Solidaridad energética para la coyuntura
Argentina, Bolivia y Brasil acuerdan inversiones en hidroelectricidad; esta semana estudian detalles de las dos represas que se construirían en Bolivia
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Pablo Ramos
Pablo Ramos
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(APM) El pasado lunes 25, la presidenta argentina, Cristina Fernández, recibió a sus pares de Bolivia, Evo Morales, y de Brasil, Luiz Inacio Lula da silva, para intentar lograr un nuevo acuerdo energético tripartito. En la capital argentina se esperaba alcanzar un entendimiento por el abastecimiento de gas natural de los ricos yacimientos bolivianos a sus vecinos más grandes, pero el mismo no pudo lograrse por el momento. Entonces surgió el concepto de "solidaridad energética", de la cual la primera beneficiada va a ser la propia República Argentina.
(APM) El pasado lunes 25, la presidenta argentina, Cristina Fernández, recibió a sus pares de Bolivia, Evo Morales, y de Brasil, Luiz Inacio Lula da silva, para intentar lograr un nuevo acuerdo energético tripartito. En la capital argentina se esperaba alcanzar un entendimiento por el abastecimiento de gas natural de los ricos yacimientos bolivianos a sus vecinos más grandes, pero el mismo no pudo lograrse por el momento. Entonces surgió el concepto de "solidaridad energética", de la cual la primera beneficiada va a ser la propia República Argentina.
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La cuestión energética regional puede resumirse de la siguiente manera. Argentina atraviesa un importante faltante de recursos energéticos disponibles, originados en la falta de inversión durante la década de los años 90 y por la falta de una política clara desde comienzos de este siglo. Brasil no tiene problemas de abastecimiento hoy, aunque sí atravesó una crisis en 2001, pero ha encontrado un importante yacimiento hidrocarburífero submarino y tiene importantes inversiones en concreción y proyectadas. Y Bolivia tiene las segundas reservas gasíferas de Sudamérica, un mercado interno pequeño e importantes excedentes para exportar.
Bolivia es abastecedor de gas tanto de Argentina como de Brasil. Hacia el sur debiera despachar hasta siete millones de metros cúbicos diarios, pero dispone de capacidad para enviar cinco millones; mientras que a la nación lusoparlante la exportación es de 30 millones diarios. En 2006, La Paz renegoció con Buenos Aires y Brasilia mejores precios para su exportación, y se comprometió a aumentar la venta a Argentina hasta llegar a los 27 millones de metros cúbicos diarios en 2010, inauguración del Gasoducto del Nordeste Argentino mediante.
Pero el proceso de nacionalización del gas en Bolivia tuvo sus consecuencias. El país andino tiene ingentes reservas de este hidrocarburo, pero en su subsuelo. Para extraerlo y ponerlos a disposición del mercado, deben realizarse inversiones, y estas deben madurar. Por el momento, los desembolsos de las compañías fueron retaceados, al justificarse en el proceso constituyente que se lleva adelante en esa nación.
El propio vicepresidente boliviano, Alvaro García, lo admitió. "Les dimos un golpe a las petroleras (por la nacionalización de hidrocarburos en mayo de 2006), les dimos un garrotazo y ellas se resintieron, nos boicotearon en algunos casos, nos estorbaron en otros, no nos ayudaron en otros casos y nos amenazaron. Las petroleras se defendieron dejando de invertir", afirmó el vicepresidente.
"Hay que renegociar el traslado del cumplimiento total del abastecimiento a la Argentina del 2011, quizá al 2012 o mediados del 2013, hay que variar un año o año y medio las fechas y los topes", sostuvo García en declaraciones a la prensa.
"Hemos modificado las reglas del juego con los extranjeros y lo hemos hecho sabiendo que había un riesgo. Asumimos nuestra cuota de responsabilidad, pero no nos arrepentimos, fue buena decisión haberles quitado a las petroleras la mayor cantidad de las ganancias para que se queden en el país", agregó García. Tras largas negociaciones, el gobierno paceño logró en 2008 que las transnacionales inviertan unos 960 millones de dólares que recién comenzarán a dar frutos plenos a partir de 2009 y 2010.
