11/10/07

China: aumento del la inflación y sobrecalentamiento de la economía

Este verano, China fue víctima de un aumento significativo de la inflación, el más alto registrado en los últimos once años. El índice de precios al consumo sufrió un aumento del 6,5% en el mes de agosto, concentrándose principalmente sobre los alimentos, que registraron un aumento del 18% respecto al mes anterior, lo que causó la preocupación de la clase política, siempre atenta al impacto de los precios de la comida sobre el bienestar de la población, especialmente en lo concerniente a las clases sociales más desfavorecidas.Las reacciones de la Bolsa fueron inmediatas: Shanghai bajó un 5,5% y Shenzhen un 4,4%; mientras que el impacto en Hong Kong fue menos grave, con unas pérdidas del 0,2% en el índice Hang Seng.
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Luca Battiato
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Los primeros análisis apuntan a que la subida de los precios se ha debido al excesivo coste de la carne de cerdo, afectada por una enfermedad de los aparatos respiratorio y reproductor (conocida como “oreja azul”). Esta epidemia ha supuesto una disminución en la distribución de cerdo y un aumento anual de los precios de los productos derivados de alrededor del 49%.La carne de cerdo no ha sido el único factor que ha influido en los precios. En agosto, el precio de los huevos aumentó un 23,6% respecto al verano del año pasado. Las verduras subieron un 22%, y el precio del aceite, alrededor de un 30%. Estos datos no deben infravalorarse: la comida supone nada menos que el 37% de los gastos totales en los centros urbanos.El síndrome que ha afectado a la carne de cerdo, no representa sin embargo la única causa de la inflación china. Se debe considerar también el aumento del precio del trigo, que en el último año ha rondado el 7%, dato que ha tenido efectos considerables sobre los costes de la carne y del pollo, debido al inevitable aumento de los piensos para animales.El aumento de la demanda de los consumidores, consecuencia del aumento de los salarios, constituye un factor que refleja los últimos datos relativos a la escalada de la inflación, que podría perjudicar uno de los elementos más apetecibles para quienes deciden invertir en China: el bajo coste de su mano de obra.Todo esto sucede después de meses de sobrecalentamiento de la economía. El producto interior bruto creció un 11% en los primeros meses del año, obligando al gobierno a buscar una solución para enfriar el crecimiento, como utilizar las reservas bancarias o subir los tipos de interés.Afortunadamente, la inflación vinculada a productos no alimentarios, descendió del 1% al 0,8%, amortiguando una excesiva presión inflacionista sobre la economía mundial. Este hecho refleja la decisión de mantener bajos los precios de los productos no alimentarios gracias a los incentivos fiscales y a la reducción de los impuestos.Otro factor que ha incidido en el aumento de los precios de los alimentos han sido las inundaciones y periodos de sequía que han afectado a muchas regiones agrícolas; además, los altos precios del petróleo y el gas han repercutido negativamente en los precios del combustible y de los fertilizantes en China, costes adicionales que los agricultores han revertido sobre los consumidores.
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El gobierno está trabajando para afrontar la situación a través de una política monetaria más incisiva. Existe la preocupación de que la espiral inflacionista siga adelante, escapando del control de las autoridades gubernamentales.Desde principios de año, los bancos han subido los tipos de interés hasta cinco veces sobre sus depósitos, con el objetivo de ralentizar el crecimiento de los precios.El gobierno está, por otro lado, tratando de persuadir a los bancos para que limiten los préstamos, reduciendo la cantidad de dinero disponible en el mercado. La Comisión Nacional para el Desarrollo y las Reformas (NDRC, por sus siglas en inglés), ha invitado a los municipios a adoptar planes de emergencia con el fin de conseguir la estabilidad de los precios y monitorizar la evolución de la inflación. Todo ello dentro de una situación política encaminada a evitar una subida de los precios de los principales bienes públicos, como la electricidad, el gas y el agua. Una de las principales preocupaciones del gobierno es que la subida de precios desencadene revueltas sociales. Este verano, el primer ministro Wen Jiabao, durante su visita a algunos criaderos en Shaanxi, discutió con los dirigentes locales del Partido sobre la necesidad de de incentivar a los campesinos a criar cerdos y al mismo tiempo hacer que las familias de rentas bajas pudieran consumir el producto. Desde este punto de vista, varios ministerios se han pronunciado a favor de que se pongan a disposición del mercado las reservas de carne, como forma de ayuda a los ciudadanos más pobres.La cuestión de los salarios supone otra