18/11/07

Petras: EEUU es una democracia imperialista pero tiene legislación de estado policial

El profesor norteamericano James Petras es uno de los intelectuales de la izquierda mundial que rechazan con más vehemencia el neoliberalismo y el imperialismo. Hace días visitó Galiza para pronunciar conferencias en Compostela y Vigo.
por Antón Álvarez Sanz
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Antón Álvarez: Usted viene denunciando desde hace tiempo que EEUU practica la tortura y que va a legislar para legalizar su aplicación contra aquellas personas acusadas de terrorismo. Hasta qué extremo puede llegar el Gobierno norteamericano?
James Petras: No es ningún secreto que EEUU secuestró personas acusadas de terrorismo que no fueron juzgadas y que además fueron entregadas a países donde habitualmente se tortura. EEUU practica tortura en Iraq con el apoyo del anterior fiscal general, Alberto González. El presidente Bush justificó el uso de la tortura con el mismo lenguaje que emplea Israel, al hablar de utilizar métodos intensos de interrogatorios para salvar vidas norteamericanas, lo que no deja de ser un eufemismo.Tenemos fuerzas especiales que operan en todo el mundo y que se justifican como parte de la guerra internacional contra el terrorismo. No tienen obligación de ofrecer informes al Congreso y ni mucho menos a la sociedad. No sabemos cuantas personas mataron, raptaron o torturaron, pero sí sabemos que operan sin restricciones.El sistema norteamericano sigue funcionando como una democracia imperialista pero la legislación existente es la de un estado policial. En cualquier momento, el Ejecutivo puede suspender las pocas protecciones legales que todavía hay y encarcelar a los ciudadanos. Ahora practica estas medidas a muchos musulmanes, a muchos árabes. Gran cantidad de estas personas sufrió en EEUU detenciones, interrogatorios y registros domiciliarios sin que se le diese publicidad. Hubo juicios contra organizaciones caritativas musulmanas simplemente por el testimonio de agentes secretos de Israel. Estas medidas están tan alejadas de todas las normas constitucionales que, en algunas instancias, el poder judicial mismo suspendió alguna legislación. Sin embargo, lo básico es que el Gobierno sigue adelante y con apoyo del Partido Demócrata.Ahora no es necesaria ninguna orden judicial para controlar cualquier conversación telefónica. Tampoco existe límite legal alguno para los acusados de terroristas o colaboradores de estos. Estas medidas son tan elásticas que pueden afectar millones de personas críticas, pero de momento se aplican de manera selectiva.Tenemos una nueva organización de seguridad, la “Homeland Security”, con un presupuesto de 180.000 millones de dólares sólo para el control de los ciudadanos en EEUU. Este organismo está dirigido por un sionista fanático llamado Chertoff, que tiene antecedentes de persecuciones de árabes y musulmanes después del 11-S y que los encarceló sin ningún pretexto. El próximo fiscal general del Estado, que substituirá a Alberto González, va a ser otro sionista fanático que justificó las leyes represivas de Bush.Seguimos funcionando dentro de unos parámetros amenazantes. Algunos sectores de la población ya viven en un estado policial Otros quedamos fuera pero estamos amenazados con la aplicación de estas medidas. Algunos dicen que si en EEUU hay otro atentado, real o inventado, el Gobierno podría poner en práctica estas medidas policiales contra todos nosotros.
Antón Álvarez: A que se refiere al hablar de otro atentado real o inventado? Existen dudas acerca de la autoría del 11-S?
James Petras: Si. Hay muchos cuestionamientos sobre estos hechos, sobre cómo cayeron los edificios teniendo en cuenta la estructura de acero que existía. Otros cuestionamientos apuntan a la falta de anticipación del Gobierno o sobre la fiabilidad de las pruebas contra los terroristas. La premisa es que el Gobierno norteamericano permitió el ataque para aprovecharlo. Hay pruebas de que el Mosad fue cómplice. Existen pruebas policiales que indican que hubo israelíes que celebraron el atentado a poco de producirse y que fueron denunciados por los vecinos por el ruido que hacían. La policía los detuvo, pero el fiscal general recientemente nombrado fue el juez sionista que los liberó antes de ser juzgados.
Antón Álvarez: En que se fundamenta el poder del lobby sionista al que constantemente hace mención? Cuándo se comenzó a gestar?