¿Cuál fue el fracaso de la reunión tripartita en Buenos Aires? No se pudo mostrar un acuerdo a las sociedades. La posición argentina era, ante la imposibilidad fáctica de que Bolivia incremente su suministro, que Brasil "cediese" parte de lo que va a recibir a la economía rioplatense. Esto fue descartado por el presidente Lula da Silva y su ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, para quienes la situación se supera sólo con soluciones a largo plazo.
En este sentido, el ministro mencionado anunció la construcción de tres represas en la zona. Tres de ellas en conjunto con Argentina, y las dos restantes con Bolivia. El costo total de estas obras alcanzaría los 15.000 millones de dólares, y agregarían diez gigaawats "Serán tres hidroeléctricas con Argentina y dos con Bolivia... y el costo será financiado por Brasil, Argentina y Bolivia", dijo el propio ministro. Lobao adelantó que van a analizar en forma conjunta con sus colegas de Bolivia y Argentina, los detalles de la construcción de las represas en una reunión a ser celebrada en La Paz en esta semana que comienza.
Brasil demostró su solidaridad con Argentina en la puesta a disposición de energía eléctrica hacia su vecina. La mayor economía sudamericana tiene una matriz energética que está alimentada en un 70 por ciento por centrales hidráulicas, y las centrales térmicas cumplen una función de estabilización –son más confiables porque no dependen de cuestiones climáticas. Como en estos momentos las represas brasileñas están llenas de agua, cuando llegue el invierno podrían llegar hasta 200 megawats/hora desde ese país.
El asesor de Lula, Marco Aurelio García, explicó en cuanto al abastecimiento de gas para Argentina a corto plazo que, "en la reunión (en Olivos), se definió que habría una oferta más grande de gas de Bolivia para la Argentina de lo que se suponía, porque Brasil necesita 30 millones de metros de cúbicos diarios".
Por ello, explicó, "se crea una comisión de monitoreo que permitirá ejercer solidaridad energética entre los tres países, sobre todo, entre la Argentina y Brasil, para que podamos pasarle energía eléctrica a la Argentina cuando sea necesario en el invierno". El asesor brasileño afirmó que esto ya sucedió en el 2007 y aseguró que, frente a las necesidades futuras que presente la región en materia de energía, "lo más importante son las decisiones a largo plazo".
Argentina deberá soportar esta situación de escasez a la espera de la maduración de los proyectos tanto nacionales como regionales de largo plazo: Gasoducto del Sur, Gasoducto del Nordeste, represa de Corpus, represa de Garabí, Atucha II. Hasta entonces, las autoridades debieran decidirse por algún tipo de estrategia que garantice inversiones en este vital sector de algún tipo. Porque este capitalismo subsidiario ya está demostrando signos de agotamiento.
La cuestión energética regional puede resumirse de la siguiente manera. Argentina atraviesa un importante faltante de recursos energéticos disponibles, originados en la falta de inversión durante la década de los años 90 y por la falta de una política clara desde comienzos de este siglo. Brasil no tiene problemas de abastecimiento hoy, aunque sí atravesó una crisis en 2001, pero ha encontrado un importante yacimiento hidrocarburífero submarino y tiene importantes inversiones en concreción y proyectadas. Y Bolivia tiene las segundas reservas gasíferas de Sudamérica, un mercado interno pequeño e importantes excedentes para exportar.
Bolivia es abastecedor de gas tanto de Argentina como de Brasil. Hacia el sur debiera despachar hasta siete millones de metros cúbicos diarios, pero dispone de capacidad para enviar cinco millones; mientras que a la nación lusoparlante la exportación es de 30 millones diarios. En 2006, La Paz renegoció con Buenos Aires y Brasilia mejores precios para su exportación, y se comprometió a aumentar la venta a Argentina hasta llegar a los 27 millones de metros cúbicos diarios en 2010, inauguración del Gasoducto del Nordeste Argentino mediante.
