22/11/07

El 'modelo' exitoso no sabe cómo financiar el próximo capítulo

El debate sobre banco nacional de desarrollo modelo 2007 es el resultado de los graves problemas que encuentra la economía de los Kirchner para financiar su próxima etapa. Hay sintomas de agotamiento y se necesita más capital pero los tenedores de recursos no consideran que exista la confianza necesaria para prestar ese dinero. Al no poder resolverlo, se propone el banco estatal.
El tema se consideró en el encuentro anual del Credicoop con periodistas:

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ver edición i). El denominado 'modelo' vigente, más o menos, desde 2002 parece basado, luego de la etapa inicial de conmoción por la fuerte devaluación del peso, en
• Crecimiento sostenido,
• Superávit fiscal,
• Superávit comercial,
• Altas reservas internacionales, y
• Tipo de cambio competitivo.

Así comenzó la exposición de Alfredo García, el nuevo economista en jefe del Banco Credicoop en el encuentro anual con periodistas que realiza la entidad desde hace 9 años.

El encuentro ya es una marca distintiva de la política comunicacional de la entidad, que reúne en el complejo de RCT (Residencias Cooperativas Turísticas) en Chapadmalal, Mar del Plata, a un grupo de periodistas durante un viernes, sábado y domingo, y la cantidad de participantes ha ido creciendo.

García explicó que ahora el 'modelo' tiene desafíos por delante:
• Ampliación de la frontera productiva,
• Acutar sobre los condicionantes del sector externo,
• Mejorar la distribución del ingreso, y
• Recuperar la confianza en el INdEC.

Muy interesante el comentario sobre este último ítem: "Sin un INdEC creible no hay moneda estable porque el valor de la moneda se basa en una cantidad de supuestos que, en parte, dependen de la credibilidad que tenga quien origina esa información, el INdEC".

García confió en una pronta normalización del INdEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), a través de la cobertura de vacantes por concurso.

Luego el economista analizó el crecimiento de la demanda global y de la oferta global y explicó que la demanda doméstica resulta el motor de la actividad económica pero ese crecimiento del PBI resultante está siendo a expensas del consumo del superávit comercial, y por eso es imprescindible encontrar cómo financiar, en forma más genuina, la expansión de la frontera productiva.

García recordó que las inversiones, que venían creciendo a un ritmo superior al producto hasta el año pasado, este año se ralentizaron y aumentaron al mismo nivel, con lo cual se mantienen alrededor del 22% del PIB. En los desarrollados, llega al 33%.

Y el consumo, que hasta 2006 aumentaba a un ritmo menor que la economía en general, este año la superó, lo cual fue financiado en gran parte por la mencionada reducción del superávit comercial. El consumo privado representa hoy el 72% del PBI, el gasto público, otro 9%, y la inversión bajó del 44% en 2006 al 34%, en 2007.

Otro signo de deterioro de la producción es la menor participación sectorial de la industria y la construcción en el crecimiento, con mayor preponderancia de servicios. “Esto no puede seguir por mucho tiempo y por eso se necesita ampliar la frontera productiva”, sostuvo.

Los diferentes índices vigentes en la economía argentina, todos basados en información proporcionada por el INdEC, coinciden en demostrar que hay crecimiento, pero también un diferencial o brecha entre los diferentes índices -lo que obliga a repreguntar qué está haciendo el INdEC- y una necesidad de ampliar la capacidad instalada industrial.

En algunos sectores, esta cuestión ya es crítica: textiles, refino de combustibles y metàlicas básicas, por ejemplo. Y es preocupante la situación en alimentos y papel y cartón.

"Sectores como automotores, o químicos, por ejemplo, muestran una elevada producción y una utilización de la capacidad instalada relativamente baja, de 59% y 77%, respectivamente", indicó.
García sostuvo que "el mantenimiento de elevados índices de crecimiento dependerá de que la inversión pase del nivel actual, alrededor del 22% del PBI, a 30% ò 35%".

