26/8/07

El ocaso del Imperio USA

@Angel Martínez.


El Gobierno de los Estados Unidos camina sobre la cuerda floja y comete errores que, extrapolados en el tiempo, son idénticos a aquellos en los que incurrió el Imperio Romano justo antes de su caída. Sus políticas insostenibles unidas al déficit fiscal, a una insuficiencia presupuestaria crónica en materia sanitaria, a la inmigración y a los compromisos militares en el extranjero amenazan con provocar una crisis si no se toman medidas de forma inmediata, según ha advertido el principal inspector gubernamental de los EEUU.

David Walker, comptroller general de los EEUU (un funcionario federal que supervisa el gasto público y estudia las reclamaciones contra el Gobierno), ha publicado esta valoración sorprendentemente negativa sobre el futuro de su país en un informe que traza lo que él denomina como “aterradoras simulaciones a largo plazo”. Éstas incluyen subidas” “dramáticas” de impuestos, una reducción drástica de los servicios sociales y una venta masiva por parte de gobiernos extranjeros de las ingentes cantidades de deuda pública estadounidense de las que son titulares.

Estableciendo paralelismos con el ocaso del Imperio Romano, Walker advierte que existen “destacadas semejanzas” entre la situación actual de los Estados Unidos y los factores que provocaron la caída de Roma. Entre ellos: “El declive de los valores morales y del civismo político en el país, las intervenciones militares en el extranjero excesivamente confiadas y sobre-extendidas y la irresponsabilidad fiscal por parte del Gobierno central”. La visión de Walker es muy relevante dado que es una figura no partidista a cargo de la Government Accountability Oficce, un órgano descrito a menudo como el brazo investigador del Congreso de los Estados Unidos.

En declaraciones al Financial Times tras la publicación de su informe, el comptroller general ha señalado que el desequilibrio fiscal que padece EEUU significa que el país está “en camino hacia una explosión de la deuda”. “Con la jubilación inminente de la generación del baby boom, los costes de la asistencia sanitaria creciendo en espiral, las tasas de ahorro cayendo en picado y una creciente dependencia de los prestamos extranjeros nos enfrentamos a riesgos fiscales sin precedentes”, sostiene Walker, antiguo director ejecutivo de la firma auditora PwC. Las actuales políticas del Gobierno de George Bush sobre educación, energía, medioambiente, inmigración y la guerra de Iraq también se enmarcan, según él, en una “trayectoria insostenible”.

Un Ejército extenuado

En el terreno militar, el Ejército de EEUU, empantanado en las guerras que libra en Iraq y Afganistán, se enfrenta actualmente a un descenso en las cifras de alistamiento tan preocupante que el subconsejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, el teniente general Douglas Lute, reconoció hace días la posibilidad de que el Gobierno restablezca el reclutamiento militar obligatorio, un extremo negado por el Pentágono. Lute coincide con otros mandos militares al afirmar que estos conflictos, mucho más largos de lo esperado, han situado a las Fuerzas Armadas en un punto crítico.

Pese a las elevadas primas de enganche, las facilidades para alistar inmigrantes y otorgarles la ciudadanía o la reducción de las exigencias mínimas, el Ejército no logra completar las cuotas anuales de alistamiento. De un total de 1,5 millones de militares en activo, actualmente EEUU mantiene desplegados en el extranjero unos 300.000, de los que 175.000 están destinados a Iraq y Afganistán. Esto provoca que la administración Bush envíe a muchas unidades a Iraq por segunda y tercera vez, de forma que los soldados que sirven en este conflicto pasan doce meses en casa por cada quince meses de combate en el frente.

Según la oposición demócrata, las consecuencias de esta política ponen en peligro la preparación general para la defensa del país. Sus críticas coinciden con la visión de numerosos analistas que afirman que, aunque el Ejército todavía constituye una fuerza de combate altamente efectiva, se encuentra sobrecargado para afrontar otras amenazas. En esta línea, el general de cuatro estrellas y ex comandante en jefe de la OTAN George Joulwan, declaró hace ya un año a la CNN que el despliegue de las Fuerzas Armadas era absolutamente excesivo: “Tanto si (el Ejercito) está roto como si no, debo decir que si no se cambia la forma en que estamos haciendo las cosas hay peligro de fractura y ruptura”.

La amenaza del ‘ecocidio’

Entre las advertencias contenidas en el informe Walker se incluyen también las amenazas medioambientales a las que se enfrenta actualmente EEUU, el mayor emisor de gases productores del efecto invernadero a los que se atribuye el calentamiento global. Pese a que su país nunca ha ratificado el Protocolo de Kyoto de 1997, el presidente Bush celebrará en septiembre una conferencia con la ONU, la UE y otros doce estados para establecer metas a largo plazo sobre la reducción de estas emisiones.

El asunto no es baladí. Jared Diamond, profesor de la Universidad de California y Premio Pulitzer 1998, sostiene en su obra Colapso que las amenazas medioambientales podrían provocar un grave declive en los EEUU, tal y como lo provocaron en poderosas sociedades del pasado. Diamond clasifica en diversas categorías los procesos a través de los cuales una sociedad llega a debilitarse a sí misma por deteriorar el medio ambiente: deforestación, problemas de erosión del suelo, problemas de gestión del agua, caza y pesca excesiva, crecimiento de la población humana y aumento del impacto per cápita de las personas.

A estos problemas, causantes de un “suicidio ecológico impremeditado” denominado ecocidio, Diamond añade otros actuales: el cambio climático, la concentración de productos químicos en el medio ambiente y la escasez de fuentes de energía. “La mayoría de estas amenazas”, afirma,”se convertirán en un factor determinante al cabo de unos pocos decenios: o resolvemos estos problemas para entonces o los problemas nos debilitarán”.
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El Confidencial - España/26/08/2007

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