9/7/09

ESCARBANDO en LQ Somos

El Sahara occidental y la jurisdicción universal
Nueva intentona dilatoria del Referéndum

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La intoxicación mediática para impedir a toda costa que el nuevo representante de las NN.UU., Christopher Ross, pueda actuar con imparcialidad frente a los sempiternos inconvenientes puestos por Marruecos para la celebración del Referéndum en el Sahara occidental, ha superado con creces a los efectos veraniegos del virus de la gripe A.

En una suerte de transmutación genética, la maquinaria del CORCAS, puñal étnico afilado por la monarquía alauita para destruir la representatividad del pueblo saharaui, del Frente POLISARIO, encuentra en un “media”, hecho de pasta monárquica de fabricación española, un nuevo aliado: “El Imparcial”.
Resulta que en nuestra España, auspiciado por el Partido Popular, sumado el partido en el Gobierno y a traición para con la ciudadanía española, se ha limitado el Derecho de Jurisdicción Universal dimanado de los Acuerdos de Ginebra. Es decir, que todo país tenga la potestad de juzgar los crímenes de lesa humanidad más allá de sus fronteras. Sólo será posible juzgar en España a los concausantes de tales desmanes si las víctimas o sus descendientes son españolas, que el caso concreto se vincule con España y que los supuestos responsables residan o hayan residido en nuestro país.

Según una noticia aparecida en el diario “El Imparcial” todos estos supuestos los cumplen algunos miembros del Frente POLISARIO que en territorio argelino, (¡en los campos de refugiados saharauis!) parece ser torturaron a saharauis presuntamente implicados en colaborar con Marruecos. Los denunciantes: la ASADEDH, asociación en la que militan miembros del Consejo Real Consultivo para los Asuntos del Sahara (CORCAS) al servicio directo del Majzén Marroquí.

Lo que nadie aclara es que en aquellos momentos de la guerra de liberación del pueblo saharaui, El Frente POLISARIO se enfrentaba año tras año a la construcción de un muro plagado de minas antipersona en la parte liberada por el Frente, muro que dividía aun más a los saharauis del territorio ocupado militar e ilegalmente por Marruecos, de aquellas y aquellos que huían a Argelia, bombardeados con napalm y fósforo blanco por el ejército marroquí. Todo ello financiado por EE.UU. y Francia. Como se sabe, las minas antipersona, el napalm y el fósforo blanco son de uso prohibido por los tratados internacionales. Hasta hoy las consecuencias de destrucción sobre el pueblo saharaui no han sido reconocidas, ni los criminales juzgados.

Hay que saber también que durante la guerra saharaui-marroquí la población que podía abandonaba las ciudades ocupadas y arribaban a los campos. Entre ellos infiltrados al servicio de Marruecos cuyo fin era desestabilizar la construcción de la RASD. Y el POLISARIO actuó. Todo lo demás son ganas de discutir la estulticia de si son galgos o podencos.

No es por casualidad que los integrantes del CORCAS, de asociaciones afines e intelectuales orgánicos hispanos y marroquíes se hallen directamente vinculados a aquella trama de infiltrados, a los integrantes del PUNS (Partido político creado por España antes de 1975) y presumiblemente activos integrantes de los servicios secretos del monarca Mohamed VI. El fin perseguido es buscar el enfrentamiento interno en el seno de la sociedad saharaui para que se acepte una autonomía para el Sahara occidental dentro de la monarquía marroquí, desmovilizar y desalentar la lucha por la independencia.

Sin embargo el dato más importante se oculta para tergiversar la verdad, acusando de crímenes que no cometieron a quienes no pueden vencer en el terreno político, vendiendo argumentos de “Jurisdicción Universal” para salvaguardar las responsabilidades directas del máximo responsable de los tratos degradantes que, efectivamente, se cometieron en los campos de refugiados. Más claro para que todo el mundo lo entienda: acusar al “otro” de las tropelías que yo mismo cometí. Hablamos de Omar Hadrami, responsable de la seguridad en los campos que llegó incluso a torturar a miembros del propio POLISARIO, mientras era probablemente ya entonces espía de Marruecos. Los abusos cometidos durante este periodo fueron reconocidos en su momento por el Frente POLISARIO ante Amnistía Internacional.

La memoria histórica es imprescindible para comprender el pasado que explique nuestro presente y orientar el futuro. Sin una reflexión crítica en ese sentido podemos por ignorancia repetir ciertos errores. Ello requiere crear las condiciones para poder hacerlo y de voluntad política para enfrentar aciertos y faltas. Pocos pueblos lo hacen. El saharaui no ha abandonado esta práctica. Con luces y con sombras, pese al tremendo cerco hostil en el que se encuentra, la difícil conjugación entre los elementos que la modernidad introdujo en la sociedad saharaui a través de la colonización y las relaciones tradicionales, tribales, ha dado nuevos verbos con los que hacer sociedad. Esa es la sociedad saharaui que hoy conocemos y que lucha por tener el lugar que en justicia le corresponde en el mundo, en libertad y con independencia.

