26/3/07

EL AÑO HISTÓRICO DE 1968 (PARTE 10ª)

Diez acontecimientos que cambiaron el mundo
(…y Parte X)
Ricardo Ribera 26-03-2007/El Faro
cartas@elfaro.net

10.- Las redes de computadoras y la conquista de la luna
Los historiadores han señalado 1968 como el año en que empezó a operar la interconexión de ordenadores puestos en red. Inicialmente se trató de un proyecto secreto del Pentágono. Conectar las computadoras de las distintas unidades militares en el territorio de Estados Unidos iba a permitir la comunicación más segura y prácticamente instantánea entre ellas. Lo decisivo para los intereses militares, no obstante, estaba en el concepto mismo de una red: ésta carece de un centro definido y la comunicación puede establecerse sin él. En el ambiente de guerra fría esta característica era esencial: en caso de un ataque las fuerzas armadas tendrían capacidad de coordinación y de respuesta aun si la sede del alto mando fuese destruida en el primer golpe. Como ha pasado en otros momentos de la historia moderna de la ciencia y de la técnica, era la investigación con objetivos militares la que conseguía avances que serían después de gran importancia para usos civiles. Los altos presupuestos para investigación y experimentación de que disponen los Ministerios de Defensa hacen a menudo la diferencia.

Un tiempo después el Pentágono accedió transferir a un grupo de universidades esa tecnología, lo que permitió la interconexión de las bibliotecas universitarias así como el desarrollo en red de algunos proyectos de investigación académica. Era sólo cuestión de tiempo el diseño del lenguaje "html" y el surgimiento de la red mundial de redes o "www", más conocida como la internet. Pronto habría millones de computadoras en el mundo conectadas entre sí, intercambiando todo tipo de información. Significaría una revolución mundial no sólo por la comunicación entre personas particulares, sino sobre todo por las posibilidades que se abrían para las empresas. Se estaba verificando lo que un japonés bautizó en los años sesenta como "la sociedad de la información". Las grandes empresas usarán la revolución informática para fragmentar su producción en distintos países, coordinando el conjunto de operaciones desde un centro virtual, el cual puede estar en cualquier punto del mundo. Las transferencias electrónicas van a permitir una movilidad instantánea de capitales, para inversión o para especulación, lo cual es una de las bases del proceso actual de globalización capitalista. El arranque de esta intensificación de la mundialización de la economía, llamada globalización, que ha cambiado la vida en el mundo, hay que situarlo en estas primeras experiencias de redes entre computadoras.

La tecnología de internet está muy ligada a otro avance tecnológico; el de los satélites de comunicación. Paralelamente y en conexión con el desarrollo de la informática era la exploración del espacio otra prioridad militar, esta vez por medio de la NASA. Las dos superpotencias competían también en ese terreno, en lo que se dio en llamar "la carrera espacial". Los soviéticos llevaban ventaja: habían sido los primeros en poner a un satélite en órbita terrestre (el Sputnik), también en enviar a un ser vivo al espacio y hacerlo regresar (la perrita Laika) así como el primer ser humano, de ida y regreso (el astronauta Gagarin). Ahora los norteamericanos compensaban su atraso con un golpe de efecto espectacular: ¡ser los primeros en colocar un hombre en la luna! Los rusos tratarían de restar importancia al hecho y se centraron en conseguir ser los primeros en situar una estación permanente en el espacio, con largos períodos de permanencia para los astronautas. Pero no pudieron evitar el impacto propagandístico logrado por Estados Unidos, que trasmitió por televisión las imágenes del astronauta Armstrong al momento de descender la escalerilla de su nave y posar su pie en la luna.

Se ha dudado del hecho y se ha especulado si se trató de un montaje producido por la industria cinematográfica. Incluso la famosa frase pronunciada por Armstrong - "es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad"- más parecía sacada de un guión de Hollywood: demasiado perfecta para ser real. Incluso algún que otro escéptico ha señalado que en las imágenes se puede ver ondear la bandera norteamericana, lo que fuera imposible en la luna pues el satélite carece de atmósfera. Independiente de esta polémica, lo cierto es que si Estados Unidos no lo había logrado en esa fecha, estaba muy próximo a hacerlo y en los años siguientes obtendría otros éxitos aún más importantes para la carrera espacial. La conquista de la luna se había convertido para el imaginario colectivo en símbolo de la ilimitada capacidad humana y expandió un gran optimismo en el poder del conocimiento científico y de la tecnología.

En las décadas siguientes la superpotencia estadounidense superaría claramente a su rival soviético en la carrera espacial, no tanto en cuanto exploración del espacio, como en su capacidad de desarrollar nuevos sistemas de armas, ofensivas y defensivas, a modo de un escudo protector. La ventaja norteamericana no estaba tanto en un mejor nivel de sus científicos e ingenieros, como en su capacidad de financiar los montos astronómicos de tal proyecto. La Unión Soviética se arruinó en su empeño de seguir los pasos de su rival en esta doble carrera: la armamentista y la espacial. La conquista de la luna por Estados Unidos era un pequeño paso, en realidad, en comparación con el gran salto que significaría el proyecto del escudo antimisiles o "star wars" que lanzó la administración Reagan y que precipitó la ruina soviética. Primeros pasos los de 1968 para constituir a Estados Unidos en la única e indiscutida hiperpotencia militar del planeta, tal como lo ha llegado a ser hoy en día.

A modo de conclusión

Para concluir, una cita obligada, la del historiador y agudo analista Eric Hobsbawm: "En 1968-1969 una ola de rebelión sacudió a los tres mundos o grandes partes de ellos, encabezada esencialmente por la nueva fuerza social de los estudiantes cuyo número se contaba, ahora, por cientos de miles incluso en los países occidentales de tamaño medio, y que pronto se convertirían en millones." Hobsbawm utiliza conscientemente la palabra "rebelión". Considera que ya no estaba en el orden del día la "revolución mundial" como la había entendido la generación de 1917 (la de la revolución rusa); "nadie esperaba ya una revolución social en el mundo occidental". Y constata: "el futuro de la revolución estaba en las zonas campesinas del tercer mundo" pero, "incluso donde la revolución era una realidad o una posibilidad, ¿seguía siendo universal?" De tal modo, el historiador británico tiende a considerar 1968 más como una página que se cierra, que como una que se abre. "La revuelta estudiantil de fines de los sesenta fue el último estertor de la revolución en el viejo mundo."

Sin embargo, desde la perspectiva de los otros dos mundos, el socialista y el de los países periféricos, la época aparece preñada de revolución, en el sentido de cambios y transformaciones profundas. Por esto aquí se ha elegido un subtítulo con referencias indirectas a la revolución de 1917, pues recuerda el título del famoso reportaje de John Reed sobre la insurrección de octubre: "Diez días que estremecieron al mundo". Para el caso de 1968 se ha convertido en "Diez acontecimientos que cambiaron el mundo". En una visión seguramente menos eurocéntrica que la de Hobsbawm.

Aquí se ha adoptado tal vez una perspectiva más amplia, incorporando otros hechos significativos acaecidos en dicha coyuntura, lo que permite vislumbrar también ciertos procesos que más bien estaban arrancando su despliegue en 1968. Se ha tratado de mostrar asimismo el aspecto ideológico y cultural que refleja la época y que expande su influencia en los lustros siguientes. Muy distinta a la que predominará veinte años más tarde. Era aquella generación que pintaba en los muros "yankis go home", muy diferente a la que a mediados de los ochenta añadirá sarcástica: "…y, ¡llévennos con ustedes!" Una época cargada tal vez de mucha utopía y también, sin duda, de poesía. La que inspiraba a los jóvenes de los sesenta, como el que escribió en una pared del Barrio Latino de París: "Bajo los adoquines está la playa". En nuestra época, la de "otro mundo es posible", hay seguramente necesidad de conocer y apreciar esos tiempos anteriores cuando se pensó con ilusión, pero ilusoriamente, que todo iba a ser posible. Años en que pareció factible el asalto del cielo: que se podría traer el cielo a la tierra y así hacerla habitable. La realidad ha mostrado con terquedad dónde queda el horizonte de lo posible, hoy por hoy; pero también muestra día a día que tenemos los pies sobre el terreno de lo insostenible. Y que habrá que saltar a lo imposible. Algo del espíritu del 68 está haciendo falta para superar esa contradicción.

ACEBES JUSTIFICA EL BOICOT A PRISA PORQUE "NADIE ESTÁ OBLIGADO A ACUDIR A LA CASA DE QUIEN LE INSULTA"


Ángel Acebes, en una foto de archivo (Foto: Efe)

Comienza el anunciado boicot del PP a Prisa con la retirada de publicidad.Algunos políticos del Partido Popular han dejado ya de atender a las llamadas de El País, Cadena SER, Cuatro, Cinco Días...Todos los miembros del PP acatan la medida, aunque un pequeño grupo abanderado por Gallardón muestra algunas disconformidades.Varios diputados y candidatos a alcaldes han mostrado su desacuerdo con la decisión de Rajoy. Hoy comenzó ponerse en práctica el anunciado boicot al grupo Prisa.
20MINUTOS.ES / AGENCIAS / 26-03-2007

El PP anunció el viernes que dejaría de atender las convocatorias del grupo PRISA.
En el Partido Popular se han producido ya las primeras ausencias en apariciones concertadas y también las primeras cancelaciones en contratos publicitarios.

Todo ello desde que el viernes se anunciara que el partido dejaba de atender las convocatorias del grupo de comunicación como reacción a las declaraciones de su presidente, Jesús de Polanco.

El secretario general del PP, Ángel Acebes, justificó hoy esta decisión porque "nadie está obligado a acudir a la casa de quien le insulta y le difama".

El veto del PP a Prisa centró buena parte de la rueda de prensa de Acebes e incluso a enfrentó a varios periodistas: mientras los trabajadores de El País y de la SER preguntaban con insistencia sobre esta polémica, dos periodistas de Época y de El Confidencial Digital los conminaron a abandonar el asunto y a continuación se marcharon de la sala.

A pesar de querer cambiar de tema, Acebes continuó dando la palabra a los periodistas de PRISA ya que, dijo, "si no van a decir que estamos en contra de la libertad de expresión".

Dudó de que a Polanco no le parezca un insulto "llamar fascista y guerracivilista" a un partido, pero al PP le parece "el insulto más grave que se le puede hacer a un partido político."

"Al único partido -continuó- que es alternativa de Gobierno en España, al único que se opone al chantaje de ETA y propone una alternativa para la derrota definitiva de los terroristas".

Para volver a acudir a convocatorias de PRISA, insistió en que Polanco tendrá que rectificar, "lo que es sencillo: decir que el PP es un partido democrático y que no busca la guerra entre españoles".

Acebes negó que algún dirigente regional le haya llamado para mostrarle su preocupación por este asunto y "mucho menos para discrepar".

Aguirre dice que "Polanco, que conoce bien el franquismo, se ha pasado siete pueblos", pero confía en que rectifique, "porque es un hombre inteligente"Comienza el boicot

Esperanza Aguirre ha retirado toda la publicidad como candidata a la Comunidad de Madrid, y previsiblemente todos los candidatos seguirán sus pasos. Lo mismo ha ocurrido ya en el País Vasco o Albacete, por ejemplo.

No ocurre así con la publicidad institucional de los gobiernos del PP en las distintas comunidades y ayuntamientos, que a primera hora de este lunes se podía oír y leer en los medios de este grupo de comunicación.

