15/10/07

Conceden a historiador israelí Premio de la Paz en Alemania

De 74 años de edad, se trata de un historiador reconocido por sus estudios sobre la persecución y exterminio de los judíos en la Alemania nazi.
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Berlín. La 59 edición de la Feria del Libro de Frankfurt cerró este domingo sus puertas tras cinco intensas jornadas con la entrega del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes al historiador israelí Saul Friedlander.
De 74 años de edad, se trata de un historiador reconocido por sus estudios sobre la persecución y exterminio de los judíos en la Alemania nazi.
Diversas personalidades del mundo de la política alemana asistieron a la ceremonia de entrega de este galardón en la famosa iglesia de San Paul de Frankfurt.
Es uno de los premios más prestigiados del país, que se concede desde 1950 y supone un reconocimiento internacional dotado con 25 mil euros. El año pasado el ganador fue el economista y sociólogo alemán Wolf Lepenies.
Al conceder el premio a Friedlander, los libreros alemanes destacaron la "meticulosidad en la documentación" del escritor, así como su intención de honrar "al épico narrador de la historia de la Shoa, la persecución y el exterminio de los judíos durante el dominio nazi en Europa".
Los volúmenes de El Tercer Reich y los judíos constituyen su principal obra. En ellos, analiza la persecución nazi entre 1933 y 1939 y el exterminio judío durante la Segunda Guerra Mundial.
Este prestigiado galardón se concede a personalidades de las Artes, Letras y Humanidades que, desde su obra, realizan alguna contribución a la paz.
Entre los premiados de ediciones anteriores se encuentran personalidades de la talla de Mario Vargas Llosa, Jorge Semprún, Octavio Paz, Albert Schweitzer, Yasar Kemal, Jürgen Habermas, Susan Sontag y Ernesto Cardenal.
Friedlander nació en 1932, en Praga, aunque a los siete años emigró junto a su familia a Francia, donde logró sobrevivir al Holocausto nazi, internado en un colegio católico con el nombre falso de Paul Henri Ferland.
Sus padres murieron, posiblemente en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, en Polonia.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, Friedlander retomó su verdadera identidad y religión y se mudó a Israel. Como catedrático en Ciencias Políticas dio clases en Ginebra, Tel Aviv y Los Angeles, donde reside en la actualidad.
Con el reconocimiento internacional a Friedlander se clausuró una de las citas editoriales más importantes del planeta, que abrió sus puertas el pasado miércoles con un invitado de honor muy especial: la cultura catalana.
Más de 13 millones de personas hablan esta lengua, en la región de Cataluña, en España; Andorra y en una región en el sur de Francia.
Por primera vez en esta edición, el invitado no fue un país, sino una cultura, una participación de 130 escritores que no estuvo exenta de polémica desde el primer día, debido al alto presupuesto que destinó la región española de Cataluña para su participación, de 12 millones de euros (unos 17 millones de dólares).
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La Jornada - México/15/10/2007

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