17/8/07

Lanzamiento de Cristina: A pesar de las apariencias, la política K no tiene tiempo para el amor

A Néstor Kirchner no se lo ve tan enamorado de Cristina Fernández cuando da un discurso como a Cristina Fernández cuando habla Néstor Kirchner. La cabeza del santacruceño está en numerosos temas a la vez y Cristina (si bien contó con la presencia de casi todo el gabinete nacional durante el lanzamiento de su fórmula junto a Julio Cobos) está intentando despegarse un poco del gobierno. El amor y la política en realidad no van de la mano y esto se notó durante el lanzamiento de campaña de Cristina

CIUDAD DE BUENOS AIRES - En primera fila, Néstor Kirchner, junto a la mayor parte del gabinete nacional, se mostró como un compañero distante de su esposa (y puede que no haya bostezado como su aliado Carlos Rovira, aunque poco le faltó para hacerlo), en el acto de lanzamiento de la fórmula presidencial Cristina Fernández - Julio Cobos, realizado anoche en el Luna Park.

El acto lo abrió Julio Cobos. La parte más racional y aburrida del lanzamiento, en la que se enumeraron coyunturas y proyectos teñidos de la típica demagogia kirchnerista, estuvo a cargo del candidato oficialista a la vicepresidencia. "Somos un grupo de hombres y mujeres de distintas vertientes políticas que se embarcan todos en el proyecto llamado Cristina Fernández", dijo Cobos en una manera florida de explicar el rejunte K que acompaña a la esposa del presidente.

Kirchner miraba atento al compañero de fórmula de su esposa, evaluandolo taciturno en cada estallido de aplausos programados que intentaban tapar silencios y los nerviosismos acostumbrados en toda primera presentación oficial.

Resulta que el mendocino quiere agujerear toda la cordillera, como dijo en su discurso, para ganar los mercados del Pacífico, para que los Chinos lleguen más rápido... se ve que los US$ 20.000 millones de inversión prometidos durante los primeros días de gestión del gobierno de K quedaron atorados en los picos nevados que separan la Argentina de Chile y eso es algo que el proyecto de todos de Cristina no podría aguantar.

Y no podría porque el escándalo de la valija con los US$ 800.000 puede llegar a cortarle la financiación que viene de Venezuela. Hugo Chávez aún no ha dicho una palabra sobre lo sucedido (en todo caso, no hay necesidad que el jefe le explique nada a K) y puede que esto a Kirchner no le guste y lo haga perder el control a poco tiempo de terminar su mandato.

Tanta tensión con Venezuela no estaba prevista, sobre todo después de los chichoneos, las conferencias y los estadios chavistas de Cristina Fernández por el Caribe. Sin embargo, es sabido que las relaciones pueden tensarse mucho más si no se encuentra una vía de salida rápida al escándalo (o una forma elegante de decir que las ratas son las primeras en abandonar el barco cuando este se hunde).

De cualquier manera, el escándalo de las valijas sólo muestra una punta del ámbito de corrupción generalizada sobre la que se sostiene el gobierno. El ejemplo más fuerte hasta ahora es el caso Skanska y ese tipo de cuestiones es bien sabido que tienden a bajar la popularidad de los políticos y nunca al revés.

De ahí que la esposa de K se muestre un poco más separada de las acciones del gobierno, aunque sólo sea en apariencias. De ahí que a Néstor se lo notara un tanto preocupado y disperso durante el acto. De ahí que nadie, en ningún momento, nombrara el episodio de la valija durante el acto.

Así, con una Cristina Fernández que volvió a ensayar los modos y formas de Eva Perón, la parte más emotiva del acto encontró su punto de mayor efusividad cuando la candidata nombró al ex presidente Juan Perón, fallecido en 1973. Utilizando íconos innegables y mitificados (aún cuando la marcha peronista no sea lo suyo), la candidata no deja de evocar figuras del pasado para suplantar la falta de propuestas (o una forma amable de decir que aprendió a hacer con Perón lo que Chávez hace con Bolívar en Venezuela)

Y como Eva Perón, a los gritos terminó su discurso Fernández, mientras la lluvia de papelitos sobre la tribuna mostraba a un Kirchner pensativo, quizá perocupado por las relaciones con Venezuela, quizá pensando en hacer cambios en la Aduana, quizá en la crisis energética...

Empezaba a llover sobre la ciudad de Buenos Aires y Crónica titulaba, luego de mostrar imágenes del acto, que la temperatura bajaba un grado por hora, como si a K le faltaran motivos para estar preocupado.

Periodismo de Verdad-Argentina/17/08/2007

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