Aguirre, en una entrevista en El Mundo, afirma que "Polanco, que conoce bien el franquismo, se ha pasado siete pueblos", pero confía en que rectifique, "porque es un hombre inteligente".

Según Aguirre, el presidente de Prisa "dará explicaciones, porque todos metemos la pata" y achaca las declaraciones a una mala situación personal.

Algunos cargos, colaboradores habituales de la Cadena Ser, han dejado de acudir a las citas con la emisora, como Alicia Sánchez Camacho en A vivir que son dos días.

Disensiones

Aunque la decisión de Mariano Rajoy está siendo acatada mayoritariamente, no todas las voces la secundan sin fisuras.

Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, apuesta por "resolver" una situación "anómala, que no debería de haberse producido". El líder popular mantiene que la situación "no es normal", aunque recalca que no supone un ataque a la libertad de expresión.

Por su parte, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, ha instado al alcalde madrileño a que celebre el debate que tenía previsto mantener en la Cadena SER con el candidato socialista, Miguel Sebastián.

En democracia la palabra veto a un medio de comunicación no puede ser aceptada
Otros cargos populares, de menos rango, han expresado sus dudas acerca del boicot.

Por ejemplo, el senador del PP por A Coruña Evaristo Nogueira, que expresó, precisamente a la Cadena Ser, que no estaba de acuerdo "por varias razones".

Según Nogueira, "en democracia la palabra veto a un medio de comunicación no puede ser aceptada", ya que se trata de un régimen en el que "yo puedo rebatir los argumentos del contrario, pero no vetar", indicó Nogueira.

El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, consideró también que el veto no era "la solución más acertada", aunque después matizó sus declaraciones.

Tanto Reporteros sin Fronteras como el Colegio de Periodistas de Cataluña, la Agrupación de Periodistas de CCOO o la Asociación de la prensa de Madrid han criticado el boicot, que unos entienden como un ataque a la libertad de expresión y otros como una acción de legítima defensa ante un ataque sin precedentes.

Artículos relacionados

Zapatero acusa al PP de "restringir libertades" por su boicot a Prisa (24/03/07)

Polanco:"Es muy difícil ser neutral cuando hay quien desea la vuelta a la guerra civil" (23/03/07)

El Partido Popular deja de atender las convocatorias del grupo Prisa hasta que Polanco rectifique sus declaraciones (23/03/07)

El Colegio de Periodistas de Cataluña califica de "inadmisible" el boicot del PP a Prisa (23/03/07)

¡Comentarios!

Primero

CITIGRUP PLANEARÍA DESPEDIR A UNOS 15.000 EMPLEADOS EN TODO EL MUNDO

Citigroup, el mayor banco del mundo, está preparando un ambicioso plan de reestructuración que implicará posiblemente un recorte de plantilla de 15.000 personas, según afirma hoy el diario The Wall Street Journal.
EFE 26-03-2007

El diario explica que este plan, que podría suponer un cargo de 1.000 millones de dólares a costa de los beneficios, responde a las presiones que está sufriendo el Presidente y consejero delegado, Charles Prince, para recortar los costos del grupo.

El ejecutivo, junto al director de operaciones Robert Druskin, están sufriendo presiones por el acelerado crecimiento de los gastos, el lento avance de los beneficios y la pobre revalorización de la acción de Citigroup.

Por ello, según el diario, ambos se han propuesto "rejuvenecer" la mayor empresa de servicios financieros del mundo, con un plan todavía en borrador, pero cuyas recomendaciones serán entregadas al Consejo de Dirección a fines de esta semana.

La empresa espera divulgar el plan el 16 de abril, cuando anuncie sus resultados del primer trimestre y un día antes de su junta general de accionistas.

Aunque aún quedan detalles por determinar, Druskin, encargado de diseñar el plan, busca acometer un recorte de al menos cinco por ciento de la plantilla mundial, que es de 327.000 empleados.

Los despidos podrían afectar a unos 15.000 trabajadores, aunque otras de las opciones sería no sustituir a los cerca de 50.000 empleados que dejan la compañía todos los años, según dijo una fuente al diario financiero.

Prince, asimismo, se ha referido a un exceso de cargos directivos, en particular en la unidad de banca de inversión, como una posible fuente de recortes de costos.

En este sentido, Citigroup habría contratado a la firma de consultoría Mercer Oliver Wyman para que la asesore en la revisión de costos.

LA ECONOMÍA ESPAÑOLA SUPERARA EL 3% EN EL 2007

El Colegio de Economistas destacó hoy el favorable año 2006 en términos de crecimiento económico y empleo, y adelantó que para 2007 se prevé un aumento del PIB algo menor, pero por encima del 3%, al tiempo que el crecimiento será "más equilibrado", con una menor inflación y un menor deterioro del sector exterior, según adelantó hoy el economista Emilio Ontiveros.
Economía/Macro/
MADRID/26-03-2007(EUROPA PRESS)

Ontiveros, que presentó la publicación del Colegio de Economistas que recoge el balance de la economía española en 2006 y que él mismo ha dirigido, señaló que España ha iniciado 2007 con un crecimiento más cercano al 4% que al 3,5%, y añadió que si "encuentra el viento a favor" de la mejora de las economías europeas, la estabilidad del precio del crudo y la moderación de las variables financieras, la economía española crecerá por encima del 3% y, además, con una corrección de sus principales desequilibrios.

Así, Ontiveros subrayó que el sector exterior se verá parcialmente corregido este año debido a la mejora esperada en las principales economías europeas, lo que favorecerá las exportaciones españolas.

En cuanto a 2006, indicó que si bien el "saldo neto" del año ha sido "inequívocamente favorable" tanto en términos de crecimiento como de empleo, identificó la inflación y el déficit exterior como las "sombras" que planean sobre la economía española. Acerca de los precios, añadió que aunque la inflación se moderó en los últimos meses del pasado año, aún mantiene un diferencial con los principales países de la zona euro, y afirmó que es previsible pensar que subirá "ligeramente en los próximos meses".

Respecto al déficit exterior, que se aproximó al 9% del PIB en 2006, Ontiveros aseguró que se trata de una tasa "muy elevada", lo que merma las posibilidades de crecimiento y se traduce en "limitaciones competitivas" de la economía española. Además, revela, en su opinión, la "excesiva" especialización de España en sectores poco intensivos en nuevas tecnologías y la "orfandad" en las dotaciones de capital tecnológico y humano.

Ontiveros se refirió también a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), y señaló que las razones que puede tener para seguir subiendo los tipos (se sitúan en el 3,75%) son "muy limitadas" porque su principal objetivo es la estabilidad de precios y la Eurozona tiene una inflación por debajo del 2%.

"El recorrido alcista es limitado y no veo muchas más subidas, quizás un cuarto de punto o medio punto más", añadió Ontiveros, que señaló que, no obstante, esta subida adicional tendrá un impacto "limitado" sobre la economía española y únicamente se notará algo en las decisiones de gasto de consumo duradero de las familias españolas, que se pueden ver "sacrificadas".

LA REBAJA FISCAL NO COMPENSA LA SUBIDA DE TIPOS.

Preguntado acerca de que la rebaja fiscal, que entró en vigor el 1 de enero, pueda compensar parte del aumento de tipos, Ontiveros indicó que no se producirá dicha compensación, dado que las familias con rentas bajas serán las más perjudicadas con la subida de tipos, y no son precisamente ellas quienes más se van a favorecer de la rebaja fiscal.

"El mayor beneficio fiscal no lo tendrán las familias con menor nivel de renta, por tanto, no creo que la reforma vaya a suavizar de forma significativa el impacto del endurecimiento monetario. Las rentas medias y medias-altas son las que más se verán favorecidas (por la rebaja fiscal)", concluyó.

Noticias relacionadas


Economía/Macro.-CEOE califica la situación de la economía española de "muy favorable" y augura una nueva subida de tipos

Economía.- Blanco (PSOE) dice que siempre le gustó una solución española para Endesa y que Clos tiene "gran intuición"

Economía/PIB.- UGT avisa de que la economía española, pese a crecer más que la europea, lo hace de forma desequilibrada

Economía/Macro.- (Ampliación) La economía española creció un 3,9% en 2006, el dato más alto desde 2000

(Ampliación) La economía española creció un 3,9% en 2006, el dato más alto desde 2000

CHÁVEZ APUESTA TODO A CHINA


El presidente Hugo Chávez dijo que China rivalizará con Estados Unidos como el máximo comprador del petróleo venezolano, después de que anunció una serie de planes para construir refinerías con el fin de ampliar la producción y aumentar el envío de crudo hacia el gigante asiático.
EFE/Chico Sánchez
CARACAS/Venezuela/AP

Chávez hizo sus declaraciones después de reunirse con un alto funcionario de la compañía estatal China National Petroleum Corporation (CNPC). Dijo a los reporteros en el palacio presidencial que "Estados Unidos como potencia lo que va es palo abajo y China va palo arriba".

El gobernante indicó que Venezuela iba por buen camino en su objetivo de incrementar las ventas de crudo a China, de aproximadamente 150 mil barriles por día en la actualidad a un millón de barriles diarios antes del 2012.

"Cuando hablamos ya de un millón de barriles de crudo estamos acercando el nivel del suministro venezolano a los Estados Unidos", destacó. Venezuela envía en el presente aproximadamente 1.5 millón de barriles al día a Estados Unidos.

"No negamos nosotros el gran mercado que son los Estados Unidos y nosotros hemos mantenido y estamos decididos e interesados en mantenerlo. (Además de) nuestras refinerías allá, y nuestra gran empresa, Citgo", expresó. "Pero ahora resulta que Venezuela está diversificando", agregó. El jefe de Estado anunció planes conjuntos para construir tres refinerías en China que procesarían un total de 800 mil barriles diarios de petróleo pesado venezolano.

"En dos años esas refinerías deberían estar listas", señaló.

Anunció que los dos países habían decidido crear una empresa naviera mixta para contar con sus propios buques cisterna de crudo.

LA PROPIEDAD SOCIAL LA MANEJA EL ESTADO

Este domingo, el presidente Hugo Chávez Frías intervino unas 330 mil 796 hectáreas, correspondientes a 16 predios ubicados en varios estados del país, dedicados a la producción agropecuaria, a través de una acción denominada “un nuevo ataque al latifundio”.
Zaida D. Arias Molina
Caracas/25-03-2007(REDACTA)

Durante su programa “Aló, Presidente” en su edición 278, que en esta oportunidad se transmitió desde el hato Calleja, en el estado Barinas, fue enfático al decir que “estamos recuperando lo que por muchos años le fue quitado al pueblo”.

Destacó en su larga participación en el programa radial-televisivo que duró unas cinco horas, que el hato Calleja, ubicado entre los municipios Pedraza y Barinas, es uno de los terrenos que serán tomados y declarados propiedad social. Tiene 24.883 hectáreas, y será destinado a la recría de búfalos.

Asimismo, dio a conocer la lista del resto de las propiedades intervenidas entre las que destacan Agropecuaria Buenavista (21.138 hectáreas) y Montaña del Orinoco y la Atascosa (26.700), en Anzoátegui; hato Morichalito (10.848), La Llagüita (47.800), Caribeña y las Mercedes (33.920), Bartolero (16.554), Las Cunaguaras, La Esperanza y San Francisco (12.000), hato Cabullare (8.150), hato Coronero (9.900) y hato La Viereña (14.850), en Apure.