Pero el proceso de nacionalización del gas en Bolivia tuvo sus consecuencias. El país andino tiene ingentes reservas de este hidrocarburo, pero en su subsuelo. Para extraerlo y ponerlos a disposición del mercado, deben realizarse inversiones, y estas deben madurar. Por el momento, los desembolsos de las compañías fueron retaceados, al justificarse en el proceso constituyente que se lleva adelante en esa nación.
El propio vicepresidente boliviano, Alvaro García, lo admitió. "Les dimos un golpe a las petroleras (por la nacionalización de hidrocarburos en mayo de 2006), les dimos un garrotazo y ellas se resintieron, nos boicotearon en algunos casos, nos estorbaron en otros, no nos ayudaron en otros casos y nos amenazaron. Las petroleras se defendieron dejando de invertir", afirmó el vicepresidente.
"Hay que renegociar el traslado del cumplimiento total del abastecimiento a la Argentina del 2011, quizá al 2012 o mediados del 2013, hay que variar un año o año y medio las fechas y los topes", sostuvo García en declaraciones a la prensa.
"Hemos modificado las reglas del juego con los extranjeros y lo hemos hecho sabiendo que había un riesgo. Asumimos nuestra cuota de responsabilidad, pero no nos arrepentimos, fue buena decisión haberles quitado a las petroleras la mayor cantidad de las ganancias para que se queden en el país", agregó García. Tras largas negociaciones, el gobierno paceño logró en 2008 que las transnacionales inviertan unos 960 millones de dólares que recién comenzarán a dar frutos plenos a partir de 2009 y 2010.
¿Cuál fue el fracaso de la reunión tripartita en Buenos Aires? No se pudo mostrar un acuerdo a las sociedades. La posición argentina era, ante la imposibilidad fáctica de que Bolivia incremente su suministro, que Brasil "cediese" parte de lo que va a recibir a la economía rioplatense. Esto fue descartado por el presidente Lula da Silva y su ministro de Minas y Energía, Edison Lobao, para quienes la situación se supera sólo con soluciones a largo plazo.
En este sentido, el ministro mencionado anunció la construcción de tres represas en la zona. Tres de ellas en conjunto con Argentina, y las dos restantes con Bolivia. El costo total de estas obras alcanzaría los 15.000 millones de dólares, y agregarían diez gigaawats "Serán tres hidroeléctricas con Argentina y dos con Bolivia... y el costo será financiado por Brasil, Argentina y Bolivia", dijo el propio ministro. Lobao adelantó que van a analizar en forma conjunta con sus colegas de Bolivia y Argentina, los detalles de la construcción de las represas en una reunión a ser celebrada en La Paz en esta semana que comienza.
Brasil demostró su solidaridad con Argentina en la puesta a disposición de energía eléctrica hacia su vecina. La mayor economía sudamericana tiene una matriz energética que está alimentada en un 70 por ciento por centrales hidráulicas, y las centrales térmicas cumplen una función de estabilización –son más confiables porque no dependen de cuestiones climáticas. Como en estos momentos las represas brasileñas están llenas de agua, cuando llegue el invierno podrían llegar hasta 200 megawats/hora desde ese país.
El asesor de Lula, Marco Aurelio García, explicó en cuanto al abastecimiento de gas para Argentina a corto plazo que, "en la reunión (en Olivos), se definió que habría una oferta más grande de gas de Bolivia para la Argentina de lo que se suponía, porque Brasil necesita 30 millones de metros de cúbicos diarios".
Por ello, explicó, "se crea una comisión de monitoreo que permitirá ejercer solidaridad energética entre los tres países, sobre todo, entre la Argentina y Brasil, para que podamos pasarle energía eléctrica a la Argentina cuando sea necesario en el invierno". El asesor brasileño afirmó que esto ya sucedió en el 2007 y aseguró que, frente a las necesidades futuras que presente la región en materia de energía, "lo más importante son las decisiones a largo plazo".
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BolPress - Bolivia/04/03/2008
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