20/8/07

Las relaciones entre Rusia y la Unión Europea dependen de los comicios en Ucrania. Nezavisimaya Gaceta

Las relaciones entre Rusia y la Unión Europea pueden verse seriamente deterioradas a pocas semanas antes de las elecciones parlamentarias en Rusia. Si en los comicios parlamentarios en Ucrania (30 de septiembre) obtienen victoria las fuerzas naranja, en este país inmediatamente se pondrá en marcha una nueva iniciativa diplomática a favor de la más pronta integración en la Unión Europea y la OTAN.
También Rusia está en una encrucijada histórica y se prepara para el maratón electoral. Es difícil que quiera y pueda intervenir directamente en la vida política de Ucrania. Le sobran sus propios problemas. Cabe señalar al propio tiempo que la influencia del Kremlin sobre Víctor Yanukóvich, considerado como político prorruso, se redujo sensiblemente después de que el primer ministro ucranio decidiera estructurar sus propias relaciones con Bruselas.
Otra cosa son EEUU y la Unión Europea que ahora están diseñando una nueva estrategia en la región del Mar Negro después de la segunda ampliación de la OTAN. Ucrania es el principal puntal, desde el que Occidente avanzaría hacia la zona del Mar Caspio y sus recursos energéticos. Los norteamericanos sólo tienen que persuadir a los cautelosos europeos occidentales (que no desean complicar las relaciones con Rusia) para que acepten admitir cuanto antes a Ucrania en la OTAN.
Todos los pronósticos de la evolución de los sucesos en Ucrania evidencian que a Rusia no le amenaza ninguna catástrofe geopolítica. La distribución de votos en Ucrania será parecida a la que se registró en los comicios anteriores. El presidente y el primer ministro se verán obligados a elaborar una fórmula de compromiso y repartir los poderes para impedir la desintegración de Ucrania y la escisión del pueblo. A diferencia de otros países postsoviéticos, Ucrania siempre se las ingeniaba para encontrar una salida tranquila y razonable de las situaciones críticas. De lo contrario, ya habría desaparecido del mapamundi político.
Vladímir Putin no ha perdido a Ucrania ni perderá a Europa. Pero las realidades geopolíticas en el continente europeo van cambiando. Tanto Rusia como Occidente deben elaborar nuevos enfoques para reanimar la asociación estratégica y la integración recíproca. Simplemente, ya es hora de que Occidente asuma a nivel de conciencia que la Rusia de hoy es distinta a la de los años 90. Bajo el mandato de Putin, este país introdujo cambios en el rumbo político y logró estabilización, por lo cual no cabe esperar que retorne al modelo liberal de desarrollo, opina Alexander Rahr, director de programas para la CEI y Rusia en el Consejo Alemán de Política Exterior.
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RIA Novosti-Rusia/20/08/2007

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