fuente de incertidumbre en el proceso inflacionista. Por un lado, se observa un crecimiento continuo de la renta nacional (crecimiento estable desde 1998), que hace difícil pensar en una posible ralentización a corto plazo; por otro lado, el gobierno sigue hablando del “bajo salario de los trabajadores” como parte del programa político destinado a potenciar las intervenciones estatales sobre los trabajadores más desfavorecidos. Los salarios más bajos de algunas regiones ya han sido aumentados: éste ha sido el caso de algunos McDonald's, en los que los sueldos han subido entre un 12 y 56%, el mayor incremento en los últimos 17 años. El objetivo de la “sociedad armónica”, aplicada a través de los continuos subsidios estatales (especialmente en salud y educación), hace extremadamente difícil pensar que la presión por parte de la demanda pueda debilitar la inflación en China.
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Considerando un posible panorama a corto plazo, no habría que descartar que la inflación pudiera sufrir una ralentización, especialmente cuando lo que está en juego son los productos agrícolas, los principales responsables del movimiento de los precios: un aumento de la producción llevaría a una mayor disponibilidad en los mercados, y por consiguiente, a una bajada general de los precios. Estas son las principales previsiones para el próximo año, en el que habrá una disminución de la inflación. Zhu Baoliang, jefe de economía del Centro de Información del Estado, ha subrayado que los precios de los bienes alimentarios no han tenido repercusiones sobre otros sectores de la economía, considerando estos factores como “temporales”. Al mismo tiempo, recordaba como en 2004, el precio del trigo hizo que la inflación se situara en el 5,3% en el mes de julio, para descender hasta el 2,4% en el mes de diciembre.Las perspectivas a medio y largo plazo son menos optimistas. En conjunto, se asiste a una disminución general en la oferta de productos agrícolas, como consecuencia de la transformación de terrenos agrícolas en áreas industriales, así como por el hecho de que los campesinos abandonan su trabajo para trasladarse a las ciudades.China, por otro lado, continúa registrando un crecimiento económico sólido en todos los frentes: investigación, consumo y exportaciones. El ministerio de Comercio ha aprobado recientemente la instalación de cerca de 25.000 empresas extranjeras en el territorio. Los gastos totales de las inversiones directas crecen a una tasa anual igual al 13%, lo que significa cerca de 40.000 millones de dólares. Por otro lado, el gobierno ha afirmado que los gastos en inmuebles y bienes urbanos en los primeros ocho meses del año han crecido un 26% respecto al mismo periodo del año anterior. El aumento de los tipos de interés no parece, por lo visto, que frene el crecimiento chino.El gran problema reside en el superávit de las exportaciones, que ha creado tensiones internacionales. China ha registrado un superávit igual a 161 billones de dólares a comienzos de 2007. Esto representa uno de los debates más encendidos en términos de política macroeconómica. Para hacer frente a este superávit China debería, según los últimos análisis del Banco Mundial, aumentar el valor del yen junto con una tasa de cambio más fuerte.Todo esto, junto con otras cuantiosas inversiones, ha aumentado la liquidez y alimentado la inflación.
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El aumento de los precios vinculado a algunos bienes alimentarios y la consiguiente reacción política para minimizar la inflación, ha puesto en primer plano una serie de cuestiones vinculadas a papel de China en el panorama económico y político internacional.Los intentos de contener la inflación a través de continuos aumentos de los tipos de interés y las políticas locales adoptadas para hacer frente a la difícil situación en el campo, lograrán estabilizar la crisis y situar los precios a niveles más accesibles. Por el momento, la situación a largo plazo es la que parece más preocupante. El crecimiento económico chino parece que será un hecho, confirmado por las continuas inversiones y por el papel dominante de China en los intercambios internacionales.El aumento de los precios de la carne es un síntoma de sobrecalentamiento general de la economía china, que alimenta la necesidad de encontrar políticas monetarias capaces de adaptarse a este escenario de continuo crecimiento. El paso de una dimensión agrícola a una más industrial (baste pensar en el papel que la nueva industria aeronáutica china representa para el futuro de la aviación) y el éxodo rural hacia las ciudades, está contribuyendo a cambiar la imagen de China. Es sobre este escenario donde la economía china debe ser evaluada, junto con la capacidad de la clase política para controlar sus consecuencias.
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Equilibri.net - Italy/11/10/2007

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