12/7/07

Ataques en Yemen y Líbano: ¿están los intereses españoles en el punto de mira?

Enrique Montánchez
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Ningún país occidental ostenta el triste récord sufrido por España de dos atentados terroristas en Oriente Medio en los que, separados por apenas nueve días, han muerto seis militares y siete civiles. Se trata de algo más que una coincidencia, que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) trata de desentrañar.
No le basta con atribuir ambos hechos al terrorismo islamista o colocarles la socorrida etiqueta de Al Qaeda, según apuntan medios cercanos al servicio secreto español.
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Un gran reto
El CNI afronta el mayor reto de su corta historia: garantizar la seguridad de los intereses españoles en el mundo y, específicamente, los económicos, que convierten a España en la octava potencia. De no estar a la altura de la confianza depositada por las instituciones y de los enormes medios humanos y materiales puestos a su servicio, habría que plantearse si la reconversión del Cesid en el CNI ha sido baldía.
Desde estas páginas se informó de que la emboscada del 24 de junio contra un convoy militar español en el Líbano reunía evidencias suficientes para pensar en una operación inspirada por servicios secretos. Coche bomba accionado por mando remoto, lo que ponía de manifiesto que los autores sabían que los BMR españoles no disponían de inhibidores de frecuencia; matrícula falsa; número de bastidor trucado; explosivo C-4 de tipo militar, y plan de escape estudiado al detalle. En suma, una operación profesional.
Las declaraciones del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, han sido bastante elocuentes. Por dos veces, una en Beirut y otra ante la Comisión de Defensa del Parlamento, afirmó que el coche fue preparado fuera del Líbano. Pero, sin pruebas, se cuidó de señalar a un país concreto para evitar un conflicto diplomático.
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Siria, bajo sospecha
En medios cercanos al CNI no se descartó la larga mano de los servicios secretos sirios. Está pendiente que el Gobierno informe si los 50 kilos de C-4 empleados contra los militares españoles responden al tipo utilizado en atentados con coches bomba contra políticos libaneses que, según el Gobierno del país de los cedros, llevaban el sello de los servicios especiales de Damasco. Aun en el caso de que el explosivo no condujera a pista alguna, el CNI sigue investigando una posible "conexión siria".
No ha pasado desapercibido para los analistas que las buenas relaciones hispano-sirias se han enfriado súbitamente a raíz de que la Policía española detuviese en Barajas, a petición de EEUU, al sirio y presunto traficante de armas Monzer Al Kassar, residente en Marbella, foco de operaciones de blanqueo de capitales. Washington ha solicitado su extradición y, si se le concede, le esperan largos años en cárceles estadounidenses. En la movida biografía de Al Kassar figura haber colaborado con servicios secretos de medio mundo, entre ellos el antiguo Cesid.
No hay antecedentes
En el caso del atentado de Yemen confluyen elementos, cuanto menos, singulares, a juicio de las citadas fuentes. No hay antecedentes en ese país de una operación de estas características por parte de organizaciones yihadistas. Las primeras investigaciones del CNI se centran en determinar si se trata de un ataque contra turistas en general, preludio de otros más, o han elegido específicamente al grupo español.
En este caso, la situación sería preocupante y afectaría de lleno a los intereses empresariales de nuestro país en el Golfo Pérsico. Así, el atentado en el que han sido asesinados siete españoles habría sido ordenado directamente por el "directorio" de Al Qaeda -la cúpula ejecutiva que se estructura en divisiones: económica, militar, religiosa, propaganda- no sería producto de una acción individual de cualquier grupo franquiciado por la organización.
La orden habría partido del grupo saudí del "directorio", vinculado a la gestión de los recursos económicos y empresariales. Recuérdese que Osama Bin Laden es saudí y su grupo de empresas -entre ellas Bin Laden Group- se ramifica por todo Oriente Medio, Europa y Asia.
La pregunta es: ¿qué intereses económicos españoles han entrado en colisión con la red económica de Bin Laden para merecer una respuesta tan sanguinaria, materializada en asesinar a ciudadanos indefensos? Analistas expertos en Inteligencia Económica indican que determinadas inversiones españolas en los países ribereños de la península Arábiga no han entrado en los canales controlados por familias saudíes radicales.
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elEconomista.es-Madrid-Spain/Portada/12/07/2007

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