7/12/07

África meridional: integración en la SADC y acceso al crédito

Las economías del África meridional han crecido a un buen ritmo en los últimos años, intentando diversificar las propias opciones económicas en previsión de la creación del área de libre comercio, SADC, que debería entrar en funcionamiento a principios de 2008. Sudáfrica, la economía africana más fuerte podría influir en toda el área, sobre todo tras la nueva reglamentación del sistema financiero que ha entrado en vigor recientemente en el país.
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Anita Boselli
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Una región heterogénea
Se denomina África meridional o austral al conjunto de catorce países miembros de la Comunidad de Desarrollo del África Austral (SADC- en sus siglas en inglés), un área de integración económica regional que funciona desde hace más de veinticinco años en el continente africano. A pesar de que comparten el área geográfica, los países que forman parte de ella presentan características muy diferentes desde el punto de vista, no sólo de extensión y demografía, sino también de recursos, modelos y sistemas económicos de referencia. La heterogeneidad es evidente si se considera que del PIB, de casi 380 mil millones de dólares, producido en la región en el 2006 (cifra inferior a la que generó Turquía en el mismo período), el 67,3% fue generado por la República Sudafricana, Estado con la economía más fuerte del área y la primera en el continente. La segunda economía es Angola, que produce el 11,5% del PIB, seguido por Tanzania (3,4%), mientras que los otros 11 países no superan la cuota del 3%. A pesar de esto, se ha registrado un crecimiento del 5,5% en el área durante el pasado año, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), realizadas antes de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos, se prevé un crecimiento del 7,1% para el 2007.De estos datos resulta evidente que las economías que sostienen el crecimiento en el área son las mismas que explotan sus recursos mineros y petrolíferos: Angola y Sudáfrica. Su rápido crecimiento ha producido, en los otros países del área, una aceleración de la actividad económica, impulsada por la demanda interna y activada por el incremento de las inversiones y el discreto aumento de la productividad (pero también del gasto público) favorecida por los recursos liberados, en algunos países, tras la adopción de medidas para cancelar la deuda pública, y siendo más sostenibles en general con la adopción de políticas macroeconómicas más prudentes.Los flujos de inversión directa extranjera fueron consistentes en el 2006, pero en comparación con los máximos registrados en 2003 de 6,8 mil millones, han entrado en un lento descenso. Todos estos datos se deben interpretar según la previsión que la SADC tiene para el 2008 de poner en marcha su propia área de libre comercio que abarque todos los países de la organización. Este programa de implementación nació en el 2000 con la entrada en vigor del Trade Protocol firmado en 1996, que debería llevar a la creación de una unión aduanera en 2010, un verdadero mercado común en 2015 y finalmente a la unión monetaria en el 2018. Para conseguir estos objetivos es necesario que las economías sudafricanas se diversifiquen e incrementen el crecimiento y el comercio más allá del área regional.
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Sudáfrica, el motor del desarrollo
La República Sudafricana es la fuerza económica de la región. Su economía basada en los recursos mineros ha atraído durante años a numerosos inversores, pero con el proyecto de integración regional, la liberalización de la economía sudafricana llevada a cabo desde hace años por el presidente Mbeki, y la voluntad de diversificar la economía han hecho crecer la demanda de infraestructuras y de servicios de calidad, como por ejemplo en el ámbito de la seguridad. Por todo esto, Sudáfrica es un buen país donde invertir y, ante el inminente nacimiento del área de libre comercio, se convierte en el punto de partida para los inversores hacia los otros países del área, no tan ricos en recursos. Entre las características que lo hacen óptimo para las inversiones encontramos la estabilidad política, la elevada tasa de crecimiento y el buen funcionamiento del sistema bancario y financiero.El sistema bancario sudafricano está pensado y regulado de manera eficaz. Incluye un banco central (South African Reserve Bank), algunos bancos grandes y sociedades de inversión y un número destacado de bancos más pequeños. En los últimos años, muchos bancos extranjeros han empezado a trabajar en Sudáfrica. El sector bancario está regulado principalmente por el Banks Act de 1990, basado en el modelo legislativo que regula el sector bancario en Reino Unido, Australia y Canadá. A pesar de que no exista un acuerdo formal para posicionarse coherentemente