una sola prueba para apoyar las acusaciones. Más aún, varios militares estadounidenses de alto rango como el contralmirante de la Marina de Guerra de Estados Unidos Eugene Carroll, el General de División del Ejército de los Estados Unidos Edwards Breed Atkeson y el Teniente General de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos James R. Clapper, declararon durante el juicio que los Cinco no eran culpables de actos de espionaje. El fiscal incluso reconoció ante el jurado, en una declaración surrealista, que probar la culpabilidad de los acusados constituía “un obstáculo insuperable para Estados Unidos”. No obstante, exigió la condena de los cinco cubanos. El jurado aceptó la petición del ministerio sin pestañear, sin hacer una sola pregunta y sin pedir el menor esclarecimiento (35).

El gobierno de Estados Unidos se niega todavía a autorizar las visitas familiares para algunos de estos prisioneros políticos. Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, no ha visto a su marido desde hace más de ocho años. Lo mismo le ocurre a Olga Salanueva, compañera de René González. Ivette, la hija de René González, que tiene nueve años, tuvo que esperar más de ocho años para finalmente poder conocer a su padre. La administración Bush también rechazó las peticiones de las Naciones Unidas y de Amnistía Internacional que exigen el fin de los “tratos crueles, inhumanos y degradantes” y un juicio justo. Este escándalo judicial y humanamente intolerable ha sido completamente censurado por los medios (36).

Uno de los aspectos más vergonzosos en el caso Posada Carriles es la negativa de la prensa internacional a calificarlo de terrorista. Las expresiones más variadas se utilizan para describirlo: “militante”, “militante cubano”, “militante anticastrista”, “exiliado cubano”, “exiliado anticastrista”, “militante anticomunista”, “anticomunista” sin pronunciar jamás, igual que la administración Bush, el calificativo que le conviene, es decir, “terrorista”. En cierta medida los medios occidentales aceptan, asimilan y promueven la doctrina del “terrorista bueno y el terrorista malo” que Washington ha elaborado. ¿Cómo interpretar esta actitud sino como un incalificable e imperdonable acto de complicidad con el terrorismo contra Cuba? Pues la culpabilidad de Posada Carriles es evidente (37).

Para la prensa internacional hacer estallar un avión en pleno vuelo y asesinar a 73 personas (incluyendo mujeres y niños), si éstas son cubanas, no constituye un acto espantoso de terrorismo, sino un acto de “militancia”. Para los medios, organizar una ola de atentados sangrientos contra la industria turística cubana no hace de su autor intelectual un criminal sin fe ni ley sino un simple “militante anticastrista”. La memoria de las víctimas del peor terrorista del continente americano merece un poco más de respeto.

Los casos de Posada Carriles y de los cinco cubanos injustamente encarcelados ilustran la hipocresía monumental de la que hace prueba Washington en su “guerra contra el terrorismo”. Parece que la administración Bush no tiene límites en su irracional carrera hacia la infamia.

