12/9/07

Fuerte división en el Polo Democrático por posición frente a las Farc

Una de las más grandes manifestaciones del Polo Democrático en la Plaza de Bolívar, de Bogotá, en la campaña del 2006.
Foto: Mauricio Moreno / archivo EL TIEMPO
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Un sector de la colectividad reclamó al senador Gustavo Petro por sus fuertes declaraciones contra la guerrilla.

La mayor crisis de la colectividad en seis años quedó en evidencia luego de la intensa discusión que sostuvieron las directivas del Polo el pasado lunes.

En esa reunión, 23 de los 31 miembros del Comité Ejecutivo debatieron cuál es la actitud que debe asumir el Polo en relación con el senador Gustavo Petro, uno de los hombres con más poder en el movimiento, y quien en las últimas semanas ha tenido un duro cruce verbal con voceros de la guerrilla.

Desde el 3 de julio pasado, tras el asesinato de los 11 diputados en poder de la Farc, Petro exigió condenas más duras de su movimiento hacia las Farc y criticó las declaraciones de la guerrilla sobre una hipotética alianza con el Polo para un nuevo gobierno.
Por su parte, los subversivos respondieron que el senador está haciendo un trabajo de 'marketing' para buscar su propio espacio y parecerse más a Uribe.

El hecho es que durante la discusión del lunes, que se prolongó por siete horas y culminó en la noche, hubo dos vertientes. La primera, en la que se puede ubicar a senadores como Jorge Robledo, que consideran que el problema de fondo no tiene que ver con las Farc, sino con el hecho de que Petro es "una rueda suelta" y que trata de imponer sus posiciones personales.

Pero la otra vertiente, la más polémica, fue la que planteó que el problema más grave son las sucesivas declaraciones de simpatía de las Farc hacia el movimiento.

Uno de los momentos más tensos fue cuando cayó derrotada una propuesta de emitir una declaración en favor de Petro ante las críticas de las Farc. Solo seis de los asistentes se mostraron del lado del senador. Lo que sí se aprobó fue citarlo entre hoy y el lunes para que fije su posición.

Petro pidió las grabaciones de la reunión y ayer en la tarde se reunió con sus colaboradores. "Incluso, está evaluando su permanencia en el Polo", dijo una fuente cercana al congresista.

El poder también está en juego

La recriminación más fuerte fue del senador Jaime Dussán, quien dijo que era necesario llamarle la atención a Petro, por su actitud "díscola" al querer declararles la guerra a las Farc.

Dussán y un gran sector del Polo (entre ellos, el Moir, el Partido Comunista y Gloria Cuartas) consideran que este partido debe rechazar la combinación de todas las formas de lucha, pero que no se debe cerrar la puerta a una salida política con la subversión para resolver el conflicto.

"El Polo condena toda forma de violencia como acción política, pero nuestra postura no es declararles la guerra a las Farc; no son nuestros enemigos, pero tampoco son nuestros amigos", dijo Dussán.

Lo cierto es que en esta crisis las Farc parecen haber jugado como un detonante de unas tensiones acumuladas desde tiempo atrás, como sucede en todos los partidos, a raíz de sus diferencias ideológicas. De hecho, el Polo nació como una suma de diversas corrientes que van desde el centro hasta la izquierda radical. Esas pujas por el control ideológico son las que ahora afloran.

A esto se suman las legítimas disputas por la supremacía del partido entre sus figuras más destacadas (que representan esas corrientes internas), especialmente ahora que muchos ven a este grupo como una real alternativa de poder para la campaña presidencial del 2010.

En todo caso, las Farc sí le están haciendo coqueteos al Polo y esa jugada genera una división interna en el partido. Petro sostiene que si el Polo llega al poder debe iniciar un proceso de reformas democráticas sin negociarlas con las Farc. Sus colegas creen que con esta postura, el Polo deja de marcar diferencia y comienza confundirse con la idea de la guerra.