Guanayenguayero (6.121), en Aragua; Fundo Agrobárbara (61.600), en Barinas; Sucesión Bolívar (23.535) y Arrecife Los González (9.913), en Guárico, y Productora Redford Smurfit (2.732), en Portuguesa.

Sostuvo que “todos estos casos son latifundios de tierras fértiles subutilizadas y pido a los dueños de fundos productivos que no sientan temor porque no se está transgrediendo la ley”.

Se preguntó a sí mismo: “¿Cómo sale el país del subdesarrollo si nosotros no ponemos a trabajar estas tierras, si no las impulsamos con tecnología y recursos?”.

Prometió, como lo ha hecho en otras oportunidades, que “respetará la propiedad privada”.

Sin embargo, señaló que “ya no habrá propiedad privada, sino la figura de la `propiedad colectiva’, del pueblo, para beneficiar a toda la comunidad”.

Ejército repelió en Apure ataque de supuestos paramilitares

El jefe del Comando Unificado de la Fuerza Armada Nacional, general de división (Ej) Wilfredo Silva, informó al Presidente de la República, Hugo Chávez, que el Ejército venezolano repelió este sábado un ataque de presuntos paramilitares durante la intervención del Hato Morichalito, en el estado Apure.

La intervención de la autoridad militar tuvo lugar durante la transmisión del programa radial televisivo “Aló Presidente”, en su edición número 278, que este domingo se transmitió desde el Hato “Calleja”, ubicado entre los municipios Barinas y Pedraza, del estado Barinas.

El oficial venezolano detalló al primer mandatario nacional que “la comisión del Ejército fue atacada cuando descubrieron una pista de aterrizaje clandestina en el monte aledaño al Hato Morichalito, ubicado en el municipio Achaguas y el cual tiene una extensión de 10 mil 848 hectáreas”.

Precisó que “mediante helicópteros rusos MIG-35 le dieron apoyo al comandante que estaba a cargo de esa operación y enfrentaron a los intrusos, quienes se internaron en el bosque y pudieron escapar”.

Relató de igual modo el jefe del CUFAN, que “en el sitio estaba escondida una avioneta, la cual se suma a otras tres que han sido decomisadas por el Ejército en esta área en lo que va del mes de marzo”.

Igualmente, la autoridad castrense señaló que “fueron encontradas en el lugar armas largas (R-15) y cortas (pistolas), drogas, combustible y equipos de comunicación”.

Ante esto, el primer mandatario nacional elogió la acción del Ejército venezolano, y destacó que “es deber de la Fuerza Armada Nacional proteger a los campesinos y pequeños productores de esa zona”. (ZAM)

CHÁVEZ PIDE A LA ONU IMPEDIR EVENTUAL ATAQUE DE EE.UU A IRÁN

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó este domingo que Estados Unidos tiene listo un ataque contra Irán el próximo 6 de abril, y llamó a la Organización de Naciones Unidas (ONU) a detener “la locura del imperio” estadunidense.
Caracas/Agencias/25-03-2007

“Una locura, una verdadera locura. Ojalá el pueblo de Estados Unidos, el Congreso de los Estados Unidos, las Naciones Unidas, los países más poderosos del mundo puedan detener la locura del imperio" estadunidense, sostuvo Chávez en su programa Aló presidente.

Chávez, con base en “una versión de prensa, en Rusia”, dijo que “está listo el plan para atacar a Irán, como está listo el plan para atacar a Venezuela, eso lo tienen listo, pero el imperio está moviendo portaaviones, tropas sobre Irán”.

El presidente venezolano reiteró que su gobierno defiende la soberanía de los pueblos del mundo, y advirtió que cualquier país puede estar bajo la amenaza estadunidense si los planes de desarrollo o la defensa de la soberanía le estorban.

“Es Irán el que hoy está en primera línea como objetivo del imperio norteamericano, pero mañana puede ser Bielorrusia, Venezuela, cualquiera que a ellos no les guste por la política soberana o los proyectos que estemos desarrollando”, afirmó.

La víspera, los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, decidieron sancionar al gobierno de Mahmud Ahmadinejad, por negarse a suspender su programa de enriquecimiento de uranio.

Chávez aprovechó para defender su proyecto de instalar en Venezuela equipos militares para la que llama “guerra de resistencia”, que incluiría instalar un sistema defensivo de largo alcance, mediano alcance y corto alcance”.

“Estamos trabajando ya, con varios países, el tema de un verdadero sistema de defensa antiaérea a largo alcance. Que si tú mandas aquellos bichos de largo alcance, yo te golpeo también allá lejos, no cuando el misil esté sobre encima del objetivo”, advirtió.

Agregó que los aviones rusos Sukoi adquiridos por su gobierno “golpean a largo alcance porque llevan un misil a 200 kilómetros”, contra los 15 kilómetros de alcance de los F-16 estadunidenses con los que contaba la Fuerza Aérea Venezolana.

El gobernante se refirió a una serie de entrenamientos militares en el país, incluidos aterrizajes de aviones de transporte y de combate en autopistas que, según dijo, forman parte de la preparación para lo que llamó “la Guerra de Resistencia”.

Chávez puntualizó que ya avanza con Rusia, China y Bielorrusia, en una serie de proyectos militares, cuyos detalles se negó a revelar.

ESPAÑA: ZAPATERO CONVENCIDO DE QUE SU POLÍTICA DEJA "HUELLAS" EN LA UNIÓN EUROPEA

José Luis Rodríguez Zapatero se mostró ayer en Berlín convencido de que la política que defiende desde su Gobierno, especialmente su insistencia en apostar por la resolución pacífica de los conflictos, ha dejado «huella» en la Unión Europea. Para el jefe del Ejecutivo, la actuación de España se ve no sólo en el texto de la Declaración aprobada ayer en la capital alemana, sino también en los retos de futuro de la Unión.
L. AYLLÓN ENVIADO ESPECIAL
BERLÍN. ABC.es

En una conversación con periodistas españoles, Zapatero rechazó las críticas que se le hacen de que no ha estado suficientemente presente en Europa, en un momento en que, ante la falta de liderazgos claros, España podría haber aprovechado mejor las bazas que le daba la buena marcha de su economía. El presidente del Gobierno considera que España está en una situación «muy adecuada», y, además, aseguró que «contamos y somos respetados».
Según Zapatero, el hecho de que en España se produjera hace tres años un relevo en el Gobierno ha sido determinante para que la UE pudiera alcanzar una posición común para abordar la resolución de conflictos. Asimismo, anotó en el haber de su Gobierno la última iniciativa europea para Oriente Próximo, después de que España la impulsara junto a Francia e Italia.
Fortalecer las instituciones
El presidente del Gobierno también reiteró su apuesta por conseguir «un nuevo Tratado de la Unión Europea, de dimensión constitucional» por considerar que Europa se debe dotar de un gobierno más ágil y facilitar que las mayorías puedan adoptar decisiones. Además, defendió que las instituciones europeas tengan «fortaleza, liderazgo e impronta».
Zapatero insistió en que «el proyecto europeo ha sido un éxito y debe seguir siéndolo», y señaló que la UE debe tener protagonismo en la lucha contra el cambio climático y contra las desigualdades, dedicando una especial atención a combatir la pobreza y a tratar los movimientos migratorios. España se muestra satisfecha de que la Declaración haya incluido la necesidad de luchar contra la inmigración ilegal.

¿QUÉ EUROPA QUIERE EL MOVIMIENTO SINDICAL?.(Y COMO CONTRIBUIR A SU CONSTRUCCIÓN)

La Unión Europea vive un momento de crisis política tras la ampliación y la paralización del proceso de ratificación del proyecto de Constitución, aunque los síntomas y las raíces vienen de más lejos. Su crecimiento económico es inferior a otras regiones del mundo y en su interior se distribuye desigualmente. Desde el neoliberalismo económico y la derecha política se achaca a las supuestas rigideces que genera el mantenimiento del modelo social europeo. El sindicalismo europeo sostiene como puede el modelo, mediante tácticas y estrategias defensivas, principalmente en los ámbitos nacionales porque no se atreve a formular una estrategia sindical europea supranacional. La campaña de la CES, las federaciones europeas y las centrales nacionales en torno a la Directiva de servicios, aún siendo de orden defensivo, está suponiendo un ejemplo de proceso de acción sindical europeo. La CES, en su próximo Congreso (Sevilla, 2007) deberá plantearse si quiere construir efectivamente un espacio europeo de relaciones laborales y cómo hacerlo; este camino necesita la superación de la crisis política europea, por lo que el movimiento sindical europeo también debería contribuir a ello. CC.OO. tiene que impulsar este debate en los diferentes ámbitos y estructuras en donde desarrolla su trabajo europeo, y también en su interior.
Javier Doz/España (Marzo 2006)
La Insignia*.

A lo largo del proceso de construcción europea se ha utilizado en bastantes momentos la palabra crisis para describir las muchas vicisitudes por las que ha atravesado un proceso siempre complejo. En esta ocasión, tras la paralización de la entrada en vigor de la Constitución Europea por los resultados negativos de los referendos francés y holandés, el término es sin duda adecuado. A la falta de iniciativas institucionales para superar la situación se unen otros factores que inciden en la profundidad de la crisis. Algunos desbordan claramente las fronteras de la UE: las consecuencias de la globalización llevan a reacciones defensivas de tipo nacionalista, a preconizar la renacionalización de las políticas, como si la UE fuera el problema en lugar de la solución frente a la globalización. Otros son de naturaleza económica: la UE y particularmente los países de la zona euro han crecido bastante menos que la media del crecimiento económico mundial desde 2000, y mucho menos que las regiones más dinámicas del planeta; algunos países centrales han sufrido o sufren ciclos recesivos.

Pero la crisis es, ante todo, política. Es como si, culminada la Unión monetaria en 12 países e ingresados de un golpe 10 nuevos socios, las instituciones de la UE, sus políticos, hubiesen consumido sus energías y perdido la capacidad de impulso y liderazgo. La elaboración del proyecto de Constitución, realizada en el peor momento de la división de Europa en torno a la guerra de Irak, fue obra de las aportaciones de buena parte de los miembros de la Convención, no desde luego de los gobiernos. Después, no se ha reaccionado a los rechazos populares francés y holandés, a los que se ha contribuido, y, tras arduos tiras y aflojas en luchas por defender intereses nacionales pensados desde la cortedad de miras, se han aprobado las bases presupuestarias 2007-2013 de una Europa pequeña, no de una gran Europa ampliada.

Enumeramos a continuación diversos factores que inciden o están correlacionados con ese estado de crisis política que vive el proyecto de construcción europea:

· Los ciudadanos de muchos países manifiestan, en diferentes encuestas nacionales y europeas, un creciente desapego hacia el proyecto europeo y sus instituciones. También es común que los descontentos nacionales se proyecten contra la UE, en ocasiones por incitación de políticos oportunistas. La tendencia es general aunque su grado de intensidad muy diferente según países.

