1/6/09

Elecciones europeas: controvertida política de inmigración

Ante la costa de la isla italiana de Lampedusa, marzo 2009-

Para mucha gente en África y Europa oriental la UE es la “tierra prometida”.
Una política migratoria común es cada vez más necesaria, y la discusión del tema en Alemania plantea sus dificultades.

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Según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en 2008 arribaron a las costas italianas 37.000 refugiados africanos, y en este año se espera que el número sea aún mayor.
Para enfrentar la situación se creó en 2005 la Agencia Europea para la Cooperación en las Fronteras Exteriores (FRONTEX) cuya labor es tapar las aberturas de los límites externos de la Unión Europea a través de los cuales –especialmente en el Mediterráneo- cada año se introducen miles de inmigrantes al continente.
Los que llegan a Europa a través del Mediterráneo ven en el Viejo Continente la salvación de la pobreza y la guerra, la mayoría de ellos arriesgan su vida en travesías marítimas que compran muy caras a bandas de traficantes; la Unión Europea intenta –hasta ahora con poco éxito- detener esta avalancha humana y el único resultado obtenido es la certeza de que se necesita una política migratoria conjunta que prevea las posibilidades de una migración legal y duradera. El problema es su implementación y prueba de ello son las diferentes posiciones de los partidos políticos.
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Personal de la agencia Frontex
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Los cristiano demócratas
El subsecretario del ministerio alemán del Interior, el cristiano demócrata Peter Altmaier, explica que se trata de combatir la inmigración ilegal encarrilándola a una legal: “sabemos que la inmigración ilegal no se puede combatir sólo con métodos represivos, la ayuda local es un elemento muy importante en nuestra estrategia; de todas formas también queremos conseguir una mejor cooperación con los Estados costeros, especialmente con los del norte de África, para que nos ayuden a controlar la avalancha con destino a Europa. Estamos convencidos que una migración legal regulada es mejor que un raudal incontrolado de refugiados”.
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Los socialdemócratas
En opinión de Lale Akgün, una de las líderes de la fracción parlamentaria de los socialdemócratas, en el futuro se debe invertir mucho más en las políticas de desarrollo. Si Europa quiere menos inmigrantes ilegales debe procurar que las condiciones de vida en sus países de origen sean mejores; y por otro lado se tiene que regular el trabajo de los inmigrantes para resolver la escasez de mano de obra en la UE.
“Para los inmigrantes legales debemos proponernos dos cosas: la primera es la llamada Blue Card, la regulación de la Tarjeta Azul ¿Cuántos inmigrantes altamente calificados deben venir? Y, ¿qué cualificación deben tener? El segundo punto es la Migración Circular, es decir, la gente viene, se queda un tiempo y regresa”.
Karin Kortmann, subsecretaria del ministerio de Desarrollo, considera, por su parte, que progreso y migración van de la mano y por lo tanto se tiene que aceptar la realidad de los inmigrantes provenientes de países en desarrollo ofreciéndoles unas condiciones dignas. “Parte de eso es una movilidad legal que reduzca la ilegal. Ligado a ello van la seguridad y trato digno para los inmigrantes así como ofrecerles perspectivas de desarrollo”.
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Los liberales
La diputada liberal Sibylle Laurischk, portavoz de su partido para temas de migración e integración, estima que una política de compuertas no resolverá sola el problema. En su opinión, se debe mejorar las condiciones de vida en los países de origen; los controles de Frontex los encuentra pertinentes: “en la Unión Europea requerimos de una revisión de la presión migratoria, la cual se ha convertido en una carga para los países del sureuropeos a los que arriban los inmigrantes por el Mediterráneo. La carga está bastante mal dividida”.
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Puerto de los Cristianos, Tenerife, noviembre 2007
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La Unión Socialcristiana
Por su lado, el diputado europeo socialcristiano Manfred Weber rechaza una política de “puertas abiertas” como solución al problema. Exige una lucha decidida contra la inmigración ilegal y plantea que para evitar la muerte de los refugiados en sus peligrosas travesías se requieren patrullas salvavidas de la UE que ayuden en las emergencias. En el mandato de Frontex, en su opinión, debería incluirse la protección a los refugiados.
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Los Verdes
La agencia Frontex es, en cambio, para la directora del partido de Los Verdes, Claudia Roth, una organización casi paramilitar encargada de repeler a los refugiados en vez de asistirlos. “Tiene sentido tener una agencia como ésta. Debe estar capacitada para ayudar a los seres humanos que requieren de ayuda y refugio”, dice recalcando que ofrecer protección es el principio máximo de los valores europeos. Por ello, así Roth, Los Verdes promueven el refugio como derecho humanitario que garantice el acceso al asilo y no expulse a los inmigrantes a Estados donde no esto no esté garantizado.
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Die Linke, la Izquierda
La Izquierda condena cualquier tipo de política que conlleve el concepto de una “Europa como fortaleza”, revela Sahra Wagenknecht, diputada europea e integrante de la junta directiva de su partido. Lo importante, según dice, es mejorar las condiciones de vida en los países de los que vienen los inmigrantes. “En nuestro programa electoral hemos formulado claramente que estamos por la reinstauración del derecho de asilo. Éste no sólo ha sido socavado sino que ha sido derogado de facto. Se deporta a los inmigrantes a regiones donde son perseguidos, a regiones en guerra. Una política de asilo así es puro cinismo”.
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Autor: Sanie Ripperberger
Editora: Mirra Banchón
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DW-WORLD - Alemania/01/06/2009

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