18/7/07

«La mitad del crecimiento económico y del empleo en España se debe a los inmigrantes»

«Asturias es una de las regiones que mayor futuro tienen y en ella se ve perfectamente cómo la Unión Europea ha transformado los territorios»
Alberto Navarro González, ayer, durante su intervención en La Granda.
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ALBERTO NAVARRO GONZÁLEZ SECRETARIO DE ESTADO PARA LA UNIÓN EUROPEA
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Mariola RIERA
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¿Cuál es la posición de Asturias en el conjunto de las regiones de la Unión Europea? -Asturias es una de las regiones que mayor futuro tienen y en ella se ve perfectamente cómo Europa ha llegado a transformar las regiones. España lleva 21 años en la familia europea y, a estas alturas de la integración, han sido los mejores años de la historia española. Hemos recibido muchísimo y también hemos dado mucho a Europa, que no se entiende sin España. Hemos enviado a nuestros mejores hombres y mujeres a trabajar por la Unión: Abel Matutes, Manuel Marín, Loyola de Palacio, Javier Solana, Enrique Barón , Gil Carlos Rodríguez Iglesias... y mucha más gente. -Ha compartido almuerzo con el presidente del Principado. -Vicente Álvarez Areces preside las 17 comunidades autónomas españolas en el comité de las regiones y le informé de asuntos relacionados. También hablamos del uso de los fondos de cohesión en Asturias, una región que, a partir de este año, comienza a dejar de ser objetivo 1, si bien disfrutará de una transición hasta 2013. Creo que ha aprovechado muy bien los fondos; basta circular por esta tierra para verlo. Areces y yo hablamos de investigación y desarrollo, de los proyectos del Gobierno regional.... -En La Granda describe la posición de España ante el futuro de la Unión. ¿Cuál es? -España apuesta por una Europa política; no nos basta la de mercado, la de libre comercio, ni siquiera la del euro. Queremos una Europa que sea un actor en el mundo globalizado, que proteja a sus ciudadanos dentro y fuera de sus fronteras, que promueva los valores que compartimos como europeos (el rechazo de la pena de muerte; la tolerancia; la solidaridad; la libertad; los derechos humanos); que impulse políticas comunes ya hechas y nuevas, como energía, inmigración, defensa... Para conseguir esa Europa política necesitamos que sea más eficaz y más democrática. -Parece que en ello se está con el alumbramiento, el pasado junio, del tratado de reforma tras el fracaso constitucional. -Sí, es lo que viene a dar el nuevo tratado. España ratificó en referéndum la Constitución y creo que hizo muy bien; podemos ir con la cabeza muy alta por Europa, pues hemos hecho los deberes. Ahora, tras el «no» de Francia y Holanda, hay que negociar un nuevo tratado; se ha rescatado el fundacional con otro nombre. El lunes se abre la conferencia intergubernamental en Bruselas, donde la presidencia portuguesa presentará el proyecto. Se espera que el proceso sea rápido y cerrar el tratado en la cumbre de octubre, para firmar los textos en diciembre y que luego, en 2008, cada Estado lo apruebe. Se abren expectativas favorables de que el tratado de reforma esté listo en enero de 2009. -¿Qué supone este tratado? -Nos dará más eficacia, más democracia y más solidaridad. Básicamente conseguirá que la UE funcione mejor: hace tres años éramos 15 países, en 2004 entraron de golpe 10, y en enero llegaron Rumanía y Bulgaria. Hemos pasado de 15 a 27 estados en tres años. Casi el doble, pero con las mismas reglas, lo que impide funcionar adecuadamente. -Da la sensación de que será mejor esperar al tratado antes de nuevas entradas, como la de Turquía o Croacia. -Sin duda. Sin tratado no puede haber ampliaciones. El proceso de anexión de ambos va con normalidad; digamos que avanza más la negociación con Croacia, algo lógico, al ser un país más pequeño. Quizás en 2010 Croacia pueda ser un estado miembro de la UE; lo más razonable es que entre durante la presidencia española. Con Turquía, sin duda, serán unas negociaciones más largas, durarán muchos más años, y nadie piensa que el país entre antes de 2014. El tratado es absolutamente necesario; con 15 países era difícil obtener la unanimidad; con 27, se corre el riesgo de parálisis. -Uno de los principales retos de la UE es controlar y regular la creciente inmigración. -La inmigración existe desde que existe la humanidad, pero en los últimos años se ha acelerado y globalizado. Creo que la inmigración es altamente positiva; fortalece y refuerza a los países que la reciben, pero es una sangría para los países de origen: los que emigran son los más fuertes, los más capaces, los que no se resignan. La mitad del crecimiento económico de España se debe a la inmigración; la mitad de los empleos, también. Sin los inmigrantes no habríamos podido crear ese empleo... -Pero en Europa no gustan las decisiones del Gobierno español en materia de inmigración. -España pidió hace dos años una política de inmigración europa con 4 vertientes: facilitar la inmigración legal, combatir la irregularidad, integrar a los inmigrantes en nuestras sociedades y ayudar al desarrollo de los países de origen. Es cierto que algunos países protestaron cuando se hizo la regularización en España, hace dos años. El Gobierno se encontró con más de un millón de irregulares e hizo una regularización como se había hecho anteriormente cada cinco años. A nivel europeo no había reglas y se ha acordado que, antes de regularizar en cada país, se debe escuchar a los demás e informarles. Ahora Alemania tiene en proyecto regularizar a 110.000 inmigrantes, y Holanda, a 40.000. En mi opinión, creo que es mejor que los inmigrantes vivan en la legalidad, que no sean objeto de explotación de mafias. La comisión acaba de presentar una propuesta para armonizar las penas a los empresarios que contraten a inmigrantes ilegales. Ahora es muy dispar.
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La Nueva España-España/NOTICIAS/18/07/2007

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