Por otro lado, una cosa es que el Polo está a favor de la salida negociada del conflicto y otra que las Farc tengan una posibilidad real de terminar haciendo política con ese partido.

Por ahora, solo queda esperar la decisión del Polo sobre este asunto, que sin duda marcará buena parte del futuro de la izquierda democrática en el país.

Cuatro preguntas a líderes del Polo Democrático y su posición frente a las Farc

¿Debe el Polo cerrar la puerta a cualquier posibilidad de diálogo político con las Farc? ¿En qué momento debería hacerse?
¿Está el Polo dispuesto a aceptar en sus filas candidatos simpatizantes con las Farc?
¿Teme usted que esta discusión sobre la influencia de las Farc sobre el Polo pueda hacer explotar en pedazos este proyecto político?
¿Si el Polo fracasa como proyecto político, qué opciones le quedan al país? ¿Cree que esto podría ser excusa para que se intensifique la lucha armada?
Jaime Dussán

1. No, de ninguna manera, el Polo es una alternativa política de gobernabilidad en el 2010 en Colombia. El camino se dirigiría a que el Polo asuma la Presidencia de la República y por ende, la reconciliación del país, esa es la opinión de muchos sectores de la comunidad nacional e internacional, luego el Polo tiene que abrir las puertas para buscar desde el gobierno una negociación política con un movimiento que se encuentra al margen de la ley.

2. Ni por el carajo. No podríamos jamás aceptar que quien todavía piense que la lucha armada es el camino para construir un estado democrático pueda caber en el Polo Democrático. El Polo tiene claro que no acepta la lucha armada como método de acción política ni acepta a quien tenga todavía su guerrillerito en el corazón.

3. Es más fácil que renuncie el presidente Uribe o que Arias sea el presidente sucesor.

4. Ninguna, porque el Polo no va a fracasar como proyecto político. Eso lo deben tener muy claro los colombianos.

Jorge E. Robledo.

1. El programa del Polo consagra que somos partidarios de una solución política, dialogada, con los alzados en armas. Deben ser conversaciones entre el gobierno y los insurgentes.

2. Para ser del Polo hay que aceptar su programa y sus estatutos, y en ellos se dice que no usaremos ni alentaremos la violencia para conseguir nuestros fines.

3. El Polo es por completo independiente de las Farc y de toda otra organización. Hay que temerle más al uribismo, que nos empuja a la derecha.

4. Sería peor el país sin el Polo. Pero su fin no debería aumentar la confrontación armada. Nuestra posición sobre la violencia es de principios, exista o no el Polo.

5. ¿Qué cosas se debaten ahora en el Polo?

Discutimos si las posiciones del Polo deben tener origen en decisiones de carácter democrático en los organismos de dirección o si el que tenga acceso a un micrófono puede decir lo que se le antoje. Y creo que tocará ratificar que este partido, por razones de principios, es de oposición al gobierno de Álvaro Uribe.

Gustavo Petro

1. No. Es el país el que no debe cerrar las puertas de un diálogo. El Polo no es el que tiene que dialogar con las Farc, son ellas las que tienen que dialogar con la sociedad colombiana, y eso no se está dando. Las Farc están en un proceso de degradación profunda de la política, que es lo que he dicho públicamente.

2. No. Eso está claramente definido en los estatutos, que no pueden ser simpatizantes de las Farc ni de cualquier otro grupo. En los estatutos hay una autorización expresa que es la expulsión y no se permite la presencia de gentes que tengan vinculaciones con grupos ilegales.

3. No veo por qué, no es cierto. ¿Quienes están intentando acabar con el Polo?: Uribe y las Farc. Las Farc quieren dividir al Polo para destruirlo, no les conviene porque saben que es la posibilidad de un gobierno democrático, que les haría perder su razón de ser.

4. Habría Violencia. Si el Polo fracasa o 'lo fracasan', si repiten la historia de la Unión Patriótica con el Polo o el partido se vuelve incapaz, habrá una profundización de la violencia.
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El Tiempo-Colombia/12/09/2007

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