28/9/07

Irán y la izquierda latinoamericana

El principal aliado del presidente iraní en América Latina es el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
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La visita del presidente Mahmoud Ahmadinejad a Bolivia y Venezuela esta semana es un ejemplo más de cómo Irán está aprovechando el resurgimiento de la izquierda latinoamericana para expandir su influencia en la región.
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El gobierno de Ahmadinejad ha hecho del desencanto de varios gobiernos latinoamericanos con Estados Unidos la base sobre la cual construir los lazos con una región que, cultural y geopolíticamente, poco tiene que ver con Irán.
Pero cabe preguntarse hasta qué punto esta influencia iraní no terminará jugando en contra de la unidad regional que la izquierda latinoamericana tanto pregona.
El principal aliado de Ahmadinejad en la región es sin duda el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, con quien ha firmado numerosos acuerdos de cooperación.
Venezuela ha orientado a Irán en el desarrollo técnico de su sector del gas y petróleo, mientras que Irán ha ayudado al país sudamericano en varios proyectos industriales, tales como la producción de automóviles, tractores y plásticos.
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Otros amigos
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Un poco más atrás vienen Daniel Ortega y Rafael Correa, presidentes de Nicaragua y Ecuador, respectivamente, con quienes Ahmadinejad también ha firmado acuerdos.
Tampoco hay que olvidarse de Cuba, otro de los países, junto con Venezuela, que apoya abiertamente el desarrollo del programa nuclear iraní.
Todo parece indicar que el último país en sumarse a esta lista de aliados regionales será Bolivia.
Las relaciones entre Bolivia e Irán son prácticamente inexistentes, pero se espera que Ahmadinejad y el presidente Evo Morales firmen una serie de acuerdos energéticos e industriales que sienten las bases de una futura amistad.
Según Naderé Farzamnia, profesora del Departamento de Estudios Árabes de la Universidad Autónoma de Madrid, el vínculo entre Irán y la izquierda latinoamericana no tiene nada que ver con lo ideológico.
"Ahmadinejad se ha aliado con gobiernos de izquierda, que ideológicamente no casan con Irán, puesto que Irán tiene un gobierno religioso, lo cual demuestra que los intereses son políticos y económicos", dijo Farzamnia a la BBC.
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Los que dudan
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Pero más allá de las razones que expliquen el acercamiento con Irán, mientras una parte de la nueva izquierda latinoamericana ve estos crecientes vínculos con buenos ojos, otros gobiernos se muestran dudosos, cuando no abiertamente opuestos a ello.
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"Estos países saben que, aliándose con Irán, pierden más de lo que ganan. Estoy seguro de que a ellos también les gustaría diversificar sus relaciones diplomáticas, pero al final la política es pragmática."
Juan Martos Quezada/Universidad Complutense de Madrid
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Al tope de esta segunda lista se encuentra Argentina, cuyo gobierno ha pedido la captura de altos funcionarios iraníes, incluyendo un ex presidente, a quienes acusa de ser los responsables intelectuales del atentado contra un centro judío en Buenos Aires en 1994, que dejó 85 muertos.
El martes, el presidente Néstor Kirchner utilizó su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas para pedirle a la ONU que interceda para que Irán colabore en la investigación del atentado.
Por su parte, el mandatario de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, se ha mostrado a favor de incrementar el intercambio comercial con Irán, pero se mantiene lejos del presidente Ahmadinejad y ha prohibido la venta y transferencia de tecnología nuclear a ese país.
Lula, al igual que otros gobiernos de centro-izquierda latinoamericanos, como el uruguayo y chileno, se ha preocupado más por profundizar los lazos con Estados Unidos que buscar una alianza con Irán.
"Estos países saben que, aliándose con Irán, pierden más de lo que ganan. Estoy seguro de que a ellos también les gustaría diversificar sus relaciones diplomáticas, pero al final la política es pragmática," dijo a BBC Mundo Juan Martos Quezada, Director del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid.
Uruguay, frustrado con el Mercosur, se ha mostrado interesado en alcanzar un acuerdo comercial con Estados Unidos, algo de lo cual ya goza Chile, mientras que Brasil ha encontrado en Washington un aliado para la promoción de los biocombustibles.
La nueva izquierda latinoamericana suele hablar de la necesidad de una América Latina unida, y si bien no puede decirse que la región avanza en la dirección opuesta, tampoco puede afirmarse que la ansiada unidad está a la vuelta de la esquina.
Habrá que ver si la influencia de Irán en la región es capaz de inclinar la balanza y, si lo logra, hacia qué lado la inclina.
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BBC Mundo - UK/28/09/2007

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