17/1/08

Jerarquía católica colombiana contacta a las FARC para un canje

Chávez acusa a Uribe de ser “una amenaza para la paz” y un “instrumento” de Bush
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La Conferencia Episcopal busca que la Cruz Roja pueda visitar a los rehenes enfermos
Bogotá acusa a Caracas de violar la carta de la OEA por su “injerencia” en asuntos internos
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Afp, Dpa y Reuters

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe (al centro), visitó la noche del martes a la política Clara Rojas en el domicilio temporal que ocupa en Bogotá. En la reunión estuvieron el ministro del Interior y Justicia, Carlos Holguín, y el canciller Fernando Araújo (a la izquierda), al igual que Emmanuel, el hijo de la ex candidata a la vicepresidencia
Foto: Reuters


Esta imagen del policía Luis Mendieta, secuestrado por las FARC hace más de nueve años, fue enviada a su esposa como prueba de vida del rehén
Foto: Ap
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Bogotá, 16 de enero. El presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, monseñor Luis Augusto Castro, aseguró hoy que ya inició contactos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en torno a una propuesta para que ese grupo y el gobierno negocien un canje humanitario.
Al mismo tiempo, Colombia y Venezuela iniciaron una nueva polémica luego que el comisionado para la paz colombiano, Luis Carlos Restrepo, anunció que su gobierno presentaría una protesta verbal a Caracas por su “injerencia en sus asuntos internos”, debido a su propuesta de otorgar reconocimiento político a las guerrillas y retirarles el calificativo de “terroristas”.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, se adelantó al acusar a su par colombiano, Álvaro Uribe, de ser “una amenaza” y “un instrumento” de Estados Unidos para impedir la pacificación en Colombia, y advirtió que pese a las protestas de Bogotá seguirá impulsando gestiones de paz en la nación vecina.
“De diversas maneras hemos tomado contacto con ellos (las FARC), y todo lo demás lo estamos llevando adelante con una discreción que es fundamental en estos casos”, precisó el prelado católico a periodistas en el contexto de una reunión con empresarios que apoyan esta gestión de la Iglesia católica.
Tras señalar que también buscará que la Cruz Roja pueda visitar a los rehenes, se mostró esperanzado en que la mayor insurgencia del país acepte finalmente una propuesta del gobierno para dialogar en una “zona de encuentro” sobre el canje de unos 44 cautivos en poder de la guerrilla por unos 500 rebeldes encarcelados.
El presidente Uribe encargó a comienzos de diciembre a la Iglesia contactar con las FARC al efecto, tras interrumpir la mediación que había encomendado al presidente venezolano. Pero el 18 de diciembre las FARC rechazaron la iniciativa al calificarla en un comunicado de “improvisada e inaceptable”.
No obstante, monseñor Castro dijo que “nuestra propuesta está enmarcada en lo institucional. Tal vez en este momento no tiene mucho impacto dentro de las FARC, pero creemos que es una salida necesaria y buena”.
Uribe, que la víspera se reunió con las ex rehenes Consuelo González y Clara Rojas, y conoció al hijo de ésta nacido en cautiverio, Emmanuel, aseguró que busca una fórmula que permita a una misión humanitaria atender la salud de los rehenes de las FARC luego de conocerse pruebas de fe de vida que muestran se encuentran muy enfermos y afectados sicológicamente.
Pero el Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC), al cual Uribe le planteó la propuesta en diciembre pasado, anunció que las FARC han rechazado la solicitud que le hicieron para que una misión médica del organismo visite a los rehenes en su poder. Aunque, añadió, seguirán insistiendo.
Desde Nicaragua, Chávez acusó a Uribe de ser “una amenaza” para la paz en Colombia y “un instrumento” de George W. Bush que quiere la guerra. Pero Venezuela, dijo, tiene “derecho a defender su soberanía, amenazada desde Colombia por el imperio”.
Más aún, en reacción a la anunciada protesta verbal de Bogotá, Chávez aseveró que “si el gobierno de Colombia me acusa a mí de violar la Carta de la OEA, yo lo acuso de ser un instrumento y una amenaza contra la integración y la paz de nuestros pueblos”.
“El gobierno que tiene Colombia lamentablemente no quiere la paz”, dijo Chávez, que concluyó en Managua una gira por Centroamérica, e insistió en que el conflicto armado en Colombia está estancado, que ni el gobierno ni la guerrilla van a lograr el triunfo militar, por lo que se requiere una solución negociada.
Hugo Chávez dijo que su propuesta de reconocerle “beligerancia” a la guerrilla colombiana “no significa que estemos de acuerdo con todo lo que hacen las FARC”, como el secuestro y los actos terroristas. Sin embargo, agregó, “el terrorista número uno de este planeta es George W. Bush”.
Pero lo último que causó malestar en Colombia fue cuando Chávez dijo tener pruebas de que oficiales estadunidenses y colombianos “han estado conspirando contra Venezuela, conspirando para matarme, haciendo inteligencia dentro de Venezuela”.
Colombia se apresuró a emitir una nota en la que le pide al presidente Chávez “cesar las agresiones” y “respetar” al país y su gobierno, así como discutir cualquier diferencia por los canales diplomáticos. Pero al mismo tiempo, lo acusó de “confundir la cooperación con la injerencia” y de actuar en forma “parcializada” en favor de las FARC en su reciente mediación.
Sostuvo que el presidente venezolano desconoce la acción terrorista de la guerrilla, sus nexos con el narcotráfico y otros crímenes, y que desvirtúa los logros de la lucha contrainsurgente y que “no falta mucho para la derrota” de la guerrilla.
El comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, había iniciado la ofensiva al declarar que su gobierno está dispuesto a liberar a guerrilleros presos como gesto humanitario, pero no cederá a “peticiones descabelladas” como quitarles el calificativo de “terroristas”, como lo sugirió el presidente Chávez.
“Terrorista es el que siembra terror y ellos no cesan de hacerlo. Colombia es un país soberano. La Carta de la OEA habla de la no injerencia en asuntos internos de otros estados. Sí les aceptamos su cooperación” a Venezuela, argumentó Restrepo en declaraciones que divulgó el diario La Nación de Costa Rica.
En tanto que un grupo de manifestantes rechazó la propuesta de Chávez frente a la embajada de Venezuela en Bogotá, Ecuador abogó por una comisión de gobiernos latinoamericanos, Francia y Suiza para recuperar a más rehenes de las FARC. A su vez, la OEA también pidió la unidad regional en busca del mismo objetivo.
Mientras, se conoció que al menos 11 civiles muertos y unos 2 mil campesinos desplazados ha dejado una nueva oleada de violencia desatada por combates supuestamente entre facciones de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se disputarían una vasta zona en Arauca, en la frontera con Venezuela.
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La Jornada - México/17/01/2008

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