Pero los de “El Imparcial”, quizá cabreados porque al dictador Francisco Franco se le ha quitado el título de hijo predilecto de la ciudad de Madrid y el lobby pro-marroquí avariento de cuerpos donde inocular su virus, se alían para convertir en ilegales ¡por progresistas! los acuerdos tripartitos de Madrid, año 1975, donde España entrega con premeditación, alevosía y apoyo logístico-militar a la marcha verde El Sahara occidental a Mauritania y Marruecos.

El juez Baltasar Garzón ha dado trámite a esta querella contra algunos miembros del Frente POLISARIO. Y es El Frente quien debe responder. Pero tras esta casposa maraña subyacen ciertos intereses políticos de la monarquía marroquí y de la española. ¿Cuáles? Pues muy sencillo, los de ejercer despóticamente su auto-otorgada soberanía sobre los súbditos.

Del lado marroquí seguir disfrutando de los bienes expoliados ilegalmente a los saharauis, del lado español seguir manteniendo vivas las subordinaciones colonialistas del pasado, glorificando conjuntamente a genocidas, como el homenaje hecho en mayo de 2006 al carnicero El Mizian en Beni Enzar o impidiendo que se celebre el Referéndum en el Sahara occidental.

Porque restringidas las competencias en España para juzgar las violaciones de los Derechos Humanos, por ejemplo en Marruecos, quedan sobradamente claras las intenciones de quienes pretenden hacer de las víctimas, verdugos. Como viene ocurriendo en nuestro país con esas fosas donde aun yacen las víctimas del genocidio perpetrado durante el franquismo.

Mientras, la justicia española parece que ahora mira para otro lado, al pasado colonial reciente. Porque la Jurisdicción Universal nunca, nunca, se ha usado para coadyuvar la descolonización definitiva del Sahara occidental. Vayan a los campos de refugiados y pregunten. Visiten escuelas, hospitales, casas de la mujer, centros de juventud y la misma cárcel. También paseen por las calles de El Aaiún o Dajla e indaguen lo que pasa en la cárcel negra de El Aaiún, en las cárceles Marroquíes. Comparen y luego opinen. Pero no, no, ahora, hasta la justicia española da pie a que se hurgue en la herida más honda todavía sin sanar que tiene el pueblo saharaui: el hurto de su soberanía.

Acotada la Jurisdicción Universal en nuestro país, no sabemos ahora qué papel jugará el Juez Baltasar Garzón, por ejemplo, en el caso guatemalteco. Si el 80% de las víctimas de genocidio que pudieron ser identificadas en este país centroamericano eran mayas, ¿qué pueden hacer ahora las asociaciones guatemaltecas por la reparación, la justicia y la verdad sobre los crímenes de lesa humanidad que siguen impunes? ¿Separarán a aquellas y aquellos mayas con descendencia española de quienes no? Si tal hicieran, de un lado estarían los ladinos, los poderosos, los dueños de Guatemala, los criminales, los genocidas, los cuales podrán ahora tener jurisdicción en España para juzgar inventados crímenes cometidos por los mayas contra ellos. Del otro las mujeres y hombres indígenas, las víctimas, que por serlo, las convierten en verdugos.

Si se aplica la actual Jurisdicción Universal para el singular caso de presumibles violaciones de los derechos humanos en los campos de refugiados saharauis, estaríamos frente a una injerencia del poder judicial en el terreno político internacional, proporcionando argumentos al país ocupante del Sahara occidental para que lo siga siendo y, como era de esperar, esta contaminación mediática pretende hacer recaer en el pueblo saharaui todas las responsabilidades sobre la situación en la que se encuentra. ¿Se pretenderá retrotraer la historia para volver a hacer españoles a los saharauis? ¿Volverá el Sahara occidental a ser provincia española? Mejor pensar que los intoxicadores han enfermado exhalando los vapores de su propio veneno. Porque lo que incomoda ¡y mucho! es que existamos demasiadas españolas y españoles teniendo una visión clara y precisa de cómo posicionarse frente al proceso de descolonización inacabada del Sahara occidental. Y disfrutaremos, eso sí muy alertas, frente a quienes nuevamente quieren amargarnos otro verano más unas hermosas y felices Vacaciones en Paz.
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LQSomos. Beatriz Martínez Ramírez. Julio 2007.
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Club de amigos de la UNESCO de Madrid
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LQSomos/09/07/2009

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