· La percepción de la globalización -aceleración del proceso de internacionalización de las relaciones económicas, sociales y culturales- y sus consecuencias por amplios sectores de la opinión pública ha coincidido con la caída del Muro de Berlín y los regímenes del "socialismo real". En este contexto la sensación de inseguridad, y aún miedo, que producen algunas de las consecuencias de la globalización -deslocalización, deterioro del empleo y las condiciones de trabajo en según que países y sectores, etc.- está produciendo un incremento de los fundamentalismos religiosos, nacionalismos, localismos y populismos. Una parte de los males se achaca a lo que se considera, con razón, lejano: las instituciones de la UE. Se aumenta así la desafección hacia el proyecto de construcción europea; como poco, se habla de no dar más pasos que la población no seguiría y de la necesidad de renacionalizar algunas políticas.

· Se está produciendo, en los ámbitos políticos nacionales y europeo, una disminución de la legitimidad y la capacidad de representación de los agentes políticos. Por otra parte, no existen sólidas plataformas políticas supranacionales. En el ámbito europeo puede llegar a existir una cierta unidad de criterios, según que temas, en los principales grupos parlamentarios europeos; pero no existen auténticos partidos europeos: las posiciones comunes se diluyen cuando se accede a los gobiernos desde donde fundamentalmente se tienen en cuenta los intereses nacionales, o la interpretación que de los mismos se hace a la luz de los intereses electorales, cosa que también sucede si se está en la oposición. El interés de avanzar en el proceso de construcción europea o la propia coherencia política de las formaciones europeas siempre queda en un segundo lugar. En el liderazgo político europeo se está muy lejos de la época de Delors, Kohl, Mitterand y González.

· La política exterior de los EE UU bajo el gobierno de Bush, y singularmente el desencadenamiento -con gruesas mentiras y al margen del derecho internacional- de la guerra de Irak y su posterior ocupación, han dividido a la UE, la han dejado sin política exterior en un momento especialmente importante. Sin política exterior común la UE no puede jugar un papel políticamente relevante en el mundo. Ante la flagrante vulneración del derecho internacional y de los derechos humanos fundamentales, justificada equivocadamente por el gobierno Bush en las necesidades de la "guerra contra el terrorismo" (Patriot Act, Guantánamo, Abu Graib, etc.), la UE y los principales gobiernos europeos mantienen una actitud de débil crítica o guardan silencio cómplice. Esto último ha sucedido con el compromiso de los ministros de exteriores con Condolezza Rice para guardar silencio respecto a los "vuelos de la CIA" que han llevado secuestrados (a terroristas y a personas inocentes) a centros de tortura de diversos países, incluidos algunos del Centro y el Este de Europa; compromiso que parece haber sido logrado cuando Powell y Rice les recordaron que sí estaban informados de los vuelos. Así, una de las principales señas de identidad de la UE, el respeto y promoción de los derechos humanos, se quiebra, porque su defensa nunca puede ser políticamente selectiva. Dividida y con la incoherencia como imagen de marca, la capacidad de acción exterior de la UE se debilita enormemente, por ejemplo, frente al Irán nuclear o ante el conflicto israelo- palestino.

· No cabe duda de que las dos manifestaciones más claras de la crisis política son la paralización, sin alternativas, de la Constitución europea y el fuerte recorte de los presupuestos de la UE para el período 2007-2013 que aprobó la Cumbre del Consejo Europeo del pasado mes de diciembre. Así, un acontecimiento tan importante como la ampliación de la Unión se encuentra: por una parte, sin el marco jurídico-político adecuado, la Constitución Europea, que facilitase el complejo funcionamiento con 25 Estados al mismo tiempo que un nuevo horizonte político después de haber progresado en los instrumentos económicos (mercado interior y unión monetaria); y por otro lado, después de haberse marcado unos objetivos ambiciosos en la Estrategia de Lisboa (2000-2010), las Perspectivas Financieras para los próximos siete años suponen un importante recorte de los recursos puestos a disposición de las políticas europeas, en un momento en el que la incorporación de diez nuevos países con renta sensiblemente inferior a la de la UE15 requeriría justo lo contrario.

La ampliación se produce con unas opiniones públicas de los nuevos miembros bastante euroescépticas de entrada, en ocasiones en sintonía con sus gobernantes; con buena parte de estos países alineándose con EE UU frente a la "vieja Europa" en la cuestión iraquí; y, con unas instituciones paralizadas en lo político y disminuidas en sus capacidades presupuestarias. En estas condiciones, por más que fuese políticamente importante la llamada por algunos "reunificación de Europa", cobran fundamento las objeciones de quienes veían en la ampliación a un tan alto número de países sin una consolidación del avance político un triunfo de los que quieren que la UE sea, sobre todo, un gran mercado. Y la culpa no hay que echársela a los nuevos miembros: en la UE15, gobiernos conservadores, socialdemócratas nórdicos temerosos de más Europa, y siempre el Reino Unido han podido más que un tradicional eje franco-alemán -sin ideas y con sus líderes enfrascados en serios problemas interiores- y sus aliados, esta vez más escasos. Y sobre todos ellos han pesado las corrientes de opinión pública, condicionadas por lo que antes mencionamos, a las que los dirigentes políticos, por lo general, no saben o no quieren influir proponiendo ideas y proyectos europeos.

A vueltas con el modelo social europeo

La sostenibilidad del Modelo Social Europeo, de las instituciones características del Estado de bienestar, se viene cuestionando desde las crisis petroleras de los 70, las teorizaciones de la crisis fiscal del Estado y la ofensiva conservadora de los 80 (Tatcher-Reagan); y en los 90, caído el Muro de Berlín, desde la euforia del "único sistema posible", el capitalismo liberal, y de las recetas del "Consenso de Washington" mezcladas con las supuestas virtudes de la economía del valor bursátil o "economía casino".

Durante este largo período, la situación ha sido muy variada en unos y otros países europeos. Cualquier foto fija, en una fecha determinada conduce al error. Pero, en todo caso, se puede hablar de Modelo Social Europeo (MSE) al construido a partir de las instituciones y políticas características del Estado de bienestar, fruto del pacto político y social que en los principales países europeos se produjo al término de la Segunda Guerra Mundial y el comienzo de la Guerra Fría.

Partiendo de políticas económicas keynesianas, sistemas fiscales progresivos con una fuerte presión fiscal y alcanzado o cercano el objetivo del pleno empleo, el Modelo Social Europeo se configura en torno a: legislaciones laborales avanzadas que garantizan los derechos laborales de un empleo por lo general estable, sistemas de negociación colectiva o/y diálogo social eficaces-en esto con notables diferencias según países-, sistemas de protección públicos y universales ante las contingencias vitales y laborales básicas: desempleo, jubilación (en algunos países a través de fondos de pensiones profesionales obligatorios) y salud. A estos derechos sociales básicos, considerados en la mayor parte de los países europeos como derechos subjetivos, se añadieron otros atendidos por servicios sociales públicos o gestionados públicamente, algunos tan importantes como los de atención a las personas dependientes. La educación obligatoria y gratuita para todos durante al menos 10 o 12 años, impartida por regla casi general en sistemas públicos de enseñanza, también ha sido considerada una de las componentes esenciales del modelo.

El problema se plantea cuando se cuestionan las bases del modelo: políticas keynesianas, pleno empleo y fiscalidad suficiente y progresiva. Y eso sucede a partir de las crisis petroleras de los 70. Y es evidente que, estando concebidas las políticas keynesianas para su aplicación a partir de la acción política de los gobiernos nacionales, dichas políticas -o sus sucesoras neokeynesianas- encuentran dificultades para aplicarse en la economía globalizada o en un mercado interior europeo cuando la política económica europea no pasa de un muy insuficiente grado de coordinación ejemplificado en las Grandes Orientaciones de Política Económica (GOPE).

Se podría decir, con los riesgos de describir con pocas palabras una visión panorámica, que, a pesar de los recortes de determinadas prestaciones sociales en bastantes países, los sistemas de protección social en la UE15 han aguantado relativamente bien, especialmente en los países en donde no se han producido reformas fiscales drásticas de signo conservador. O por lo menos, han aguantado mejor que el empleo, puesto que con altibajos los niveles de paro y precariedad laboral se han elevado por lo general en numerosos países.

En la últimas tres décadas se han producido avances y retrocesos, a partir de distintos niveles de prestaciones de partida, dependiendo de los diferentes ciclos económicos nacionales vividos y de las opciones de política económica adoptadas. Ha habido desde recortes importantes de las prestaciones sociales (Reino Unido en los 80 con el gobierno de Margaret Tatcher, o Alemania ya en el siglo XXI, a través de la llamada Agenda 2010) hasta procesos de signo contrario en países que, como España, han construido las instituciones básicas del MSE en este mismo período de tiempo, una vez recuperada la democracia, pasando por reformas pactadas con los sindicatos que suponían determinados ajustes a cambio de mantener lo esencial de los sistemas de protección social y de los derechos laborales con estándares elevados (es lo sucedido en los países nórdicos). La resultante general ha sido una cierta disminución, en términos medios, del nivel de prestaciones sociales que se ha visto acompañada de un empeoramiento del mercado de trabajo: tasa de desempleo, grado de precarización del empleo, incremento de la informalidad y ciertos recortes de los derechos laborales.

Las crisis financieras y bursátiles del cambio de siglo y los escándalos de gestión de algunas grandes empresas, motivados por la codicia de sus más altos ejecutivos en la época de la "economía del valor bursátil", llevaron a refrenar la ofensiva ideológica y política neoliberal. En Davos se empezó a hablar de pobreza y desarrollo, por todas partes de "responsabilidad social corporativa" y se declararon momentáneamente congelados algunos de los principios del Consenso de Washington.

Pero la pugna por las "reformas estructurales" y las reformas del mercado laboral, en un sentido liberalizador que muchas veces arrastra un recorte de derechos sociales y laborales, se ha seguido manteniendo hasta la actualidad. Una de las más significativas, por su profundidad y por el país donde se ha aplicado, la alemana, impulsada a través de la Agenda 2010 por el canciller alemán Schröder, tiene fecha de 2005. También ha habido en esta primera década del Siglo XXI "reformas" laborales o de la legislación social de carácter regresivo, o intentos serios por establecerlas, en al menos los siguientes países: Italia, Austria, Portugal, Francia, Dinamarca, Holanda y España (revertida tras la huelga general del 20J de 2002).

Mientras, buena parte de los países del Centro y el Este de Europa, incorporados a la UE en 2004, ingresaron con legislaciones laborales y poder contractual debilitados y sistemas de protección social muy adelgazados. La mayoría de estos nuevos miembros de la UE -y Rumania y Bulgaria que ingresarán en 2007- pasaron del "socialismo real" al capitalismo y la economía de mercado mediante transiciones en las que se desmontaron buena parte de los derechos laborales y sociales -reales o nominales- que sus trabajadores tenían con el antiguo régimen. Esto, unido al diferencial de riqueza, significa que, si no se hace frente con políticas europeas a las políticas nacionales favorecedoras de los dumpings fiscal y laboral, en -y desde- la Europa ampliada los riesgos de deterioro del MSE sean mayores.

A la luz de lo anterior y de las diferencias existentes entre los sistemas laborales y sociales de los diferentes países europeos: ¿puede seguirse hablando de Modelo Social Europeo? Pienso que sí, al menos en la Europa de los quince, porque en ella a pesar de los recortes y ajustes el MSE permanece en sus rasgos básicos, resistiendo mejor los embates del modelo neoliberal de globalización que en otras regiones del mundo.

