7/6/07

Panamá, diferente al resto de Latinoamérica

Opinión
*Eduardo L. Lamphrey R.
En 2006 nuestro crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 8.1%, este año se reducirá a 6.6% ó 6.8% y para el 2008 a 4.6%. Por primera vez en 37 años se alcanzó una tasa de crecimiento de 8.1%, lo que con justificada razón ha desatado alegrías y congratulaciones. Pocos conocen o recuerdan que en los gobiernos de Roberto F. Chiari y Marcos Robles, entre 1961 y 1968, Panamá logró igual crecimiento del PIB durante 10 años consecutivos. Pero igualmente no se distribuyeron equitativamente las riquezas. Somos 3,074,146 ciudadanos, de estos, 1,637,100 viven en sectores vulnerables; 1,128,400 están en pobreza, o sea un 36.8% y de ellos, 508,700 viven en extrema pobreza (16.6%). Tasa de desempleo total: 8.6%. En Panamá el 2% de la población controla el 60% del PIB, o sea, 61,483 se apropian del 60% de las riquezas nacionales. A los restantes 3,012,663 nos queda por distribuir el 40% del PIB.El Sector Terciario responde por el 80% del PIB; el primario y secundario por el 20%. Quiere decir que somos una economía de servicios, no hemos desarrollado los sectores agropecuario e industrial, como otros países latinos.Nosotros, con el Canal como soporte de crecimiento y desarrollo histórico, hemos construido una cultura política-económica que gira alrededor de los servicios, esencialmente del turismo y todas sus conexiones aledañas. Para este primer trimestre del 2007 llama la atención que más de 389 mil turistas nos visitaron, incrementando en 9.5% en comparación con el trimestre del 2006; estos gastaron 296,300 dólares, mostrando un incremento de 18.1% en comparación con el 2006; las apuestas de los casinos, para este primer trimestre alcanzaron 203.4 millones, un 12.3% por encima de igual período del 2006; pero lo que juega el panameño disminuyó, como las apuestas hípicas, 1.9%, y la lotería aumentó solo 2.9%. Esta conciencia panameña hacia este sector servicio no es común en Latinoamérica, por eso el panameño viste, come, piensa diferente sobre la vida y escasamente trata de entender la política nacional y latinoamericana. Sabe cuál pelotero compró los Yanquis y cuántos juegos ha salvado Mariano, es hincha del Barça y los Lake. No es bilingüe, pero machuca el inglés y siempre listo para jugarle vivo al turista. Todo en servicios, jamás en sostener y crecer con una propuesta industrial, agrícola o pesquera. Esta es nuestra realidad y así nos movemos hacia el futuro, seguimos creciendo a un ritmo acelerado, tenemos un gran boom en la construcción, en la ampliación del Canal, en bienes raíces. O sea, mucha inversión extranjera en servicios, no en el agro o industria, esto refuerza nuestra condición de expertos en servicios. Nuestro futuro está en ir a vivir a EEUU, no soñamos con hacerlo en el interior del país. Pero seguimos creciendo y acelerando la desigualdad económica. Ese es el punto que nos hará reencontrarnos con nuestra cruda realidad, eso nos pondrá los pies en la tierra. El hambre y la marginalidad nos volverán más panameños y latinoamericanos, ya pasaron las épocas de los mariner y su despilfarro de dinero. Ahora hay otros capitales, más violentos y con los cuales no se juega, aquí el juega vivo se paga con la muerte. Es un escenario que no ha podido entender el panameño, lo cual lo alejará de ese desconcierto. Para que exista una justa participación de los ciudadanos en la repartición del PIB, los gobiernos deben velar por un desarrollo económico sostenido y encausar políticas sociales que permitan a sus habitantes contar con derechos humanos inalienables, como el acceso a la salud, la educación, al empleo, el agua y la vivienda. Todos los estudios económicos dicen que la reducción de la desigualdad en la distribución de las riquezas es el método más eficaz para combatir la pobreza. Para hacer esto hay que tener voluntad y conciencia política y un pueblo consciente de su propia realidad.
*El autor es economista.
La Estrella On Line/07/06/2007

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