5/1/08

La India como potencia

Por: Manú Dornbierer
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A los que durante el siglo pasado fuimos pacíficamente conquistados por la filosofía índica, a los que tuvimos la suerte de viajar al mosaico fabuloso antes de que su ascenso económico a la condición de potencia encareciera los miríficos palacios en que podía alojarse el viajero medio, a los fascinados por los colores, los sabores, la música, la naturaleza, la cultura y la magia de la India. Era mayo de 1993 y el Times publicaba -cosa inaudita- un par de fotos de un país de las antípodas cuyo nombre ni siquiera conocen la mayoría de los indios a no ser como parte de USA (no están tan errados) y no obstante que el premio Nobel Octavio Paz (Pazcárraga lo llamaba Ana Cecilia Treviño, Bambi , mi ingeniosa amiga de Excélsior) haya sido en los 60 embajador de nuestro país en Delhi. La primera foto era del tiroteo en Guadalajara en que por “confusión” mataron al hoy reconocido narcocardenal Posadas. La otra era una foto de La Diana Cazadora de Paseo de la Reforma en el D.F. con una máscara antigases. Esta elocuente imagen era borrosa por la contaminación terrible que padecía Mexico City en aquellos años y que por fortuna ya no se ve, pero que el pasado 19 de diciembre reconocí al respirar tamaña inversión térmica en la capital de la que se perfila ya como la tercera potencia industrial del mundo.
Después de 10 años de ausencia de la India ésa fue la bienvenida de Delhi, que ocupa una área de alrededor de mil 483 MACROBUTTON HtmlResAnchor km2 , con una población actual engrosadísima de aproximadamente 18 millones de habitantes que la han convertido en la 7ª ciudad más poblada del mundo por la enorme inmigración de la población del campo hacia la industria. El tránsito vehicular es también de pesadilla. En 1997 aún no se sabía en India de ese tipo de aberrante smog, aunque recuerdo haber llorado, así de cursi, en el camino de Agra, la ciudad del Taj Mahal, a Jaipur en un año en que todavía los pavorreales cruzaban tranquilamente la carreterita y los camellos caminaban en paz, al ver ya una casa pintada con el logo de la repugnante Pepsi Cola. Hoy la carreterita es una formidable autopista en construcción. Por supuesto, la Pepsi y la Coca llevaron su guerra a la India moderna su guerra y han hecho desparecer todas las marcas locales de sabrosos refrescos. Así se va matando el gusto del planeta. El Nescafé es otra de las plagas que el Occidente ha impuesto a la potencia a la que Gandhi heredó la exigencia patriótica de lograr y conservar a toda costa su independencia alimentaria.
Pero la India no tendría por qué pasar por las detestables consecuencias de la industrialización neoliberal cuyo dios es el dinero y que ha provocado el cambio climático. Entre sus sorprendentes contrastes es un país líder en ciencia y tecnología y tiene desde 1945 “la bomba”, es decir la ciencia de la energía nuclear y a no ser por el criminal tutelaje de USA sobre el uranio hubiera podido desarrollar esa fuente, que no desarrolló a plenitud por lo dicho, que fue también creando problemas internos . Hoy USA sigue controlando la venta de uranio y se lo niega a India como a Irán so pretetexto de que pueden hacer la bomba. Curiosamente el único que país que cometió un atroz genocidio contra millones de civiles japoneses al lanzar las bombas conocidas sobre Hiroshima y Nagasaki es el que se adjudica en forma casi exclusiva la energía nuclear. La URSS les vendía el necesario uranio a la India, pero Rusia ya no, lo que daña a millones de seres humanos. El peor terrorista del mundo es el que determina quién puede y quién no usar dicha energía para su desarrollo y amenaza constantemente con destruir las instalaciones (Irán) que tantto han costado a sus pueblos. Contando con la posibilidad de la energía nuclear, India como otros países de sol y de viento, se atrasó en la construcción de una industria eólica y solar, pero la ONU le está dando una mano a las zonas rurales de India y ya benenficia a 100 personas. El caso es que el mal ejemplo de Occidente tiende a repetirse -la MACROBUTTON HtmlResAnchor privatización de las industrias públicas y la apertura de ciertos sectores a los inversores internacionales se han pergeñado en medio de enardecidas discusiones sobre la conveniencia de tales medidas- . Aun en uno de los países más auténticamente independientes y sabios del mundo, que cuenta con universidades excelentes y un número sorprendente de científicos y matemáticos. Es el primer productor mundial de software y el mayor exportador de trabajadores altamente calificados de servicios informáticos y financieros.
Pero si India está pagando ciertas consecuencias negativas por ser una potencia económica, por otra parte está mejorando su infraestructura y la clase media se ha ampliado y progresado al grado de estar en posibilidad hoy en día de pagar y disfrutar sus palaciegos hoteles y de visitar de arriba abajo su espléndido país en un temporada alta como la que termina. Los míticos hoteles Taj y Oberoi, propiedad de grupos financieros indios no de cadenas gringas, están fuera del alcance del visitante medio. En lo personal me consuela el hecho de que los indios mismos los disfruten y no sólo los Carlos & Charlie internacionales.