A continuación, hay que precisar que existen variantes o submodelos -nórdico, anglosajón, de los países centrales- con importantes diferencias entre ellos. Pero el común denominador de todos ellos, si lo comparamos con los existentes en EE UU, Japón o en algunos de los principales países emergentes dentro del campo de los países en vías de desarrollo, indica un nivel claramente superior de derechos, políticas públicas e instrumentos destinados a promover la cohesión social y la seguridad de trabajadores y ciudadanos. Siguen existiendo bases comunes en el reconocimiento de un importante papel de la legislación o/y la negociación colectiva en la determinación de las condiciones de trabajo, en la existencia de educación y salud públicas y gratuitas, y en el reconocimiento de un conjunto de prestaciones sociales básicas -eso sí diferentes en calidad y cantidad- como derechos subjetivos, y por lo tanto universales, de trabajadores y ciudadanos.

La afirmación de la existencia de un Modelo Social Europeo no puede llevarnos a negar las diferencias nacionales, ensanchadas tras la ampliación, diferencias que inciden en la existencia de grados de desigualdad e inclusión sociales bastante diferentes (aunque no tan notables como en otras regiones del mundo), y que se extienden al terreno de la fiscalidad (modelo y presión fiscal). La falta de armonización de la UE en este campo es una de sus principales debilidades y factor de riesgo permanente para el MSE.

Tampoco puede negarse que las políticas institucionales más importantes de la UE - además de la PAC, las llevadas a cabo a través de los fondos estructurales y de cohesión- apuntan en un sentido favorecedor de la cohesión territorial y social de ámbito europeo. La Estrategia de Lisboa, adoptada al finalizar la "década neoliberal", refleja un compromiso de tendencias políticas, que junto a conceptos como competitividad y flexibilidad, incluye los de pleno empleo y cohesión social y preconiza un importante papel a los interlocutores sociales y el diálogo social. Aunque alcanzar sus objetivos en 2010 parece, en conjunto, ya irrealizable, en buena parte debido a que el crecimiento económico ha sido muy inferior en términos medios al 3% anual que se estimaba necesario, no todo depende de dicha tasa. En España, que crece por encima del 3% desde el comienzo de la década, estaremos lejos de alcanzar el objetivo de gasto en I+D+i -el 3%- al terminarla. Y este es, junto a la educación y la formación profesional, el factor clave para la mejora de la productividad que conduzca una sana mejora de la competitividad de las economías europeas, compatible con el mantenimiento y mejora del MSE.

Por eso, el compromiso alcanzado por los pelos en la Cumbre europea del pasado mes de diciembre sobre las Perspectivas financieras para 2007-2013, resulta especialmente insatisfactorio en sus términos cuantitativos. Rebajar el techo presupuestario vigente, cifrado en el 1,24% del PIB europeo, ya de por sí escaso, al 1,045 %, y hacerlo justo cuando ingresan un conjunto de países sustancialmente menos ricos que los que integraban la UE15, afectará negativamente al cumplimiento de los objetivos de la Estrategia de Lisboa. Además, es un signo claro de la debilidad política que los gobiernos nacionales han inducido en el proyecto europeo. No sólo es un ejemplo del egoísmo de los países más ricos, contribuyentes netos, en los que ha primado el análisis de las balanzas fiscales, sino también de su ceguera, al olvidar que los beneficios del desarrollo de los países menos ricos han repercutido siempre positivamente en los más ricos en términos de crecimiento de sus exportaciones, de su producción y de su empleo.

El ejemplo español es muy claro: hemos sido un país claramente beneficiado por los fondos estructurales y de cohesión, además de por la PAC, es el Estado que más fondos ha recibido en términos absolutos. Desde el ingreso en la UE, en 1986, España ha tenido como media un saldo neto anual con la UE del 0,8% del PIB (con picos de hasta un 1,25% en los últimos años). Sin embargo, el incremento del déficit comercial español con sólo dos países de la UE -Alemania y Francia-, de 1985 a 2006, ha sido superior al monto total del superávit presupuestario neto de España con la UE, lo que ha significado crecimiento económico y del empleo en estos países; por no hablar de los retornos directos que determinadas infraestructuras financiadas con fondos europeos generan: por ejemplo, el AVE para Francia y Alemania.

En la pugna que subsistirá durante muchos años entre quienes defendemos el Modelo Social Europeo, ligado a un determinado modelo de crecimiento, y quienes quieren que Europa se parezca cada vez más a los EE UU, puede ser útil reflexionar sobre un par de situaciones de actualidad.

Un primer caso es el de Alemania: la patronal y la derecha política, y no solamente las alemanas, han achacado sistemáticamente los problemas de crecimiento y empleo de la economía alemana en los últimos años y la supuesta falta de competitividad de su economía, al exceso de gasto público derivado del elevado nivel de prestaciones que asegura el Estado y a los altos salarios y reducida jornada de sus trabajadores.

Aprovechando el ambiente derivado de la aprobación de la Agenda 2010, algunas de las principales empresas alemanas han impuesto modificaciones a la baja de las condiciones de trabajo estipuladas en los convenios colectivos, o lo han pretendido hacer. Pues bien, se ha partido de de una premisa falsa, la de que la economía alemana ha perdido competitividad de cara al exterior en los últimos años, cuando por el contrario la ha ganado. En 2005, ha reforzado su puesto de primer exportador mundial y tenido un superávit record de su balanza comercial. Para la gran mayoría de los analistas no empeñados en la cruzada neoliberal, el principal problema de la economía alemana está siendo la retracción de la demanda interna por la reducción del consumo privado, porque los ciudadanos, a quienes se ha atemorizado por el porvenir de las pensiones y los sistemas de protección social, se han dedicado a ahorrar y consumen poco. Y en cualquier economía desarrollada, máxime en una del tamaño de la alemana, no hay crecimiento económico si se deprime la demanda interna.

Otro de los tópicos de los adversarios del Modelo Social Europeo es el de situar la elevada presión fiscal como causa de pérdida de competitividad, crecimiento y empleo. Nada más lejos de esta supuesta verdad que los casos de Finlandia o Suecia, recientemente clasificadas por el Foro Económico Mundial (Davos) como la primera y tercera economías más competitivas del mundo. Si la media de la presión fiscal (impuestos más cotizaciones sociales) de la UE 25 fue en 2004 del 40,9% (35,3% en el caso de España), Suecia tiene una presión fiscal igual al 51,8% del PIB, la más elevada del mundo, y Finlandia una de las más altas, con el 48% de su PIB.

No estoy preconizando la despreocupación por los problemas derivados del déficit y el endeudamiento públicos (cuestiones bastante más problemáticas que el nivel de gasto público), ni dejando de pensar en la necesidad de asegurar la sostenibilidad financiera de los sistemas de protección basados en cotizaciones sociales. En los países nórdicos los sindicatos sí han acordado, con los gobiernos y la patronal, determinados ajustes en el nivel de prestaciones, manteniendo eso sí unos estándares sociales elevados.

Las claves de estos ejemplos virtuosos, no siempre fácilmente exportables, las encontramos en otros dos rankings que encabezan Finlandia y Suecia, el de gasto en I+D, desde hace años por encima del 3% del PIB, y el de resultados educativos (Informe PISA-OCDE), asentados en un elevado nivel de gasto público en educación.

La competitividad de las economías europeas tiene que basarse, como preconiza la Estrategia de Lisboa, en el conocimiento, en la capacidad de producir bienes y servicios con un alto valor añadido, en tener una alta capacidad para aplicar los resultados de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación -en la gestión, en el proceso y en los productos-, en la alta cualificación de su capital humano, lograda por la calidad de sus sistemas educativos reglados y de sus sistemas de formación profesional. Este modelo sí es perfectamente compatible con derechos laborales y sociales elevados, es decir con el Modelo Social Europeo.

La encrucijada del sindicalismo

El sindicalismo europeo también tiene síntomas de crisis. El dato más objetivo es la caída de la afiliación y de la densidad sindical (porcentaje de afiliados sobre la población activa). Son mayoría los países en que esta tendencia se mantiene a lo largo de la última década, empezando por Alemania. En el Reino Unido, la tendencia es hacia la estabilidad de las cifras absolutas, después de un fuerte retroceso iniciado en los años 80. Otro dato complementario preocupante es el aumento de la edad media de la afiliación. La dificultad para la afiliación de jóvenes, común a la gran mayoría de los países europeos, tiene una componente objetiva, la precariedad de sus empleos es un factor disuasorio de la afiliación, y otras culturales y subjetivas; estas últimas, lógicamente, son las más preocupantes: los jóvenes valoran hoy menos que en el pasado a los sindicatos como capaces de representar bien sus intereses laborales.

Parece claro que los cambios que el proceso de globalización ha promovido en el modelo productivo -terciarización, descentralización, externalización, flexibilidad, etc…- han tenido como correlato cambios en el mercado laboral, que en su mayoría actúan objetivamente contra la sindicalización: desregulaciones o debilitamiento de las normas reguladoras de la economía y el mercado laboral, en paralelo a la liberalización económica; pérdida de derechos laborales; precarización del empleo en sus diversas formas, y, en el peor de los casos, informalización. Es cierto que Europa ha aguantado mucho mejor que otras regiones del mundo las negativas consecuencias laborales y sindicales del modelo neoliberal de globalización: pensemos, por ejemplo, en las consecuencias que en la afiliación y organización sindicales en América Latina ha podido tener el hecho de que entre el 50% y el 80% de sus trabajadores, según países, estén en la economía informal. Sin embargo, en Europa, ni la CES ni sus principales sindicatos han sabido establecer políticas que paren o inviertan el declive de la afiliación sindical.

Sin embargo, la tendencia no es general; varía según países con algún tipo de correlación con los modelos sindicales. Pienso que es más difícil hablar de modelo sindical europeo que de modelo social: a mi juicio es difícil hablar de modelo sindical europeo .

El rasgo diferencial ideológico no tiene ya, ni mucho menos, la fuerza que tuvo en el pasado; pueden subsistir diferencias derivadas de la matriz ideológica de procedencia -socialdemócrata, comunista y cristiana, fundamentalmente- que se manifiestan en distintos modos de encarar la acción sindical y el papel de los procesos de movilización y negociación; pero no son las que determinan hoy las principales diferencias de modelo. Tampoco sería la característica principal la existencia o no de una sola central (Alemania, Austria o Reino Unido), o una sola por sectores -obreros, empleados y funcionarios- que no concurren entre sí (modelo nórdico), o el pluralismo sindical, normalmente de origen ideológico -aunque la raíz sea lejana-, con o sin unidad de acción (países mediterráneos, excepto Grecia, y del Benelux, o los 10 nuevos socios de la UE). Aunque la unidad o el pluralismo es un rasgo diferencial nunca desdeñable.

Las diferencias más determinantes, por lo menos a la hora de enfrentarse a los retos de la globalización y de la construcción europea en lo campos laboral y social, son las derivadas de los diferentes modelos de negociación colectiva, diálogo social y acción sindical y de los diferentes modos de organización sindical y de distribución del poder interno, relacionados con los modos de acción sindical. Negociación colectiva de empresa o sectorial, ámbitos de esta última (existencia o no de convenios nacionales); existencia o no de diálogo social bipartito o tripartito y sus características; y todo ello en relación con la capacidad política y de acción sindical de la confederación frente a las federaciones o sindicatos, la existencia o no y con qué peso de organizaciones territoriales, etc.