a nivel internacional en el ámbito de la reglamentación del sector bancario, se han producido cambios en la legislación del mercado financiero que han contribuido a hacer de Sudáfrica un candidato prometedor donde invertir. Además, la República Sudafricana ha incorporado los principios fundamentales de Basilea II. Los centros de negocios e inversión son los sectores más competitivos, mientras que los bancos sudafricanos más grandes ABSA (Amalgamated Banks of South Africa), First National Bank y Nedbank continúan consolidándose en el mercado al por menor. Para los grandes inversores o para los inversores extranjeros, el sistema bancario sudafricano ofrece múltiples opciones de financiación para que se adapten a las reglas de la South African Reserve Bank, sobre todo para inversores no residentes.
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NCA y el acceso a un crédito en Sudáfrica
Las diferentes posibilidades de obtener financiación en la República de Sudáfrica se definen en la National Credit Act, que entró en vigor el 1 de junio de 2007, sustituyendo a la precedente Credit Agreements Act and Usury Act. El objetivo de esta nueva legislación consiste en promover e incrementar el bienestar socio-económico de los sudafricanos favoreciendo un mercado financiero justo y transparente, impulsando la competitividad y asegurando los criterios de responsabilidad y sostenibilidad, reforzando la accesibilidad, la eficiencia y evitando la discriminación, además de combatir el sobreendeudamiento y ofreciendo protección e información a los consumidores. Además la NCA distingue varios tipos de clientes y ofrece acuerdos pequeños, medianos y grandes. Según el nuevo reglamento, los proveedores financieros deben ser registrados y son sometidos a numerosas limitaciones en cuanto al tipo de interés, sanciones, a formar parte de contratos y la obligación de ser transparente (prohibición de añadir costes o clausuras no especificadas). Además es obligatorio dar un “Pre-Agreement Quote” al consumidor, un documento que fija los términos de la oferta del que será el acuerdo definitivo y con una validez de cinco días. La NCA ha creado un organismo que garantiza el cumplimiento de la nueva legislación: el National Credit Regulator, responsable de la regulación del sector financiero sudafricano. Sus objetivos son la búsqueda y el desarrollo de políticas financieras, la inscripción de los proveedores financieros, la gestión de las reclamaciones además de la implementación de la NCA. La NCA ha dedicado una particular atención al desarrollo de políticas adecuadas a las exigencias de las clases sociales históricamente menos favorecidas en este aspecto; ciudadanos de un nivel de renta bajo y comunidades aisladas o residentes en zonas poco pobladas. La nueva reglamentación debe permitir reducir las tasas, permitiendo a los consumidores con menor capacidad adquisitiva obtener financiación con una mayor facilidad. Estas tasas variarán según el tipo de contrato entre el consumidor y el proveedor y, hasta la entrada en vigor de la nueva ley, podían alcanzar niveles altísimos respecto a las tasas de países desarrollados. Las tasas hacían referencia a las agencias financieras que ofrecían préstamos a trabajadores con un puesto fijo pero sin grandes entradas ni recursos para demostrar su solvencia. Este tipo de contratos constituían el 65% del total del crédito al consumo sudafricano.
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Conclusiones
El sistema financiero de Sudáfrica, renovado recientemente, fue concebido con dos objetivos fundamentales: reducir las diferencias que separan las tasas del sistema financiero de los países desarrollados de las tasas de las economías en expansión - como es el caso de Sudáfrica -, y la voluntad de extender la oferta financiera hasta clientes potenciales, hasta hoy excluidos de la posibilidad de obtener un préstamo a causa de su baja renta. En cuanto al primer objetivo, se ha intentado incentivar a los inversores extranjeros para que financien personalmente sus actividades en el área; en cuanto al segundo, se ha intentado expandir el mercado interno de los pequeños consumidores que, hasta hace poco, tenían pocas posibilidades de conseguir un préstamo a causa de las duras condiciones previas.La renovación del sistema sudafricano podrá afectar a toda el área del África austral, sobre todo en vista de la instauración, en breve, del área de libre comercio. De hecho, si Sudáfrica ya es para los inversores una etapa intermedia para invertir en el área, la renovación de su sistema financiero podría contribuir al desarrollo de nuevas actividades económicas que hasta hoy se habían descartado.
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Traducido por Laura Casas
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Equilibri.net - Italy/07/12/2007

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