27/6/07

Bolívar y Chávez: militares, estadistas y “Periodistas por la verdad”

OPINION
Hernán Mena Cifuentes
ABN/27/06/2007
-
Caracas-Simón Bolívar y Hugo Chávez, como estrategas militares y estadistas, comprendieron la importancia de los medios como instrumentos de divulgación de los propósitos y metas de sus revoluciones y, así como El Libertador los utilizó como arma de disuasión para neutralizar la distorsión y manipulación de las noticias por parte del imperio español, hoy el presidente venezolano las usa contra las mentiras que propala el Imperio yanqui y sus lacayos. Ambas decisiones cobran vigencia especial este miércoles, cuando en Venezuela se celebra el Día del Periodista, fecha instituida en homenaje al Correo del Orinoco, periódico fundado por Bolívar hace 189 años, el 27 de junio de 1818, y a 97 meses de la inauguración del programa Aló, Presidente, el 23 de mayo de 1999 por Chávez, dos medios, uno impreso y el otro audiovisual, que han marcado un hito en la historia como voceros de dos procesos revolucionarios en América Latina. El genio de Bolívar entendió a tiempo que, para enfrentar con posibilidades de éxito al poderoso arsenal publicitario del imperio español que dominaba los espacios de la comunicación social en Europa satanizando la causa libertaria en Venezuela y el resto de América Latina, era indispensable y prioritario la creación de un periódico que diera a conocer en el país, y en el viejo continente, los ideales de la revolución que lideraba en busca de libertad e independencia. Fue así como dio inicio a una titánica empresa en busca de recursos económicos y demás facilidades para adquirir la imprenta requerida para publicar el medio que tanto necesitaba y, a pesar de las dificultades y obstáculos que debió enfrentar en su objetivo, su perseverancia fue premiada cuando, tras múltiples diligencias hechas ante Francisco Peñalver, su agente en Trinidad, a quien le había dicho: “Mándeme usted la imprenta, que es tan útil, como los pertrechos para la guerra,” esta se pudo comprar en Londres. Fue en parte una operación de trueque, ya que el costo de la máquina, que era de 2.200 pesos, se pagó entregando como parte del mismo, veinticinco mulas, animales de carga con un valor de 45 pesos cada una, mientras que el resto se canceló tomando en cuenta una deuda pendiente. El Correo del Orinoco salió a la luz en la ciudad de Angostura, que para entonces era la capital provisional de Venezuela y Cuartel General del Ejército Libertador, lográndose imprimir 133 números y más de cinco “ediciones extraordinarias”, como lo fue el anuncio de la victoria de las fuerzas patriotas en la batalla de Carabobo, el 24 de junio de 1821. Sus noticias y artículos de opinión, escritos por prominentes intelectuales patriotas, entre ellos el propio Libertador, fueron leídos con avidez e interés en toda Europa y Estados Unidos, rompiendo las barreras de calumnias y mentiras que España divulgaba por el mundo presentando a los revolucionarios como vasallos desobedientes rebelados contra un rey noble y magnánimo impuesto por la voluntad divina. Cumplida una histórica misión orientadora, luego de 3 años y 9 meses de llevar el mensaje de la verdad de la causa revolucionaria a Venezuela y a otras naciones, así como la divulgación de normas y principios sobre moral y ética periodística, El Correo del Orinoco, dejó de publicarse, siendo su última edición la del 23 de marzo de 1822, mientras Bolívar se disponía a dirigirse al Sur del continente para liberar a otros pueblos americanos. Debieron transcurrir 181 años desde el nacimiento del Correo del Orinoco, para que se diera otro fenómeno similar en los anales del periodismo venezolano, hecho que ocurrió en 1999 con la creación de Aló, Presidente, el programa audiovisual fundado por el Presidente Hugo Chávez, para divulgar como lo hizo Bolívar, los propósitos y metas de una revolución y al mismo tiempo frenar la conspiración mediática desatada por el Imperio yanqui y sus secuaces contra el proceso pacífico e inédito que adelanta el Jefe de Estado. Se trata de un espacio radial y televisivo participativo que atrae a multitudes que lo observan y escuchan directa o indirectamente, en su forma itinerante mientras recorre los distintos escenarios del país y en algunas ocasiones los del exterior, teniendo muchas veces como invitados especiales a prominentes personalidades, presidentes, poetas, escritores, periodistas, luchadores sociales y combatientes revolucionarios quienes en diálogo directo con el mandatario venezolano y los pueblos del planeta, expresan libremente sus ideas. Y así como El Correo del Orinoco, logró neutralizar hace dos siglos las maniobras del Imperio español para distorsionar la realidad del proceso independentista venezolano y latinoamericano, Aló, Presidente, en estos últimos 8 años, ha logrado derribar el poderoso andamiaje