A partir de las diferencias en estos campos como principales -no únicos- factores, podríamos hablar de modelos y sus variantes: anglosajón, mediterráneo y germano-nórdico. Predominio de la negociación y el convenio de empresa, fortaleza de sindicatos y federaciones frente a la confederación, inexistencia de organizaciones territoriales y falta de tradición del diálogo social, serían las características del modelo anglosajón, frente a uno mediterráneo en el que: existen organizaciones territoriales con peso (en Italia y España el máximo), la negociación colectiva principal es sectorial o mixta, y se han ido desarrollando -con distintos ritmos según países- prácticas de diálogo social bipartito y tripartito. El modelo germánico-nórdico se basa en la fortaleza de los convenios nacionales sectoriales y de las federaciones que los negocian, con diferentes tradiciones de diálogo social (más fuertes en los países nórdicos) y un papel secundario de las organizaciones territoriales, incluso en países federales como Alemania. La relación entre centrales únicas y partidos socialdemócratas, a pesar de los cambios habidos en las últimas décadas tendentes a establecer un mayor grado de autonomía, sigue siendo un factor de mucho peso en los modelos germánico-nórdico y anglosajón. Una variante nada desdeñable a la hora de explicar las tasas de afiliación es la participación de los sindicatos o la central en la gestión de prestaciones y beneficios sociales a los trabajadores. Donde se produce -Bélgica, países nórdicos o jubilados italianos- las tasas de afiliación son las más elevadas.

Resulta muy complicado establecer series fiables de afiliación que permitan establecer con rigor una correlación entre mantenimiento o mejora de la afiliación en tiempos de mayoritario declive y un modelo sindical determinado. Además, no podemos obviar los puntos de partida o los niveles medios en un período determinado: no es lo mismo partir de una densidad sindical del 80 % que de otra del 15 %. Pero con todas las reservas apuntadas se puede afirmar: se mantienen o sólo disminuyen la afiliación débilmente aquellas centrales que gestionan beneficios sociales (en Bélgica aumenta); y el modelo llamado mediterráneo se comporta mejor que el anglosajón o el germánico.

La Confederación Europea de Sindicatos (CES), los sindicatos que la componen y determinan su rumbo, no son ajenos a los avatares políticos y sociales que hemos descrito en los apartados anteriores. Por ejemplo, una aceptación implícita de la tendencia renacionalizadora y de la influencia de gobiernos y opiniones públicas nacionales estuvieron, sin duda en la base del inexplicable retraso de la CES a la hora de adoptar una posición en el debate presupuestario que se produjo durante todo el año 2005: sólo en diciembre cuando ya no se podía influenciar nada se adoptó una resolución.

Sin embargo, y a pesar de sus deficiencias, justo es reconocer un par de cosas: es la única organización (social o política) importante de ámbito europeo, que apuesta con una cierta coherencia por hacer avanzar el proyecto europeo. Y lo hace desde el amplio pluralismo que supone agrupar a todas las organizaciones importantes de cada uno de los estados miembros que no pueden dejar de recibir las influencias de corrientes sociales y políticas de signo contrario.

En segundo lugar, después de un período en el que se ha producido un retroceso en la capacidad contractual de la CES frente a la patronal y las instituciones europeas, los procesos de movilización y negociación en relación a la directiva de servicios, desarrollados a lo largo de los últimos dos años, además de haber dado sus frutos en la reciente votación del pasado 16 de febrero del Parlamento Europeo -el texto aprobado, acordado por las direcciones de los grupos socialista y popular es fruto de las negociaciones de ambos grupos con el Secretariado de la CES-, permite extraer algunas otras enseñanzas. En torno a la directiva de servicios se han trabajado bien las relaciones entre la CES, sus federaciones europeas, las centrales y los sindicatos nacionales, y se ha establecido una articulación de los procesos de presión y negociación entre los niveles europeos y nacionales. Es imprescindible que este modo de trabajo sindical supranacional y la necesaria tensión persistan hasta el final del proceso legislativo de co-decisión, puesto que la patronal y algunos gobiernos quisieran reintroducir el espíritu Bolkestein en el texto.

La encrucijada de fondo a la que se enfrenta en estos momentos el sindicalismo europeo es la de apostar consecuentemente por la construcción de un espacio laboral y social europeo -a partir de normas legales y negociación colectiva-, en el marco de un avance del proceso de unidad política europea, o mantenerse como un complemento de los procesos de acción sindical nacionales desarrollados en los Estados miembros. O dicho de otro modo: o bien apostar por fortalecer el Modelo Social Europeo en la UE y sus Estados miembros de forma articulada, o bien continuar situando el centro de gravedad de esta lucha en los ámbitos nacionales.

A mi juicio, desde un análisis riguroso de lo que supone enfrentarse a las consecuencias de la globalización en los campos laboral y sindical y del papel que tiene que jugar el espacio económico y político europeo la respuesta es clara: en una perspectiva a medio y largo plazo el terreno de juego tiene que ser el de la UE, eso sí bien enlazado con las canchas de sus Estados miembros.

Como no habrá avance en la Europa social si está paralizada la política, en el actual momento político que vive la UE, la CES debería plantearse una alternativa a la paralización del proyecto de Constitución Europea. Es de las pocas organizaciones europeas con influencia que está en condiciones de hacerlo. Una posibilidad sería presentar un nuevo texto que contuviera básicamente las dos primeras partes del actual (la primera, con los valores, principios, objetivos, instituciones y normas de funcionamiento; y la segunda, la Carta de Derechos Fundamentales), que se sometiera a refrendo simultáneo de toda la ciudadanía europea.

Y en el campo laboral y sindical, la CES tiene que contestar colectivamente -y asumir las consecuencias de sus respuestas- a tres preguntas clave: ¿Quiere la CES establecer un sistema europeo de relaciones laborales? ¿Incluiría dicho sistema la negociación de convenios colectivos de carácter supranacional? ¿Se quiere establecer una legislación social europea básica?

Mi opinión es que hay que responder a las tres afirmativamente, precisando los contenidos de cada respuesta. La primera pregunta ya está contestada afirmativamente por los propios estatutos de la CES pero sus contornos prácticos no están definidos.

A la segunda se suele dar una respuesta positiva aunque genérica, pero de hecho no se ha dado ningún paso para desarrollar el punto de la vigente Agenda Social Europea que menciona tal posibilidad. Para impulsar una negociación colectiva de ámbito europeo, que vaya más allá de algo que sigue siendo absolutamente necesario, el continuar reforzando la coordinación de las negociaciones colectivas nacionales tanto en los ámbitos sectoriales como en el intersectorial, es necesario preguntarse por los contenidos, los ámbitos y los instrumentos para la misma.

Respecto a los contenidos, parece claro que no serán los salarios los primeros a entrar en la lista, pero son muchas otras las materias que podrían entrar: jornada, formación igualdad de trato, salud, seguridad y medio ambiente laboral, sistemas de promoción, organización del trabajo, información y participación en órganos de consulta y gestión, etc. Habría pues que debatir y elaborar, con tiempo y gran participación de las centrales nacionales y las federaciones sindicales europeas, tablas de materias de posibles convenios de empresa y de sector.

En cuanto a los ámbitos de la negociación colectiva, cabe impulsar tanto los convenios de empresa como lo sectoriales, estos últimos de tipo más general o sobre una materia determinada. El desarrollo de convenios de empresa tiene que partir de aquellas en donde esté constituido el comité de empresa europeo, buscando, eso sí, garantizar la participación de las federaciones sindicales europeas (el reconocimiento del papel de éstas es fundamental para evitar corporativismos y amarillismos de ámbito europeo). El ámbito de negociación de los convenios sectoriales es el comité de diálogo social sectorial correspondiente. De hecho las negociaciones en el seno de estos de determinadas directivas europeas, de las que pueden ser ejemplos las de la jornada en el transporte, son ejemplos de negociaciones colectivas de ámbito sectorial. Lo que habría que estudiar es la posibilidad de utilizar otros instrumentos contractuales eficaces además de la vía más dificultosa, pero sin duda más fuerte y segura, de la negociación tendente a la promulgación de leyes europeas.

Un enmienda (de CC.OO. y UGT) en el sentido de preconizar el establecimiento de normas mínimas sociales de ámbito europeo no fue aprobada en el X Congreso de la CES (Praga, 2007). El debate ha vuelto a surgir con posterioridad en los órganos de dirección de la CES y parece que existe una posición más abierta a esta posibilidad. No está resuelto, al menos desde el punto de la adopción de una posición sindical europea operativa, sobre todo por el miedo de los sindicatos de los Estados que tienen legislaciones sociales más avanzadas a que las normas básicas -o leyes marco de mínimos o de fijación de estándares sociales europeos- sean tomadas como referencia para presionar a la baja sobre sus mejores condiciones. Pero tras la aprobación de la Agenda 2010, en Alemania, una corriente fuerte se vuelve a plantear que no se defiende bien el Modelo Social Europeo, tal como se concreta en cada país, batiéndose siempre a la defensiva en luchas de exclusivo ámbito nacional. La emulación, a la baja, a partir de de los recortes en uno o más países, es un mecanismo sin duda mucho más peligroso que el de las leyes marco de normas sociales básicas, que deberían permitir un respeto, sin presión excesiva, de los mejores derechos sociales en los ámbitos nacionales, ayudar a los más retrasados y permitir procesos de acción europeos.

Si la CES no responde a esto positivamente y actúa coherentemente en consecuencia nada se andará en este terreno. No se puede olvidar cual es la posición de la patronal europea -la UNICE- y de la gran mayoría de sus afiliadas nacionales: debilitar la negociación colectiva -descentralizándola, primando la negociación de empresa y, si es posible, individualizando una parte de las relaciones de trabajo-; flexibilizar el mercado de trabajo, debilitando la fuerza de sus normas, tanto en los ámbitos nacionales como en el europeo; y recortar el alcance de las prestaciones sociales. Estas posiciones están repercutiendo en las grandes dificultades para que las agendas del diálogo social europeo incluyan negociaciones tendentes a elaborar directivas e, incluso, a establecer acuerdos entre las partes, los llamados, por la normativa europea, "acuerdos voluntarios".

En todo caso me parecen cuestiones muy importantes que la CES necesita clarificar para determinar cual quiere que sea su propio futuro y el del movimiento sindical europeo. Por eso, debieran ser cuestiones sobre las que debatir y decidir en el próximo Congreso de la CES, que se celebrará en Sevilla en mayo de 2007 y en los que celebrarán las federaciones sindicales europeas.

(*) Javier Doz es secretario de Acción Sindical Internacional de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), de España.
Artículo publicado originalmente por la Fundación Sindical de Estudios (España, 2006).

Portada

EL PASO AL SOCIALISMO ECONÓMICO Y LA INTRODUCCIÓN DEL MODO DE PRODUCCIÓN SOCIALISTA EN LA ECONOMÍA MUNDIAL

Heinz Dieterich
Rebelión

1. La encomienda presidencial

Cuando el Presidente Hugo Chávez presentó sus “cinco motores constituyentes” para construir el socialismo en Venezuela advirtió que más “motores” serían desarrollados para lograr esta meta. A un pequeño think tank (grupo de tarea) encabezado por los ministros Hector Navarro y Jorge Giordani, el Presidente le encargó la difícil misión de diseñar el “modelo económico” del socialismo del siglo XXI. Este ensayo es un solidario aporte para el think tank y los amigos sindicalistas que tratan de mantener viva la visión obrera en este debate.