Todo esto lo corrobora el uso de la potencia instalada de energía eléctrica, que además es crecientemente ineficiente porque el adicional de incremento de la producción de fluido se obtiene básicamente a partir de la importación de gas y petróleo, que a precios de mercado, termina consumiendo el superávit del comercio exterior.

Por supuesto que es un fuerte condicionante del comercio exterior reducir esa dependencia importadora pero hay mucho debate acerca de qué está haciendo realmente y cuáles son los logros en política de aumento de la generación de energía eléctrica.

El aumento tarifario para el gas y la electricidad, señaló, "es importante para evitar derroches" (aunque sugirió que ese incremento incluya una segmentación que evite el impacto sobre sectores de menores ingresos), y para impedir subsidiar ese ítem con el superávit del comercio exterior.

Por supuesto que las exportaciones siguen alentadas por la reducción de los stocks de commodities que provoca, básicamente, la expansión de China e India, garantizando en el mediano plazo buenos precios para las exportaciones tradicionales argentinas.

“Hoy el superávit comercial se debe casi exclusivamente a la mejora de los términos de intercambio (precios de exportaciones que suben más que los de las importaciones), pero las cantidades son similares”, agregó.

El superávit comercial argentino depende de la política de importaciones, entonces: a qué se destina el saldo positivo; luego, es evidente que el tipo de cambio no es un condicionante del volumen exportador pero considerando que la dependencia del dólar que sigue teniendo el peso provoca que ante la debilidad del dólar frente a otras monedas también se siga devaluando en forma indirecta el peso, la preocupación del sector manufacturero debería ser conseguir mejoras sustanciales en la productividad que garanticen la competitividad (Brasil lo consiguió).

Dijo que el tipo de cambio no resuelve la competitividad y, si bien fue útil en un momento (cuando se salió de la convertibilidad), hoy se necesita de otros instrumentos. “La mayor competitividad no es el tipo de cambio, que debe ser usado para generar confianza en la moneda”, opinó.
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EL PERSONAJE
García, quien ha participado del Grupo Fénix (los economistas heterodoxos que han intentado convertirse en motor de ideas para este 'modelo') es el autor, hace varios años, junto a Julio Gambina, Mariano Borzel y Claudio Casparrino, de un trabajo titulado "Vulnerabilidad externa y dependencia de la economía argentina", que sostiene: "La vulnerabilidad de la economía en la Argentina tiene un eje central en el sector externo, y más particularmente en los condicionantes de la apertura externa que surgen desde la crisis de mediados de los ‘70. (...)".

Aquel trabajo, hoy en archivos, propuso aceptar pero condicionar la inversión extranjera directa "favoreciendo aquellas que traigan procesos tecnológicos innovadores, que impliquen un beneficio para el esquema productivo doméstico. Debe desalentarse fuertemente la IED definida como “cambios de manos”, y toda IED que se ubique en sectores en los cuales compita con las empresas nacionales y ponga en peligro la existencia de esas empresas (supermercados, bancos, servicios públicos, etc.). Se deberá exigir a las empresas de inversión extranjera directa que dediquen un alto porcentaje de sus utilidades a la reinversión en la misma empresa, limitando los dividendos remitidos hacia el exterior".

También formuló la propuesta de suspensión por 10 años del pago de intereses y capital, así como también del cálculo de los servicios de la deuda. Y la defensa del mercado interno, "y para reducir la vulnerabilidad externa, es esencial implementar una política de sustitución de importaciones, favoreciendo la producción local de muchos insumosque existen en nuestro país y que no son extraídos y/o producidos porque la apertura importadora llevó a la quiebra a las empresas que los transformaban".

El problema de 2007 es que esto ya se hizo hasta lo posible y la cuestión es cómo financiar lo que viene. En aquel viejo trabajo, García y los otros autores mencionaron como "esencial" recuperar las herramientas de política monetaria, a través de políticas de encaje, subsidios de tasas de interés, fortalecimiento de los bancos oficiales y reorientación de los préstamos de los mismos hacia las pymes, creación del Banco Hipotecario Nacional y del Banco Industrial o de Desarrollo, y limitaciones a los bancos de capital extranjero en sus operaciones.
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EL FUTURO
En este punto se instala en 2007 el debate sobre la ampliación de las fronteras productivas, y cómo se financia.

