13/6/07

FAO La agricultura representa el 70 por ciento del trabajo infantil.

FAO:Devolver a los niños su infancia
Poner fin al trabajo infantil en la agricultura debe convertirse en una prioridad de la agenda política internacional, afirmó ayer la FAO en ocasión del Día Mundial contra el trabajo infantil.“Es simplemente inaceptable que a diario 132 millones de niños de entre 5 y 14 años de edad se vean forzados a trabajar la tierra, a menudo en condiciones insalubres y peligrosas”, aseguró José María Sumpsi, subdirector general de Agricultura y Protección del Consumidor de FAO. “La única estrategia válida contra el trabajo infantil es reducir la pobreza en las áreas rurales de los países en desarrollo. Para ello hay que ofrecer oportunidades de obtener ingresos, seguridad y salubridad en los trabajos agrícolas, mejorar el manejo de los pesticidas y garantizar el desarrollo sostenible”, añadió Sumpsi. Este año, la agricultura es el tema central del Día Mundial contra el trabajo infantil. Por este motivo fue creada ayer en Ginebra una nueva asociación para combatir la presencia de menores en las tareas agrícolas, con la participación de la FAO, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), la Federación Internacional de Productores Agropecuarios (FIPA), la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agricultura, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA), y el Instituto Internacional de Investigación en Política Alimentaria (IFPRI). La creación de esta asociación y una serie de eventos que tienen lugar en Roma, forman parte de un esfuerzo común para llamar atención sobre la situación de los trabajadores infantiles en la agricultura. Un tercio de la fuerza laboral agrícolaCalcular con exactitud el número de niñas y niños que trabajan en la agricultura es difícil, ya que el trabajo infantil es a menudo clandestino y no aparece en las estadísticas oficiales. Una estimación conservadora de la OIT señala que el trabajo infantil ocupa a cerca de 218 millones de niños en todo el mundo, el 70 por ciento de ellos en la agricultura. Ello supone cerca de un tercio del total de la fuerza laboral en este sector. Muchos estudios apuntan a una misma razón detrás del trabajo infantil: la pobreza. Los niños se ven obligados a trabajar para asegurar su propia supervivencia y la de sus familias. La pobreza significa también falta de escolarización, asistencia sanitaria y oportunidades de empleo, factores que empujan a los menores a trabajar. Sin embargo, algunos países pobres han realizados avances notables en la reducción del trabajo infantil, hasta el punto de haberlo casi eliminado. El estado indio de Kerala es un ejemplo. La región de América Latina y el Caribe también ha visto un notable descenso del número de niños trabajadores, que pasó del 16 al 5 por ciento entre 2000 y 2004. La buena noticia es que se ha logrado un elevado descenso –el 26 por ciento- en el número de niños involucrados en trabajos peligrosos. Mano de obra barata y fácil de explotarUna justificación habitual que utilizan los patrones sin escrúpulos a la hora de usar trabajadores infantiles es el denominado argumento de los “dedos ágiles”: los niños tienen manos pequeñas y hábiles que realizan mejor tareas delicadas como la recolección de flores y hojas de té, o atar nudos en las alfombras. “Los estudios realizados por la OIT en industrias peligrosas como la del vidrio o el pulido de diamantes indican que no existe esta ventaja”, señaló Sumpsi. “En la agricultura, como en otros sectores, no hay ocupación que un adulto no pueda hacer tan bien, -si no mejor-, que un niño”, añadió. “La realidad es que los niños no exigen tantas garantías, son más fáciles de explotar y –sobre todo- son considerablemente más baratos. Realizan el mismo trabajo que un adulto, pero se les paga bastante menos”, explicó Sumpsi. Condiciones duras y peligrosasLa agricultura, junto a la minería y la construcción, está considerada como uno de los tres sectores laborales más peligrosos.Sin posibilidad de asistir a la escuela y de jugar, sin formación y experiencia que les respalde, sin instrucciones precisas, ni conocimientos sobre las medidas de seguridad y a menudo utilizando herramientas diseñadas para manos de adultos, los niños son particularmente vulnerables a los riesgos que encierra el trabajo en la agricultura, la silvicultura, la pesca y en el procesado, transporte y comercialización de alimentos y productos agrícolas. La exposición a pesticidas y otros productos químicos peligros, el acarreo de cargas pesadas y los horarios de trabajo excesivamente largos pueden tener implicaciones a largo plazo en el desarrollo y crecimiento de los niños. Con frecuencia, los hijos de los trabajadores infantiles se ven también atrapados en la pobreza, con lo que el ciclo se perpetúa. Definir el trabajo infantilSin embargo, no todo el trabajo que realizan los niños puede ser definido como “trabajo infantil”. Las tareas ligeras que no interfieren con su asistencia a la escuela son aceptables a partir de los 12-13 años de edad, al igual que sucede con los trabajos calificados de no peligrosos para los adolescentes de 15 y 16 años. “Trabajo infantil”, según la convención de la OIT, se refiere específicamente al trabajo que perjudica la salud del niño, impide que asista a la escuela y puede poner en entredicho su desarrollo y crecimiento futuros. “Participar de cierta forma en actividades de subsistencia de la familia, en especial si no implica trabajos pesados o peligrosos, o no interfiere con la escolarización, es legítimo y puede ser importante para desarrollar habilidades necesarias para llegar a ser agricultor, pescador o silvicultor en la vida adulta. Por el contrario, no hay excusa para el trabajo infantil que puede resultar dañino, sea abusivo o suponga la explotación de los menores y les prive de su derecho a la educación. Si los trabajadores infantiles en la agricultura tuvieran un país propio, sería el octavo más grande del mundo”, subrayó Eve Crowley, de la Dirección de Género, Equidad y Empleo Rural de la FAO. “Eliminar las formas más peligrosas y explotadoras del trabajo infantil está a nuestro alcance”, subrayó Crowley. “Hoy día -añadió- tenemos que romper el muro de silencio e indiferencia que rodea a este fenómeno. Tenemos que asegurarse que los convenios de la OIT se ratifican y se cumplen y que a partir de ahora vaya ganando fuerza la campaña a nivel mundial para eliminar las peores formas de trabajo infantil en la agricultura.
AgroInformacion.com/13/06/2007

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