de calumnias y falsedades, diseminadas por el mundo por Estados Unidos y su corte de vasallos en su intento por destruir a la Revolución Bolivariana y a su líder. Fernando Buen Abad Domínguez, destacado filósofo, comunicólogo e intelectual mexicano explica en su poético y magistral lenguaje, lo que es Aló, Presidente, desglosando una a una las facetas y el estilo que le imprime su conductor, el jefe del Estado venezolano al convertirlo en un medio portavoz de un pueblo y de un proceso que ha llegado a ser emulado por gobernantes progresistas de otros pueblos que sufren los ataques del Imperio. “Nadie imaginaría -señala Abad Domínguez- que un programa televisivo largo, muy largo, basado casi en una sola toma, sin movimientos ni efectos espectaculares, con un hombre que habla y habla, que incluso canta de cuando en cuando, y feo, sería uno de los foros de comunicación y educación política más importantes en plena “Civilización de la Imagen”. Nadie imaginaría que tal experiencia de comunicación sería un apogeo de celebraciones revolucionarias, manicomio para funcionarios gubernamentales, voz de pueblo emplumada con rebeldías, sinfonía de luchas alimentadas con estrellas que bajan a galope desde la bandera de la revolución.” “Aló, Presidente ha roto los cánones y los silabarios con que muchos iniciados y sabihondos mediáticos andan por el mundo vendiendo “ingeniería de la imagen”. Ha saltado las tranqueras y los límites, los estatutos de muchos “estudios de recepción”, los “hábitos de las audiencias y los estereotipos del “rating”. “Aló, Presidente es una experiencia de comunicación alimentada con los imaginarios más ansiosos. Insurrección semiótica que con imágenes y palabras transmite a norte y sur, este y oeste su clamor de verdades. Hugo Chávez pasa horas explicando planes y tácticas sobre el pizarrón electrónico de la tele y la radio, repletos de miradas…enseña, aprende, denuncia, exige…palabra por palabra. Habla con fuerza desde la política, sobre la política y contra ciertos políticos que temen mancharse los zapatos, algunos burócratas…pues.” “Aló, Presidente es una revolución hecha comunicación, no por gracia del talento”genial” de Hugo Chávez, por su encanto o carisma, o no solo, por la fuerza que las masas le confieren para que comande, junto a otros, una revolución incluso con los mass media. Aló, Presidente no sería lo que es sin la lección extraordinaria de abril y sin la potencia de un pueblo decidido a transformarlo todo y transformarse sí, para devolverse las tierras y fábricas robadas a lo largo de siglos, el trabajo y las riquezas saqueadas a lo largo de siglos.” “En Aló, Presidente el que habla no es el que aparece, el que mira no está inmóvil, el que escucha dialoga con sus convicciones y todos someten a escrutinio y prueba lo que parece lejos pero que está a la vista cuando la vista no se agota con lo visible.” “Habla de los hospitales, los quirófanos y los médicos, del maíz, el azúcar, el café y el petróleo. De los obreros y de los militares, de los reservistas, de las armas y la educación. De la comida y de la vivienda. De la riqueza que es de todos. En Aló, Presidente suenan los cerros y los balazos. La lucha contra la barbarie y la lista enorme de problemas turbulentos.….' “Aló, Presidente escapa a la banalidad de los modos burgueses para el uso de los mass media, obsesivos y alienantes, para emprender una lucha contra el régimen absolutista de imágenes, en una guerra de significados necesaria y complicada. Aló, Presidente es un puente ineludible en el paso de una comunicación vieja, golpista y alienante a otra comunicación en plena creación, esta vez no dispendiosa, escandalosa ni obscena, esta vez divertida, sabrosona y cariñosa, esta vez, acaso, hecha para todos.” “Chávez protagoniza en Aló, Presidente un personaje múltiple que es el mismo en la piel de todos. Viejo, adolescente, criollo, mestizo, militar, campesino, obrero. Preserva en su rostro cubista los rostros de un pueblo que tiene de todo un poco, incluso la sonrisa fresca, las penurias, los miedos y los dolores. Es la vida misma de un país herido con golpes mediáticos, mentiras, robo y crimen. Pero esta vez la tele y la radio son un arma más de la revolución. Pa ‘l buen entendedor que no quiere pocas palabras.” Eso fue El Correo del Orinoco y eso es Aló, Presidente, dos espadas esgrimidas por Bolívar y por Chávez. Militares y estadistas que asumieron el rol de periodistas, corresponsales de guerra luchando con la pluma y la palabra contra la barbarie, derrotada `por los medios que ellos crearon, ejemplo de verdadero periodismo, ejercido con dignidad y valentía, (y no con sumisión y cobardía, como otros, vendidos a su amo imperial), porque en cada escrito y frase que llenan sus espacios, hay una sublime lección de moral y ética revolucionaria.

No hay comentarios:

Locations of visitors to this page