“India, además de miseria, santones, ser el primer productor mundial de cine, contar con conflictos armados en varios de sus estados, cuenta con una economía que crece a un ritmo vertiginoso –9.2 por ciento, sólo superada por China- y sectores especialmente competitivos. La antigua «joya» del imperio británico mira ahora a Occidente sin complejos”, dice J.M. Uribarri en un artículo de febrero 2007, en el periódico vasco GARA, a propósito de la compra por un grupo indio de la inmensa acerera europea Arcelor: “El pasado verano Mittal Steel, propiedad de Lakshmi Mittal, además de abrir la vía a la internacionalización de las grandes empresas indias, envió un claro mensaje al mundo empresarial occidental: «contad con nosotros», venía a decir el empresario indio, y no era ningún farol. Después de salvar todas las reticencias de Bruselas -donde no están acostumbrados a que los empresarios del llamado tercer mundo adquieran las firmas europeas-, Lakshmi Mittal compró Arcelor por 27 mil millones de euros”.
Los grandes grupos indios como el famoso TATA fundado en el siglo XIX, un coloso industrial “con divisiones que van desde el té a la construcción de vehículos, pasando por la siderurgia, la química, las telecomunicaciones, la informática o los servicios financieros. De hecho, es parte integral de la vida diaria en India. Los indios llevan relojes Tata, beben té Tata, van a trabajar en autobuses y coches Tata, llaman por teléfono gracias al operador móvil Tata, y, cuando tienen medios económicos, se alojan en hoteles de lujo Tata. En el año 2000 Tata compraba la firma británica de té Tetley Tea por 407 millones de dólares. La operación fue tachada en su día de una «venganza» contra el antiguo «amo». Desde entonces Ratan Tata prometió «desplegar sus alas más allá de India» para «sentirse como en casa en todas partes del mundo». A tenor de la expansión del grupo el éxito es total y Ratan Tata ha hecho del planeta su despacho profesional”, concluye Uribarri.
Esos grupos indios no se prostituyen por amor al dinero de las transnacionales externas, como sucede en este pobre país nuestro militarizado que ya no sabe conservar nada ni su propia dignidad en estos grotescos tiempos Panempresariales. Políticamente son un resguardo de los valores de su país estéticos y morales de su país . Es conocido el grupo Birla que sostuvo a Mahatma Gandhi en su maravillosa y pacífica lucha por la independencia. Adonde fuera el líder descalzo era atendido en las espléndidas propiedades d e la familia. Por desgracia fue sacrificado a quemarropa en una de ellas. GD Birla comenzó con el negocio de algodón de su padre a hacer una fortuna en yute durante la Primera Guerra Mundial. Luego se diversificó hacia los petroquímicos, metales y otros varios sectores para construir un imperio por valor de más de 10 billones de dólares (US) antes de su muerte en 1983. La familia Birla ha construido templos por toda la India y la leyenda dice que prosperará mientras tenga un templo en construcción en alguna parte y los templos indios no sirven para recoger limosnas del paupérrimo pueblo para mantener a curas pederastas. Son verdaderas escuelas de vida con textos del Bahavad Gita y centros de apoyo a la población en muchos sentidos.
Sorpresivamente visitamos en Dehi un complejo moderno fantástico, en opinión del conocedor Ray Valero el mayor y más impresionante centro espiritual que se ha construido en el mundo en los últimos 100 años . No lo enseñan mucho por el momento pues no está terminado. Es la mayor escuela de filosofía hinduista. Un portento de arquitectura y escultura que combina la complicada talla de mármol al infinito en millones de figuras y salas dotadas de alta tecnología en calidad de aulas pues los grandes y sencillos valores de la filosofìa hindú se enseñan a miles de escolares y visitantes. Un maravilloso colofón de un viaje familiar de dos semanas a la India.
Nota: El día del regreso, 1º de enero 2008, fue para nosotros un dìa de 38 horas, muchas de las cuales en vuelo hasta el puerto canadiense de Vancouver por la buena linea Cathay Pacific para hacer conexión con su socia, la hoy vergonzosa línea Mexicana de Aviación. El servicio mediocre concluyó y de 10 maletas de nuestra familia se han entregado cuatro. Para hacer el mayor negocio posible NO las suben al avión para meter carga que cobran carísimo. Dos veces cometí el error de usar esa línea recientemente en vuelos internacionales. Nunca más: en un vuelo de San Francisco en abril pasado la propia Mexinaca solicitó, según el propio personal majadero de la Migra gringa, una revisión exhaustiva de un grupo de turistas acapulqueños. Sólo se libraron dos que iban en primera. Tendré que poner una demanda contra Gastón Azcárraga del Grupo Posadas, dueño de la Mexinaca, que recibió en 2005 el regalo de su cuate, el indecente Vicente Fox. El precio no llegó ni a una cuarta parte del valor de mercado de la compañía: 165.5 millones de dólares y asumió una deuda por 294 millones de dólares.
Este Gastón billetes fue uno de los financieros de la guerra sucia electoral. Decía siendo el presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios CMHN: “A mi gremio no le importa si el próximo presidente es de izquierda o de derecha; ésa es una geometría un poco obsoleta, lo que México requiere es a alguien incluyente, moderno, con experiencia, y que pueda integrar un equipo que le ayude a cumplir sus promesas”. Pues ese equipo al que apoyó a los mexicanos comunes y corrientes nos acaba de completar el robo de nuestras lìneas aéreas al entregar Aeroméxico a otro sinvergüenza empresario, Roberto Hernández. Los tontos que dicen que la política no les afecta y que “qué bueno que hubo fraude” se van a morder la lengua en el aire con las “promesas cumplidas” de Calderón y de sus amos empresarios panistas, con los cuales México nunca será una potencia.
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El Siglo Durango - Mexico/05/01/2008

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