21/10/07

CHINOS TEMEN A LA VEJEZ

Por deficiente sístema de pensiones
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Por Maria Bondes
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PEKÍN.- “Quien haya tenido un hijo varón, puede envejecer tranquilo”, es un dicho chino que se cita con bastante frecuencia. Pero en una sociedad que envejece rápidamente muchos chinos se sienten superados por la responsabilidad financiera de sostener a sus padres.
“Mis padres dependen de mi ayuda. Pero no sé de dónde sacar el dinero”, se lamenta Zhang Jinrong. “Apenas gano para mantenerme a mí mismo”. El hombre de 25 años, empleado de una empresa de inversiones, se trasladó hace un año de Lanzhou, la capital de la provincia de Gansu, en el oeste de China, a Pekín, con la esperanza de ganar allí suficiente dinero para apoyar a sus padres jubilados. Y es que en China falta un sistema de pensiones que abarque a todos.
Dentro de todo, los padres de Zhang Jinrong están en una posición bastante buena. Como ex funcionario, el padre recibe una renta mensual de unos 700 yuan (unos 90 dólares). La madre perdió su derecho a jubilación cuando la empresa en la que trabajaba de administradora fue privatizada y ella, despedida. Sólo le corresponde una ayuda estatal de 200 yuan. Pero el dinero apenas alcanza para pagar el aquiler. “Sobre todo en las ciudades eso es demasiado poco”, dice Zhang Jinrong. “Además, muchos casi no reciben nada”.
Según las estadísticas estatales, la jubilación media mensual es de aproximadamente 120 dólares. Pero sólo un cuarto de la población tiene derecho a jubilación. En el campo, sólo el diez por ciento. El sistema estatal de pensiones comprende exclusivamente a empleados de empresas estatales y a funcionarios. La población rural y los trabajadores temporeros se quedan fuera. Según las cifras oficiales, más de diez millones de jubilados viven en China por debajo del umbral de pobreza, que de por sí está establecido en un nivel muy bajo: un ingreso anual de menos de unos cien dólares al año.
La política china de un sólo hijo por pareja agudizó el problema. Muchas parejas deben ocuparse hoy de los padres de ambos, o sea, de cuatro personajes mayores. En el caso extremo, también hay ocho abuelos. El gran clan familiar, que antes se ocupaba de los ancianos, ya apenas existe en las ciudades.
El mayor problema es muchas veces la falta o la inexistencia del seguro médico. “Mientras estén sanos, la cosa funciona con algo de suerte”, suspira Zhang Jinrong, quien también es nieto. “Pero ni bien se suman los costos de hospitalizaciones, ya no hay nada que hacer”. La operación al corazón de su abuela le iba a costar unos 4.200 dólares. “¡Nadie tiene tanto dinero! Tuvimos que dejarla librada a su suerte”, relata con lágrimas en los ojos. La abuela murió hace un año.
La situación es parecida cuando los padres ya no pueden arreglárselas solos. “No puedo ganar dinero aquí en Pekín y al mismo tiempo estar en Lanzhou para ocuparme de mis padres. Y para mudarse son demasiado mayores”.
Las residencias para ancianos no son muy comunes. Incluso en la rica provincia de Guangdong el tiempo de espera para una cama es de aproximadamente 30 meses, se lamentan los medios estatales. En muchas otras provincias, la situación es igual o peor. Y son muy pocas las familias que pueden permitirse los altos costos de tener a alguien cuidando de sus mayores.
Y así es como entre la población se va expandiendo el miedo a envejecer. Un 90 por ciento de los encuestados dijo, según un sondeo reciente, que se preocupa seriamente por su jubilación. Casi la mitad sostuvo que en la vejez dependerá exclusivamente de sí mismo, informó el “China Daily”. Y, mientras tanto, la población envejecerápidamente.
Hoy en día 144 millones de chinos, el 11 por ciento de la población, supera los 60 años. En el año 2050 serán 460 millones, es decir, el 31 por ciento, según estima el Banco Mundial.
Desde este año, a los más pobres de la zonas rurales en muchas provincias les corresponde al menos una ayuda estatal de unos cuatro dólares. En las ciudades, esta ayuda oscila, según las regiones, entre 200 y 1.000 yuan (entre 28 y 140 dólares). Allí donde es posible, las generaciones más jóvenes se ocupan ya de ahorrar por su propia cuenta para su jubilación. Pero para los mayores ya es demasiado tarde.. dpa
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La Gaceta - USA/21/10/2007

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