Para el economista del Credicoop es clave el impulso gubernamental a un banco de desarrollo. También lo sostuvo la Unión Industrial Argentina y el jefe del Gabinete de Ministros de la Nación, Alberto Ángel Fernández, lo prometió, aunque no aclaró el origen de los recursos que debería administrar esa entidad.

García alentó para el proyectado banco de desarrollo un esquema "de 2do. piso", con atención preferencial a las pequeñas y medianas empresas, probablemente similar al que existe en el BICE y muy diferente a lo que fue el viejo ex BANADE.

García dijo que el banco de desarrollo "es fundamental, ya que el sistema financiero no tiene medios para prestar a largo plazo".

En verdad, lo que aparece es la crónica carencia de un mercado de capitales doméstico, en parte el resultado de la falta de ahorro, que ahora aparece potenciada por la desconfianza de los inversionistas hacia la banca (luego del corralito & corralón de 2001 y 2002).

Cabe preguntarse si el 'modelo' no desnuda así sus contradicciones y carencias. Luego, si la falta de un mercado de capitales no revela también la falta de competitividad de gran parte del 'modelo', como para atraer un proceso de financiamiento.

La incapacidad del 'modelo' para generar sus mecanismos de autofinanciación de la próxima etapa debería obligar a revisar todo lo vigente, desde lo jurídico, lo institucional y obviamente lo estrictamente materia de política-económica.

Ocurre que Brasil, de quien se toma el modelo de banco de desarrollo (BNDES son las siglas de la entidad brasileña), hay un kit de opciones, y una es el BNDES pero hay otras propias de un mercado de capitales. No puede depositarse la responsabilidad de financiar todo el desarrollo en un banco estatal.

Probablemente a García y los Kirchner les haría falta visitar China e India y apreciar cómo se financia en esas economías su proceso de desarrollo. No es como lo imagina la Unión Industrial, aún cuando resulte para la banca un mecanismo de sortear el proceso de desconfianza de los ahorristas, la carencia de mecanismos de acumulación de la inversión y afrontar la realidad: la Argentina sigue expulsando capitales, los argentinos siguen confiando más en el exterior para atesorar, y tienen razón, considerando las versiones de próximo nuevo 'manotazo' estatal a las AFJPs.

El sostenimiento en el largo plazo del crecimiento económico requiere ampliar la frontera productiva a través de un significativo aumento de la inversión. Pero hay limitaciones del sistema bancario, y el Estado dificilmente pueda resolver todo el problema. Y encarar el debate desde ese punto de vista es renunciar a afrontar el problema de fondo.

De todos modos, hay que considerar que García sí lo cree.

“La característica estructural del sistema financiero es la captación de depósitos a corto plazo”, dijo García, quien agregó que el crédito productivo es apenas el 6% del producto interno bruto (PIB). “Por esta razón, se requiere que la inversión sea financiada a través de un banco nacional de desarrollo, similar al de Brasil”.

Agregó que es posible conseguir financiamiento internacional. “Si el Estado no toma participación, va a ser difícil generar financiamiento barato y en cantidad suficiente”, apuntó.
Por otra parte, el economista dijo que "pese a los avances en materia de distribución de los ingresos, prácticamente la situación no varió para el 40% de la población".

Sigue siendo una asignatura pendiente del 'modelo', pero dificilmente podrá alcanzarla por la aceleración inflacionaria que, curiosamente, golpea en especial a los sectores más postergados.
Esta situación socioeconómica es la que pone en situación de riesgo al 'modelo': no logró resolver la licuación de ingresos que provocó para resolver problemas de endeudamiento de sectores empresarios y ya acelera la inflación antes de concluir la recuperación, esbozando un futuro de puja distributiva creciente.
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Urgente 24 - Argentina/22/11/2007

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