Notas:
1) Associated Press, «Cuban Militant Freed From U.S. Custody», 19 de abril de 2007; Wilfredo Cancio Isla, «Un tribunal de Nueva Orleans bloquea la libertad a Posada», El Nuevo Herald, 13 de abril de 2007.
2) Alicia A. Caldwell, «Appeals Court Blocks Militant’s Release», Associated Press, 13 de abril de 2007; Associated Press, «US Judge Says Cuban Militant Accused in Plane Bombing Should Be Free on Bail Pending Trial», 6 de abril de 2007.
3) Wilfredo Cancio Isla, «El gobierno trata de impedir fianza de Posada», El Nuevo Herald, 10 de abril de 2007.
4) Public Law 107-56, Uniting ans Strengthening America By Provinding Appropriate Tools Required to Intercept and Obstruct Terrorism (USA PATRIOT ACT) Act of 2001, Government Printinf Office, 26 de octubre de 2001, Section 412.
5) Fidel Castro Ruz, «La respuesta brutal», Granma, 10 de abril de 2007.
6) Central Intelligence Agency, «Personal Record Questionnaire on Posada», 21 de enero de 1972, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University. http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19720417.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
7) Central Intelligence Agency, «Suspected Bombing of Cubana Airlines DC-8 Near barbados, West Indies, October 6,1976», 16 de octubre de 1976, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University. http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19761016.pdf
(site consulte le 16 de abril de 2007).
8) Central Intelligence Agency, «Luis Pozada», 7 de junio de 1966. Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19660600.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
9) John E McChugh, «Subjet: non declassifie», 18 de julio de 1966, Federal Bureau of Investigation, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University. http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19660718.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
10) Federal Bureau of Investigation, «Cuban Representation in Exile (RECE); Internal Security – Cuba; Neutrality Matters», 13 de julio de 1965, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University. http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19650713.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
11) Federal Bureau of Investigation, «Roberto Alejos Arzu; Luis Sierra López. Neutrality Matters, Internal Security, Guatemala», 17 de mayo de 1965, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19650517.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
12) Federal Bureau of Investigation, «Luis Posada Carriles. IS- Cuba», 7 de julio de 1965, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University. http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19650707.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
13) Agencia Bolivariana de Noticias, «Liberación de Posada es una hora bochornosa para el mundo», 19 de abril de 2007.
14) Central Intelligence Agency, «Possible Plans of Cuban exle Extremists to Blow Up A Cubana Ailiner», 22 de junio de 1976, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University. http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19760622.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
15) Federal Bureau of Investigation, «Suspected Bombing of Cubana Airlines DC-8 Near barbados, West Indies, October 6,1976», 9 de octubre de 1976, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19761009.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
16) Ibid.
17) Harold H. Saunders, «Castro’s Allegations», 18 de octubre de 1976, State Department, Bureau od Intelligence and Research, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University. http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19761018.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
18) Ibid.
19) Ibid.
20) Ibid.; Federal Bureau of Investigation, «Bombing of Cubana Airlines DC-8 Near Barbados, West Indies, october 6, 1976. Neutrality Matters, Cuba- West Indies», noviembre de 1976, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19761102.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
21) Federal Bureau of Investigation, «Bombing of Cubana Airlines DC-8 Near Barbados, West Indies, october 6, 1976. Neutrality Matters, Cuba- West Indies», op. cit.
22) Ibid.
23) Federal Bureau of Investigation, «Suspected Bombing of Cubana Airlines DC-8 Near barbados, West Indies, October 6,1976», 7 octubre de 1976, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19761008.pdf (site consulte le 16 avril 2007).
24) Federal Bureau of Investigation, «Bombing of Cubana Airlines DC-8 Near Barbados, West Indies, october 6, 1976. Neutrality Matters, Cuba- West Indies», op. cit.
25) Felix I. Rodriguez, «Testimony of Felix I. Rodriguez Before the Joint Hearings on the Iran-Contra Investigation (Excerpt)», 27 de mayo de 1987, Luis Posada Carriles, the Declassified Record, The National Security Archive, George Washington University.
http://www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB153/19870527.pdf (site consulte le 16 de abril de 2007).
26) Ann Louise Bardach & Larry Rohter, «Key Cuba Foe Claims Exiles' Backing», New York Times,12 de julio de 1998.
27) International Herald Tribune, «Four Cubans Pardoned», 27 de agosto de 2004; Anita Snow, «Mireya Moscoso indulta a cuatro anticastristas», El Nuevo Herald, 27 de agosto de 2004; Glenn Kessler, «U.S. Denies Role in Cuban Exile’s Pardon», Washington Post, 27 de agosto de 2004: A18.
28) Agencia Bolivariana de Noticias, «Posada Carriles: Prontuario de un terrorista made in USA», 19 de abril de 2007.
29) James LeMoyne, «Cuban Linked to Terror Bombings Is Freed by Government in Miami», The New York Times, 18 de julio de 1990, Section A, p.1; The New York Times, «The Bosch Case Does Violence to Justice», 20 de julio de 1990, Section A, p. 26.
30) Salim Lamrani, Fidel Castro, Cuba et les Etats-Unis (Pantin: Le Temps des Cerises, 2006), p.
31) Agencia Bolivariana de Noticias, «Mandatario venezolano exigió nuevamente extradición de Posada Carriles», 19 de abril de 2007.
32) Agencia Bolivariana de Noticias, «Daniel Ortega anunció que Nicaragua solicitará extradición de Posada Carriles», 19 de abril de 2007.
33) Deisy Francis Mexidor, «Condenan libertad del verdugo», Granma, 20 de abril de 2007.
34) Movimiento de No Alineados, «Movimiento No Alineados presenta protesta ante la ONU por liberación de Posada Carriles», Cubadebate, 20 de abril de 2007.
35) Salim Lamrani, Superpowers Principles (Monroe, Maine: Common Courage Press, 2005); Salim Lamrani, Washington contre Cuba (Pantin: Le Temps des Cerises, 2005); Salim Lamrani, La guerra contra el terrorismo y el caso de los Cinco (Barcelona: El Viejo Topo, 2005), Salim Lamrani, Terrorismo de Estados Unidos contra Cuba. El caso de los Cinco (La Habana: Editorial José Martí, 20050; Salim Lamrani, Il terrorismo degli Stati Uniti contro Cuba (Milan: Sperling & Kupfer, 2006).
36) Ibid.
37) Wilfredo Cancio Isla, «Posada Carriles podría quedar en libertad condicional», El Nuevo Herald, 17 de abril de 2007; Associated Press, «Cuban Militant Posada Posts $250K Beil», 18 de abril de 2007; Ian James, «Lawyer: U.S. Protecting Cuban Militant», Associated Press, 9 de abril de 2007; Associated Press, «Judge Rejects Bid to Delay Bond Order For Anti-Castro Militant», 10 de abril de 2007; Fabiola Sanchez, «Venezuelan military Agents Raid Home of Friend od Anti-Castro Militant Posada», Associated Press, 13 de abril de 2007; Tim Weiner, «Cuban Exile Is Charged With Illegal Entry», The New York Times, 20 de mayo de 2005, Section A, p. 14; Reuters, «Castro Accuses Bush of Protecting Accused Bomber», 10 de abril de 2007; Spencer S. Hsu & Nick Miroff, «U.S. Holds Suspects in War Crimes», The Washington Post, 4 de abril de 2007; Jeff Franks, «Anti-Castro Exile Freedm En Route to Miami», Reuters, 19 de abril de 2007; Los Angeles Times, «U.S. Loses Bid to Keep Posada Jailed», 18 de abril de 2007; USA Today, «Cuba, Venezuela Protest pending release of Anti-communist», 11 de abril de 2007; The Boston Globe, «Caracas Demands US Return of Militant», 21 de mayo de 2005; Eric Leser, «L’arrestation de l’anticastriste Luis Posada Carriles, á Miami, embarrasse les Etats-Unis», Le Monde, 6 de abril de 2007; Jean-Hébert Armengaud, «Cuba réclame une figure anticastriste arrêtée aux Etats-Unis», Libération, 19 de mayo de 2005.


ARGENPRESS.info/26/04/2007

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