2. ¿Como diseñar el “sexto motor constituyente”?

Al revisar el caudal de experiencias sobre el “sexto motor constituyente”, se impone diferenciar entre las condiciones necesarias y las suficientes para resolver un problema. Siguiendo esta heurística (procedimiento metodológico) podemos identificar cuatro condiciones cuya presencia es necesaria o auxiliar para convertir la economía de mercado en una economía socialista del siglo XXI, y tres que son suficientes.

3. Los “motores” o condiciones necesarias

3.1 El hombre nuevo – la eduación

La idea de llegar a una sociedad justa mediante la apelación a un comportamiento ético y solidario del ser humano ha fracasado sistemáticamente durante los últimos cinco mil años: desde las metafísicas y éticas del Extremo Oriente (budismo, confucianismo); hasta los monoteísmos de Medio Oriente, cristianismo, judaísmo e Islam, y la ilustración burguesa. Salvo en su interpretación greco-romana la noción del homo novo es una ficción idealista que desconoce la dialéctica entre el hardware y software cultural del mono sapiens. Ahí radica la razón de estos fracasos milenarios.

3.2 La estatización de la propiedad productiva

Todas las economías crematísticas de mercado son economías mixtas, donde coexisten la propiedad del Estado, la social (cooperativas) y la privada. Lo que varía en cada caso es el grado de participación del Estado y su intención económica. En Gran Bretaña en 1948, el Estado controlaba la industria del carbón, la electricidad, el gas, el acero, los ferrocarriles, las telecomunicaciones, incluido el servicio postal, y las líneas aéreas. Semejante era la situación en Alemania, Italia y Francia. Sin embargo, ni uno solo de estos gobiernos tenía una intención socialista. Nunca salieron de la crematística y pronto regresaron, por diferentes razones, a la desregulación o privatización.

Desde el punto de vista de la ciencia económica, en una economía de mercado crematística (motivada por la ganancia) la estatización de otras formas de propiedad solo tiene sentido en cuatro casos: 1. para fomentar la integración y el desarrollo de la nación; 2. para permitir al gobierno ingresos que son necesarios para financiar el Estado de bienestar; 3. por razones de seguridad nacional y, 4. cuando una empresa viola repetidamente las leyes o es mal habida.

Si la estatización se hace por razones ideológicas o dogmáticas, y viola masivamente la determinación de los precios por los costos marginales (marginal cost pricing policies) y la relación de oferta-demanda, genera mercados negros, corrupción y desequilibrios que a mediano plazo no pueden ser controlados por el Estado ni por la sociedad. La evidencia empírica revolucionaria al respecto es abrumadora, desde la URSS vía los Sandinistas hasta Cuba.

El caso idóneo para entender la relación entre propiedad estatal y socialismo fue la URSS, porque contaba con tres factores favorables: a) era una economía de mercado no-crematística; b) el Estado controlaba la principal propiedad productiva y, c) la intención explícita del liderazgo político consistía en construir el socialismo. Pese a estos factores, la URSS nunca logró construir una economía socialista en el sentido de la economía política. Le faltaban la democracia participativa, las condiciones tecnológicas y las tres instituciones económicamente suficientes: a) el valor, b) la equivalencia y, c) el mecanismo cibernético para remplazar las funciones de valorización y retroalimentación que cumple el precio de mercado.

3.3 La democracia obrera

La democracia obrera en las empresas, ya sea en forma de cogestión o autogestión, no puede cambiar los parámetros del entorno económico nacional, regional y mundial, en que actúa como subsistema, tanto en cuanto a precios, calidad de servicio o normas internacionales de calidad (ISO, FDA). Por ejemplo: la estatal Corporación Venezolana de Guayana (CVG) ha vendido tradicionalmente aluminio en México. Últimamente, China ofrece este producto considerablemente más barato. Si la CVG no quiere ser desplazada, tiene que ofrecer un precio competitivo. Este, a su vez, depende de los llamados costos marginales, sobre los cuales la forma democrática o no-democrática del sistema gerencial tiene escasa incidencia.

3.4 La redistribución del ingreso

La redistribución del ingreso vía el Estado de bienestar, que es la vía socialdemócrata o keynesiana hacia la justicia social, es otra política necesaria o auxiliar para la transición hacia el futuro, pero al igual que las tres anteriores no lleva, de por sí, al socialismo. La encomienda presidencial se resuelve, por lo tanto, con el diseño de los tres “motores suficientes” para despegar hacia el nuevo socialismo.

4. Los tres “motores” suficientes para el arranque socialista

4.1 El valor sustituye al precio

El elemento operativo decisivo de la economía de mercado es el precio. Por eso no puede haber socialismo en una economía mercantil regida por precios. Para sustituirlo hay que entender las cuatro funciones vitales que cumple en el sistema burgués: a) realiza el plusvalor y con eso la acumulación ampliada del capital; b) facilita el control político del sistema; c) permite la valorización de bienes y servicios; d) integra a los tres grandes subsistemas económicos, la producción, el consumo y la distribución, y a todas las unidades y decisiones económicas particulares en un conjunto funcional, mediante la retroalimentación informática (cibernética).

Cuando en la URSS se estatizó la propiedad privada se estatizó también su principio operativo, el precio. Mientras se logró neutralizar las funciones “a” y “b”, no sucedió lo mismo con la valorización y el papel cibernético del precio. La valorización de bienes y servicios en manos del Estado sustituyó el juego cibernético (incompleto) de la formación de precios mediante la oferta y la demanda, con una combinación de precios administrativos y precios del mercado mundial; una combinación incapaz de optimizar la alocacíon (distribución) macroeconómica de los recursos.

En lugar de estatizar la valorización de los precios, la URSS tenía que haberla socializado mediante el valor del trabajo (insumos de tiempo), para llegar a la nueva economía socialista. Sin embargo, no disponía de las condiciones objetivas para hacerlo, porque las condiciones del desarrollo informático no lo permitieron. Era parte de la tragedia de un modo de producción que había nacido antes que su tiempo objetivo.

4.2. La equivalencia como garante de la justicia

El principio de la equivalencia significa que los intercambios de bienes, servicios y la fuerza de trabajo se realizan por valores iguales (tiempos de trabajo invertidos en su generación.) Sin embargo, debido a las estructuras heredadas del capitalismo, por ejemplo, el trabajo complejo y simple; la fuga de cerebros; la división nacional e internacional del trabajo; los privilegios del trabajo intelectual (cuello blanco) frente al trabajo manual y la desigualdad de los Términos de Intercambio internacionales (terms of trade), este principio tiene que ser manejado con realismo y flexibilidad al principio de la transición socialista, para no poner en peligro la estabilidad de la revolución.

4.3 La cibernética -- el problema central del Socialismo del Siglo XXI

La valorización y contabilidad mediante el valor, y la equivalencia en los intercambios generan una economía justa, sin explotación. No solucionan, sin embargo, el problema de la función informática o cibernética del precio. ¿Cómo se resuelve en la nueva economía socialista el papel del precio como facilitador y organizador de las decisiones económicas individuales que permiten la coordinación adecuada de la producción, distribución y del consumo? Contestamos esta pregunta en el contexto de una posible implementación de la economía socialista en Venezuela, en 2007.

5. La implementación del socialismo económico venezolano, a partir del 2007

5.1 La contabilidad socialista

El primer paso suficiente hacia la economía socialista es el establecimiento de la contabilidad socialista del valor, paralelo a la contabilidad ya existente del precio. Esto significa, que se registran todas las transacciones internas y externas de la empresa en términos de insumos de tiempo (time inputs). Dado, que todo proceso productivo se basa en el factor (vector) tiempo, los valores que subyacen a los precios, pueden “extraerse” con suma rapidez y sin afectar las operaciones normales de la empresa. Se podría realizar esta operación también mediante el equivalente monetario del valor (MELT), método que proponen los amigos de la Escuela de Escocia, dado que varios estudios recientes indican una correlación estadística del 97 por ciento entre los precios de mercado (valor de cambio) y el valor.

5.2 Cero costo político

Para evitar un innecesario conflicto con la empresa privada se establece esta contabilidad primero en una empresa del Estado, de preferencia, una empresa altamente tecnificada, por ejemplo, Alcasa o Venalum. Una vez evaluados los parámetros respectivos en valores, se extiende la metodología a otras empresas estatales, por ejemplo, una generadora de electricidad. Cuando se conozca el valor unitario del aluminio (p.e. de una tonelada) y de la electricidad (p.e., de un megavatio), además de tener los precios unitarios respectivos, se puede sustituir gradualmente el intercambio tradicional por precios de mercado mediante el intercambio por valores, y una utilización flexible del principio de equivalencias. También se puede iniciar el intercambio entre la empresa del Estado (propiedad estatal) y las cooperativas (propiedad social) que hayan adaptado el doble sistema de valorización.

5.3 Establecer la dualidad de la economía socialista y de la economía de mercado en Venezuela

Para generar conciencia sobre las dos lógicas económicas diferentes, los envases de los productos llevarán el valor y el precio, es decir, la valorización objetiva y la subjetiva, la socialista y la burguesa. Esto transparenta los dos tipos de relaciones de producción que coexisten en la economía venezolana e incentiva a los ciudadanos a indagar y participar a nivel de mercado en la transición de la economía política.

Se establece, de esta forma, una esfera de producción y una esfera de circulación socialista dentro del seno de la economía crematística de mercado en Venezuela. Estando la propiedad productiva más importante del país en manos del Estado (PdVSA, CVG, electricidad, telecomunicaciones, Mercal, Banco Central, el Estado mismo) y, en menor grado, en 127.000 cooperativas, la nueva economía postcapitalista puede crecer hasta volverse dominante dentro del país, sin necesidad de tocar la propiedad del capital privado, salvo en los casos mencionados de la estatización.

5.4 Establecer la dualidad del modo de producción socialista y capitalista a nivel mundial

Esta dualidad de modos de producción se puede extender hacia el comercio internacional. Dado que los mayores impactos niveladores de la valorización por insumos de tiempo y del principio de equivalencia se darán entre el trabajo intelectual y el manual, y entre el Tercer y Primer Mundo (vía los términos de intercambio), los gobiernos del Primer Mundo no aceptarán la nueva valorización. Sin embargo, como Cuba, Vietnam y China son países socialistas, y Bolivia, Nicaragua y Ecuador están entrando al circuito del ALBA, se puede extender el principio de la economía postcapitalista a la esfera de la reproducción internacional, estableciéndose la dualidad económica a escala mundial.

6. La duda de Einstein y la solución cibernética socialista

En la economía de mercado es el precio que integra los miles de millones de decisiones económicas nacionales y mundiales que se realizan en una economía como la de Japón o de Estados Unidos diariamente. Este efecto cibernético (retroalimentación) no se logra con el principio de la equivalencia ni con la orientación de la economía postcapitalista hacia los bienes de consumo necesarios, definidos por una autoridad de planeación estatal y voluntad de mayorías. Es necesario que los intereses económicos de los ciudadanos, dentro de la capacidad y los imperativos éticos de la macroeconomía, tengan interacción e incidencia sustancial sobre el poder de los planificadores.