James Petras: El poder del lobby sionista en EEUU es producto de una acumulación de fuerzas durante un período prolongado. No es algo insólito la influencia que adquirió, particularmente después de la Segunda Guerra Mundial y con la fundación del Estado de Israel. También influyó el éxito económico de los judíos. Pasaron de sus orígenes pobres y de sus posturas progresistas en los años treinta a convertirse en clases medias y altas, además de asumir la defensa del Estado de Israel. Ya pocos son religiosos e Israel sirve como una religión secular. Ya no creen en la Torá ni en Moisés.El lobby sionista en EEUU recibió un gran impulso con la vitoria israelí en la guerra de 1967. Muchos sionistas norteamericanos fueron asentándose en áreas de gran influencia, en Hollywood, en la televisión, en los círculos académicos, en las finanzas, etc. El 24% de los hombres más ricos de EEUU son judíos-sionistas. Además, el Estado de Israel se lleva el 33% del presupuesto de ayuda exterior de los EEUU, más que toda África.En los últimos veinte años los sionistas penetraron en el Gobierno en puestos estratégicos. El Gobierno de Bush es ilustrativo. Tienen el control del segundo y tercer hombres del Pentágono, el arquitecto de la guerra de Iraq; del asesor principal del vicepresidente, el que escribió el discurso de Bush sobre el “Eje del Mal”. Otro destacado sionista es el asesor principal del Consejo Nacional de Seguridad sobre Oriente Medio. Hay más en otros ámbitos del Gobierno. No hay nada que inventar, están ahí, se dejan ver.El 60% del financiamiento del Partido Demócrata y el 30% del Partido Republicano proceden de fondos de sionistas de EEUU. El lobby condiciona la política de los partidos cara a Israel y establece una poderosa maquinaria de chantaje e intimidación contra aquellos candidatos que la desafíen.Los sionistas crearon conflictos en la cúpula militar estadounidense. Hay militares que no quieren subordinar los intereses imperialistas de EEUU a las ambiciones coloniales de Israel. Consideran que se pueden perder aliados potenciales de Estados Unidos en los países árabes. El lobby impone su poder sobre los militares norteamericanos.Otro debate es la guerra contra Irán. Todavía hay entre los militares muchas reservas para atacar ese país en este momento. Los protagonistas de esta posible guerra son los sionistas. La consigna que da el primer ministro de Israel es que hagan todos los esfuerzos para lograr sanciones de EEUU, actos unilaterales, ataques militares.No hay teoría de la conspiración. Los sionistas norteamericanos actúan públicamente. pero ellos no piensan en las consecuencias para EEUU ni para su pueblo. Sólo piensan en destruir otros países críticos con Israel, países que se oponen a la hegemonía israelí en Oriente Medio. Por eso los sionistas consideran que la guerra de Iraq es un éxito, a pesar de que para EEUU es un auténtico fracaso. Iraq ahora está destruido y desarticulado, por lo tanto, Israel perdió un adversario en su política de colonización.Movimiento obrero y derechos sociales en EEUU
Antón Álvarez: Existe movimiento obrero organizado en EEUU? Cómo funcionan los sindicatos?
James Petras: El sindicalismo en EEUU siempre fue poco democrático. No hay ningún dirigente sindical a nivel nacional que cobre menos de 300.000 dólares al año. Inclusive algunos de los peor pagados, los líderes de los sindicatos de limpiadores, ganan 400.000 dólares anuales. Los dirigentes del sindicato de peones de la construcción ganan casi 700.000 dólares. Además, tenemos una gran tradición de relaciones entre la mafia y los sindicatos, especialmente entre sindicatos de camioneros y portuarios, particularmente los de la Costa Atlántica.Tuvimos enormes estafas de fondos de pensiones manejados por los sindicatos. Existe por parte de los sindicatos estadounidenses la política de colaboración de clase y la tendencia a aceptar las reestructuraciones y las indemnizaciones por despidos. En los últimos cuarenta años el porcentaje de trabajadores sindicalizados en el sector privado pasó del 30% al 7%. Muchas grandes empresas no tienen presencia de sindicatos. En el sur, la Toyota o la Nissan tampoco tienen sindicatos. Esto se debe en parte a la desconfianza de los obreros cara a las organizaciones sindicales. Los trabajadores ven que pueden conseguir casi lo mismo, por ejemplo mejoras salariales, sin los sindicatos.Los sindicatos no se atreven a organizarse políticamente en EEUU. Financian en gran parte al Partido Demócrata, concrétamente en 50 millones de dólares al ano, pero no reciben a cambio nada substancial, como derogar leyes restrictivas. Lo que reciben los sindicalistas es protección de sus puestos. Entonces, quedamos ante una situación sindical en decadencia, con un sindicalismo muy debilitado y poco atractivo. Curiosamente, las encuestas muestran que más del 50% de los norteamericanos considera que la sindicación puede ser una buena idea.Por ejemplo, la cúpula del sindicato del automóvil firmó un contrato oneroso que divide los obreros por su antigüedad en la empresa, entre nuevos y viejos. Los primeros reciben un tercio del salario de los segundos. El sindicato, además, asume la responsabilidad del plan de salud de los trabajadores.Pero el sindicalismo de base no está muerto en EEUU. Hay muchos obreros con voluntad de luchar pero los canales existentes están bastante atrofiados. Hay lugares donde existen sindicatos progresistas, como alguno de los portuarios en San Francisco. Tenemos las asociaciones de inmigrantes que se lanzaron a la calle el año pasado contra las expulsiones masivas. Sin embargo, este fenómeno se produjo al margen de las cúpulas sindicales, que fueron las últimas en subirse al tren de las reivindicaciones de los inmigrantes.
