17/11/07

Pobres y microproductores apoyados en Bolivia

Por Ricardo Angel Cardona
Columnista
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Las condiciones económicas en Bolivia nunca fueron lo suficientemente buenas desde la instauración democrática en 1982 para que gobierno alguno decidiera apoyar con propios recursos a pobres, desposeídos, niños, ancianos y agentes económicos, especialmente micro-productores como sucede actualmente con el Gobierno nacional de Evo Morales.

Condiciones económicas actuales son favorables desde punto de vista macroeconómico por razones de orden interno y externo. Entre las primeras se encuentra la nacionalización parcial de hidrocarburos que ha permitido ingresos para el Estado de dos mil millones dólares año, elevado precio de minerales y metales como estaño, zinc, oro, plata, entre otros, distribución estatal de gasolina, diesel y GLP, exportaciones de soya y derivados a mercados ampliados de países CAN, ALBA y UNASUR, remesas del exterior por mil millones y finalmente política de austeridad que impone sueldos estatales por debajo de 1.500 dólares mes que es el del Presidente.

Las reservas internacionales de Bolivia llegan ya a cinco mil millones de dólares y pronto podrían alcanzar a duplicar esta cifra, si las importaciones de materias primas de China comunista, India, Japón, Irán, Sudeste asiático y otros continua a un ritmo de más del 10% anual en incrementos reales de demanda insatisfecha. A la lista se deberá agregar muy pronto exportaciones de hierro mineral y esponja reducido, aceros comunes y de construcción, especiales y laminados, provenientes del Mutún y la paulatina construcción de la ciudad integral del acero en el corazón de Suramérica, o sea la provincia Germán Busch en el Pantanal boliviano, con acceso directo al Atlántico.

Si este es el curso actual de la macroeconomía boliviana, se entiende que se debe enfrentar retos de crecimiento microeconómico con aportes para agentes económicos de producción ligados especialmente a la microproducción, como son campesinos, trabajadores agrícolas, artesanos, agropecuarios, mineros, metalúrgicos e industriales de pequeña escala. El Gobierno nacional está haciendo entrega de microcréditos por valor promedio de diez mil dólares a casi mil microproductores en todo el territorio nacional.

La tendencia es llegar a diez mil microproductores en una primera fase y aumentar a chicos y medianos a través del Banco de Fomento Productivo en marcha. Los fondos provienen de recursos propios ( Bolivia dejó de ser país mendicante y tiene propios fondos ), créditos TCP-ALBA y donaciones de países amigos. Es decir una red de apoyo que por primera vez en la historia económica boliviana tiende a incorporar al mundo financiero con preferencia a pequeños productores y agentes económicos primarios, secundarios y terciarios.

Al contrario de épocas pasadas cuando existía el Banco Agrícola y Minero en tiempos de la UDP de Siles Zuazo para todo tipo de clientes, las preferencias ahora son casi exclusivamente para agentes económicos no tradicionales como los referidos, con única condición de devolver préstamos en tiempos, ritmos y plazos previamente establecidos.

Grandes prestatarios de créditos en décadas pasadas durante los gobiernos de Banzer y Paz Estensoro especialmente, como algodoneros, soyeros en gran escala, ganaderos y agropecuarios, hicieron quebrar dichas entidades financieras estatales por falta de devolución de créditos, pese a las condiciones favorables, benignas y largo plazo en su otorgamiento.

El peligro de inflación está latente y crece este año 2007 hasta casi 10% anual por dos razones diferentes. La una por aumento en demanda de productos alimenticios, vivienda y servicios. Y la otra por reducción de la oferta debido al crecimiento poblacional y efectos de inundaciones en ganadería y agricultura intensivas de alto rendimiento.

La solución consiste en implementar una revolución tecnológica y rural a nivel de productores agrícolas pequeños, medianos y grandes, elevación de productividad y competitividad, mayor uso de fertilizantes, pesticidas y mecanización. Pero también aprovechamiento de agriculturas orgánicas con uso de fertilizantes naturales, mejoramiento genético de semillas y vacunación masiva del ganado mayor y menor. Los municipios productivos y parques tecnológicos estatales y privados tienen la palabra.

La seguridad alimenticia popular y exportaciones de cereales andinos, soya y derivados y maíz y balanceados está en vías de concretarse a través de otorgamiento de créditos a pequeños productores y comunidades campesinas. Creemos que el Gobierno nacional de Evo Morales debería dar preferencia a la producción de quinua real, amaranto o quiwicha y cañahua como plantas verdaderamente sagradas que poseen 30% o más de proteínas.

Con 10 millones de toneladas de producción de cereales andinos se podría ingresar 20 mil millones de dólares año por venta a países como Japón, Europa, China comunista, Rusia, India, países UNASUR y ALBA. Con la misma cantidad de soya se obtendría dos mil millones de dólares año. Respecto a la coca tienen ambos la ventaja de constituirse en alimentos proteínicos de alto valor nutricional para seres humanos y animales domésticos.

La coca genera ingresos para miles pero para beneficiar a millones de productores están los cereales andinos mencionados, también soya y derivados, maíz y balanceados, habas, trigo, cebada, arroz, castañas, frutas y otros. Estos serían parte de la revolución tecnológica y agraria que el Gobierno nacional debería apoyar tanto en oriente como en occidente, Chaco y Amazonía, sin distinción de tamaño en la propiedad rural.

Se debería incentivar con créditos y tecnología a grandes, pequeños, micros, comunidades, cooperativas y medianos casi por igual hasta generar mayor equidad. Lo mismo con la producción de etanol y biodiesel que dan trabajo, biocombustibles a base de palma aceitera-maní-soya-caña-piñón-jatata-castaña para el mercado interno complementario a YPFB.

Con esta perspectiva amplia se puede pensar en construir el socialismo siglo XXI de base bolivariana y tecnológica, que tiene como meta que cada habitante tenga lo suficiente para comer , vestirse y sanarse. Los bonos para niños y ancianos cumplen esa función. Pero se debe tener en cuenta que la demanda agregada crecerá en alimentos, ropa y servicios, y que el Gobierno nacional debe cumplir con adecuada oferta en alimentos, servicios, medicinas y ropa producidos por agentes económicos nacionales de todo tipo y tamaño.

Con estas tareas el Gobierno de Evo Morales estaría cumpliendo los siguientes objetivos directos. Producción endógena de alimentos, servicios, ropa y medicinas para parar la inflación por el lado oferta. Crecimiento del 8%-10% año con producción endógena. Demanda agregada por bonos a niños y ancianos e incremento de salarios. Así se construiría poco a poco sin pausa en forma sui géneris y pacífica el socialismo siglo XXI por vías boliviana, bolivariana y tecnointeligente.
rancardonay@yahooo.es
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RedBolivia.com - USA/17/11/2007

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