La pregunta de Albert Einstein, de cómo proteger en una economía planeada los derechos del individuo frente al “poder de la burocracia” planificadora ---que en el fondo, es la misma pregunta de la crematística, de como proteger en una economía de mercado los derechos del individuo frente al “poder de la oligarquía gran-capitalista”--- es legítima y las respuestas son varias. Pero dentro de la cibernética económica la respuesta ha sido dada por la misma evolución de la tecnología.

En algunas empresas en Alemania, cuando un vendedor pasa un lector óptico sobre la etiqueta del producto que vende, esta información no solo va a la caja, sino vía internet directamente a la distribuidora y la fábrica. La distribuidora reemplaza el producto vendido al día siguiente, sin necesidad de pedido, y la fábrica lo reproduce. Existe, por lo tanto, una información e interacción completa en tiempo real entre la producción, la distribución y el consumo, entre la oferta y la demanda. Con este sistema se conoce con precisión los stocks (existencias) de las empresas y los cambios de la demanda y la oferta, segundo a segundo.

Para que esta relación directa entre vendedor y productor se mantenga dentro de las tolerancias previstas en la programación macroeconómica, la información enviada va por Internet también a las autoridades de planeación municipales y estatales involucradas en el proceso. Estos ejercerían a su vez un control de retroalimentación negativo, si fuese necesario para mantener el sistema en equilibrio.

Este mismo mecanismo puede ser utilizado para hacer la producción sensible al perfil de la demanda de los ciudadanos. Por ejemplo, si se ofrecen tres variantes A, B y C, de un pantalón, y dentro de un determinado periodo de tiempo (día, semana) se registra electrónicamente que A se vendió veinte veces, B solo tres veces y C, ni una sola vez, entonces el productor reasignaría los recursos de la variante C, y parte de B, a A. Como esa decisión se tomaría dentro de una fábrica, solo se informaría a la autoridad superior de planeación del cambio de reasignación interna de los recursos, pero no se le pediría permiso.

Por medio de esta descentralización relativa y la nueva tecnología, se evitaría la burocratización del proceso. La tecnología que permite registrar la variación de oferta, demanda y existencias (stocks) prácticamente de segundo a segundo, combinada con la descentralización dentro del marco general de planeación, evitaría los desequilibrios observados en las economías del socialismo histórico. Entre otros mecanismos que se pueden emplear para lograr el mismo efecto, está la propuesta de los market clearing prices (precios para equilibrar el mercado) de los amigos de Escocia.

7. Chávez, Einstein y Galileo

Albert Einstein murió afligido por la incapacidad de saber si su “constante cosmológica” de la relatividad general existía o no. No hay incógnita epistemológica de esta dimensión en la nueva teoría del Socialismo del Siglo XXI. Ha llegado la hora de la verificación empírica de sus enunciados. A Hugo Chávez le toca el papel de Galileo ante los obispos. El desenlace es claro: una vez más, la hipótesis y el experimento derrotarán a los dogmáticos e ignorantes.

Y todos podremos decir: "Eppur si muove": Y sin embargo, se mueve…

LAS CLAVES ECONÓMICAS DEL 2007

Podemos asegurar que el 2006, ha sido, en general, un buen año económico. A pesar de que el petróleo se mantuvo en una banda de precios muy elevada, llegando incluso a alcanzar en verano su máximo histórico, y de la subida de los tipos de interés en Estados Unidos y en la zona euro, el crecimiento económico a nivel mundial se situó, por tercer año consecutivo, cerca del 5 por ciento. Para el 2007, la mayor parte de las previsiones apuntan a que éste será algo menor, puesto que las economías norteamericana, europea y japonesa no tendrán tan buen comportamiento como en el 2006, por lo que el crecimiento se deberá sustentar en el dinamismo de los países emergentes.
Juan Carlos Martínez Lázaro. Profesor del Instituto de Empresa, Madrid, España
PORTAFOLIO.com.co

Independientemente de ello, es bastante probable que el petróleo mantenga su protagonismo durante este año. Aunque desde el pasado verano, su precio se ha moderado sensiblemente, será difícil que el barril se sitúe por debajo de los 50 dólares, salvo que se produjese una fuerte contracción de la economía norteamericana. Los países productores se han dado cuenta de que un petróleo rondando los 60 dólares apenas resta unas décimas de crecimiento a la economía mundial y genera, en cambio, sustanciosos ingresos. Por tanto, todo hace pensar que volverán a reducir la producción (la Opep ya lo hizo en dos ocasiones el pasado otoño), si observan que los precios siguen disminuyendo.

En Estados Unidos, el progresivo debilitamiento que viene experimentando la economía desde hace unos meses, el enfriamiento del sector inmobiliario y una inflación que se ha situado por debajo del 3 por ciento, hacen pensar que los tipos de interés han tocado techo en el 5,25 por ciento. De hecho, la Reserva Federal podría comenzar a reducirlos moderadamente en primavera, hasta llegar al 4 ó 4,25 por ciento a finales de año. Si así fuera, no sería extraño que el dólar continuase depreciándose con respecto al euro, ayudando a controlar el gigantesco déficit comercial norteamericano. El otro déficit, el fiscal, parece que estará más encauzado, una vez que los demócratas se han hecho con el control de las dos Cámaras legislativas. El marcaje al que están sometiendo a la Casa Blanca, en especial en el tema de Irak, augura que las alegrías presupuestarias de la era Bush se han terminado. Además, las previsiones de creación de empleo son optimistas, por lo que las apuestas giran alrededor de una tasa de crecimiento del 3 por ciento.

Por su parte, la Unión Europea, aparte de la incorporación de Rumania y Bulgaria, tendrá pocas alegrías en el 2007. Si las elecciones presidenciales francesas, la salida de Tony Blair de Downing Street y los intentos de encontrar una salida al laberinto en el que se haya la Constitución Europea centrarán la agenda política, las repercusiones de la subida del IVA en Alemania y la velocidad con que el Banco Central Europeo endurezca la política monetaria marcarán la agenda económica. En este sentido, no sería de extrañar que el 2007 acabase con los tipos de interés cercanos al 4 por ciento, a pesar de que los riesgos inflacionistas por el alza del precio del petróleo, parecen conjurados. Sin duda esto propiciará, para desesperación del sector exportador europeo, que el euro siga fuerte. Por consiguiente, la tímida recuperación que parecía estar produciéndose, especialmente en Alemania, no tendrá continuidad y nos tendremos que conformar con crecimientos más bien mediocres, cifrados entre el 2 y el 2,5 por ciento.

Mientras tanto, en España parece que continuará la fiesta. Aunque las subidas de los tipos de interés empiezan a notarse en el bolsillo de muchas familias, nada hace pensar que se puede truncar el ciclo de crecimiento que disfrutamos desde hace ya once años. La rebaja de impuestos con la que nos obsequiará el Gobierno en el año previo a las elecciones generales, la creación de casi medio millón de nuevos empleos y un superávit de las cuentas públicas cifrado en el 1 por ciento, serán los principales argumentos del España va bien que, traducido a crecimiento, volverá a ser de cerca del 3,5 por ciento.

Los desequilibrios, los de siempre, convertidos en una especie de enfermedad crónica que nos permite hacer una vida más o menos normal: una inflación recurrentemente más alta que la de nuestros socios europeos, un déficit comercial al que no hay manera de meterle mano, un escaso aumento de la productividad y una burbuja inmobiliaria que no se sabe si estallará o se desinflará suavemente. En otro orden de cosas, el 2007 será el primer año de la reducción de los fondos europeos que, aunque seguirán fluyendo, lo harán de forma más moderada que en los últimos años.

China volverá a ser la locomotora de Asia y la animadora de la economía mundial. El 10 por ciento que Pekín espera crecer este año, basado sobre todo en el dinamismo del sector exterior, impulsará al resto de economías de la región y su fuerte demanda contribuirá a que los precios de las materias primas se mantengan en máximos.

Por su parte, India presenta cada vez más credenciales para convertirse en el nuevo coloso económico. Su crecimiento basado fundamentalmente en el desarrollo de los servicios frente al modelo industrial de los tigres y dragones del sudeste asiático -se viene acelerando desde el 2003 y este año superará el 8 por ciento gracias a la demanda interna, a las exportaciones y a la entrada de capitales extranjeros; pero, al igual que en China, los dramáticos niveles de pobreza y las tremendas desigualdades sociales seguirán presentes por mucho tiempo. Mientras que la economía japonesa, a pesar de los buenos augurios y de las reformas que por fin parece que se ponen en marcha, no acabará de arrancar, lo que nos lleva a pensar que puede seguir sumida en su particular depresión durante un año más.

En Latinoamérica, concluido el año electoral, será interesante observar los rumbos políticos que toman países como México, donde Calderón deberá afianzarse institucionalmente e iniciar un complejo proceso de reformas; Perú, donde Alan García gozará de una segunda oportunidad; Nicaragua, en la que un aparentemente cambiado Daniel Ortega ha vuelto al poder tras dieciséis años de oposición; Ecuador, donde Correa deberá optar entre el populismo o la estabilidad; Argentina, en la que Kirchner tendrá que decidir si se presenta a la reelección o es su esposa quien lo hace; Cuba, una vez que Fidel parece definitivamente fuera de juego; Bolivia, con un Evo Morales que mantendrá los litigios internacionales por los recursos naturales y que cada vez está más cuestionado internamente; y, sobre todo, Venezuela, donde el reelegido Chávez parece dispuesto a iniciar su delirante camino hacia el socialismo del siglo XXI, aún a costa de conducir al país al más profundo de los abismos.
En el ámbito económico, el 2007 será el cuarto año de crecimiento sostenido, con una tasa que volverá a rondar el 5 por ciento. Con precios de las materias primas en máximos, una estabilidad macroeconómica desconocida (inflación media del 5 por ciento, superávit fiscales primarios...), remesas cada vez más abundantes y retorno de la inversión extranjera, la región debería centrar sus esfuerzos en trasladar a los ciudadanos la bonanza macroeconómica. Y en el ámbito comercial, convendrá seguir con atención la evolución de los tres vectores en los que se mueve la política comercial de la región: los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos, las cada vez más importantes relaciones con Asia y los procesos de integración regional, especialmente con Mercosur, al que Venezuela se incorporó el pasado verano.

En Africa, mientras los precios del petróleo y de otras materias primas que el continente exporta abundantemente sigan en máximos, el crecimiento nominal se mantendrá en tasas cercanas al 6 por ciento. Pero, desgraciadamente, la inestabilidad política, la corrupción, los conflictos armados como los que se desarrollan actualmente en Sudán y en Somalia, y las enfermedades como el Sida, provocarán que la mayor parte de la población africana siga sumida en la miseria durante un año más.

En resumen, todo invita a pensar que en el 2007 no se producirán grandes sobresaltos desde el punto de vista económico. Sólo el contencioso que mantiene una parte de la comunidad internacional con Irán por el desarrollo de su programa nuclear, podría trastocar todos los pronósticos. El régimen de Teherán mantiene su firme voluntad de enriquecer uranio, aparentemente para uso civil, a lo que se oponen Estados Unidos y la Unión Europea porque piensan que su objetivo final es dotarse de armamento atómico. A su vez, Israel ha anunciado que no tolerará que Irán adquiera los conocimientos necesarios para convertirse en potencia nuclear. Ante esta dis-yuntiva, no parece descabellado pensar que la próxima crisis que afecte a la economía mundial vuelva a tener su origen en Oriente Medio.

China volverá a ser la locomotora de Asia y la animadora de la economía mundial".

Locations of visitors to this page