Antón Álvarez: Mencionaba antes los planes de salud. Como es la cobertura sanitaria existente en EEUU?
James Petras: Existe el Plan Nacional de Salud para mayores de 65 años, que es amplio y no es nada malo. Aparte, hay un sistema público para las personas que viven en la pobreza extrema. Sin embargo, la gran mayoría de los ciudadanos que no viven en la extrema pobreza y que no son jubilados dependen de los planes de salud de las empresas. Y, si pierdes el trabajo, pierdes el plan de salud. Tenemos 50 millones de personas sin cobertura sanitaria. Hay otros 50 millones que tienen algún plan pero que tienen que pagar un mínimo de 3.000 dólares antes de comenzarlo, además de las cuotas cada vez más elevadas que deben desembolsar para mantenerlo.También hay personas que sólo tienen un seguro médico para enfermedades muy graves. Esto explica que las personas que carecen de cobertura sanitaria tienen las tasas más altas de mortalidad. Por ejemplo, se registran tres veces más casos de cáncer de mama entre las mujeres negras porque no se hacen las revisiones, pues son muy caras. Las empresas cada vez más dejan de pagar el plan de salud. Ahora los gestionan los sindicatos pero en muchas ocasiones tienen que costearlos los propios obreros.
Antón Álvarez: Y que ocurre con la educación?
James Petras: la enseñanza universitaria es la más cara del mundo. La matrícula anual en las universidades públicas oscila entre los 8.000 y los 9.000 dólares. en las privadas entre los 30.000 y los 40.000 dólares. Muchos estudiantes tienen deudas. Además, las escuelas técnicas también cobran en torno a los 3.000 dólares al año.La primaria y secundaria son gratuitas, pero en los estados con impuestos bajos, el sistema educativo público es malo. Entonces, las clases medias optan por mandar sus hijos a la privada, pese a que tienen que pagar 15.000 dólares. Por tanto, las escuelas públicas quedan reservadas para los negros y los hispanos.Situación de la izquierda
Antón Álvarez: La izquierda política está articulada en EEUU?
James Petras: Tenemos un sector de la sociedad que no está organizado pero que es muy progresista, sobre todo en relación con la retirada de las tropas de Iraq. El 80% de la población quiere una cobertura universal de salud a nivel nacional. Pero no hay ningún liderazgo político capaz de implementar estas demandas. Ser elegido senador cuesta casi 40 millones de dólares; congresista 20 millones y 500 millones ser presidente de EEUU. Por tanto es imposible para los sectores críticos conseguir espacios en los medios de comunicación de masas. Los dos partidos los excluyen de los debates. Además, registrar un partido requiere mucho esfuerzo y luego hay que financiarlo.Las cúpulas del movimiento pacifista decidieron por las suyas poner a todos sus activistas a trabajar por los candidatos demócratas. Estos consiguieron mayoría en el Congreso, pero al final votaron a favor del presupuesto militar de Bush. EEUU es un país sin oposición política.Existen organizaciones sociales progresistas, partidarias de la paz y algunos concejales y alcaldes progresistas. Luego están los grupos de homosexuales, feministas, pacifistas, ecologistas, pero están muy fraccionados.
Antón Álvarez: Y que hay del movimiento antiglobalización?
James Petras: Está muerto desde Seattle. Tiene muchas siglas, sus activistas van las conferencias mundiales. Pero no representan a nadie en EEUU. No pueden sacar a nadie la calle. Andan por el mundo hablando en nombre de una masa que no existe. En EEUU, gran parte de la población es crítica con la globalización, pero más desde un punto de vista conservador y proteccionista que progresista.
Antón Álvarez: Cuáles son, a su juicio, las esperanzas de la izquierda internacional?
James Petras: En varios lugares del mundo el pueblo lucha, como en Iraq. Hay avances en América Latina con el presidente Chávez. También se va a producir una reactivación de movimientos populares en Brasil contra Lula. Hay grandes expectativas en Ecuador. En Colombia hay grandes movilizaciones de campesinos y obreros. También en Francia e Italia hay movimientos fuertes que van a paralizar a los neoliberales Sarkozy y Prodi. Lentamente, también en los países ex comunistas. En China hay más de 100.000 protestas masivas al año de obreros o campesinos. Pero cómo saber como evolucionará todo esto. No tengo ninguna fórmula mágica.
antonalvarez@galizacig.net
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Traducido por La Haine
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El Mercurio Digital - España/18/11/2007

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